La escuela de Neuquén que sobrevivió a tres demoliciones y seis mudanzas
Fue la primera institución educativa de la capital de Neuquén. Comenzó en 1904 siendo la Escuela Infantil Mixta 1. Hoy lleva el número 2 y se llama “Conrado Villegas”.
La primera escuela primaria pública que tuvo la capital de Neuquén pasó por seis edificios diferentes, fue demolida en tres oportunidades y dos veces los cambios en los planos de la ciudad, la obligaron a mudarse.
El derrotero de la escuela neuquina comenzó en febrero de 1904 cuando Eduardo Thames Alderete fue designado como director y maestro para dar inicio al proceso de enseñanza aprendizaje en una localidad que contaba con poco más de 700 habitantes.
Una escuela para niños mapuches de Neuquén
El primer edificio de la Escuela Infantil Mixta funcionó en tierras que pertenecían a la familia Linares, en avenida Olascoaga y Alcorta.
Eran tiempos donde había muchas cosas por organizar, desde lo administrativo hasta lo geográfico. Un nuevo trazado de la flamante capital, obligó a demoler la escuela, por que por esa esquina pasaba el nuevo diseño de la principal avenida de la ciudad.
Fue entonces que la escuela se trasladó de lugar para comenzar a funcionar en un edificio pequeño y de adobe que pertenecía a Francisco Bueno.
En 1905 se tomó la decisión de separar al alumnado por género y las niñas tomaban clases en una vivienda particular que pertenecía al jefe de la policía, ubicado en calle Rioja, casi San Martín.
Un año después, la casita de adobe se tuvo que demoler porque los nuevos planos de la capital establecían que allí habría un espacio verde. Llegaba entonces una nueva mudanza a la intersección de San Martín y Santiago del Estero, donde la comunidad educativa permaneció por cuatro años.
En 1911 se logró construir el edificio propio de la escuela en el famoso triángulo de avenida Argentina, Carlos H. Rodríguez y diagonal Alvear. Un año después, se inauguró la Escuela Mixta 2 “Conrado Villegas”, que desde 1975 funciona en otro edificio, ubicado en San Juan 50. En 1978, durante la dictadura, el emblemático edificio fue demolido, quedando solo la casita del director.
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