La escuela de buenos modales del MPN
En la semana algunos municipios prohibieron el consumo de mate en las oficinas. La medida fue respondida por el Instituto Nacional de la Yerba Mate.
La pandemia está llegando al punto de saturación. En todos los aspectos. El sanitario es el más visible: Neuquén despide la peor semana por cantidad de contagios, muertes y ocupación de camas, desde marzo, cuando el virus aterrizó en el país. El gobierno neuquino está convencido, como ya pasa en otras partes del mundo, que no hay marcha atrás y que solo se puede aspirar a que las personas reduzcan sus niveles de exposición. La realidad parece transcurrir en andariveles paralelos donde algunos piensan el coronavirus, otros lo olvidaron y muchos se resignaron.
El gobernador Omar Gutiérrez completó sus últimas reuniones políticas con referentes de la oposición donde cosechó apoyos, también objeciones y hasta cruces “desagradables”, según se filtró. No hubo un balance oficial sobre esos encuentros, pero sí se conoció que no se piensa en mayores restricciones y que, en caso de urgencia, solo serían por breves períodos.
Ese posicionamiento parece regir para la ciudad rica de la provincia: la capital neuquina. Varios pueblos del interior retrocedieron a una fase estricta sin ninguna justificación más allá del aumento de casos. Huinganco lo hizo con tres casos activos.
Como complemento de ese sondeo político en el que se metió el gobernador, el inicio de la semana mostró un nuevo movimiento. La ministra de Salud, Andrea Peve, posicionó en los medios un discurso dramático: “Preparen los cementerios”, les dijo a los intendentes. Los números la respaldaron: en apenas siete días la provincia pasó de 9.000 a 11.000 contagios y acumuló 39 muertes, es decir que uno de cada cinco fallecimientos por coronavirus, desde el inicio de la pandemia, se registró esta semana.
Una de cada cinco muertes por coronavirus que acumula Neuquén se produjo esta semana. Además hubo más de 2.000 contagios.
El segundo mensaje fue directo a la sociedad. Los gobiernos comienzan a asumir, aunque tienen terror de reconocerlo, que la pandemia inevitablemente dejará muchas muertes. Es un posicionamiento que nadie se anima a hacer público, pero que de hecho circula en la región, no solo en Neuquén, desde hace tiempo.
Incluso algunos sugieren que mirar los números y la ceremonia de los casos diarios debería quedar a un costado, como hicieron la mayoría de los países por donde pasó el virus, y pasar a otro nivel de análisis. Lo paradójico acá es que siguen siendo los números los que determinan las decisiones pero, en algunos casos, con un grado de manipulación en la interpretación que serviría para justificar cualquier extremo.
Un poco desde allí partieron las últimas medidas consensuadas con el gobernador y los municipios. La amenaza de una Fase 1 terminó con la prohibición de tomar mate en las oficinas públicas municipales. Lo inédito de la medida capturó la atención del Instituto Nacional de la Yerba que salió a explicar que la culpa no es del mate.
Si las costumbres argentinas son un caldo de cultivo para el virus, la traducción de las nuevas medidas podría decirnos que se pasó del consejo de los epidemiólogos al de los antropólogos, en el mejor de los casos, aunque por momentos lo errático sobre lo que debiera ser lo importante parece reducir todo a una escuela de buenos modales como pregonaba la recordada Eugenia de Chikoff en sus años de tevé.
La semana dejó otro dato político. El sindicato Petroleros Privados, que dirige Guillermo Pereyra, firmó con YPF el Acuerdo para la Sustentabilidad y el Empleo. Es un mecanismo que imitarán el resto de las petroleras y permitirá, según anticiparon, una reactivación del sector con modificaciones a algunas condiciones laborales. El titular del gremio participó del acto con un barbijo que llevaba la inscripción: “Petroleros carajo”.
La frase corresponde a la “canción de guerra” del sindicato y fue utilizada por Pereyra como una suerte de señal de triunfo para el sector, después de casi ocho meses de negociaciones. El costo, diluido por la dirigencia, es que a cambio de las paritarias de este año quienes estén en actividad recibirán 60 mil pesos desdoblados a noviembre y febrero del 2021.
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