La escena tecno: todo un mundo por descubrir

La cantidad de estilos y subestilos de las distintas vertientes de la música electrónica puede desorientar a quien se mete en este mundo. El ritmo está hecho de beats -el equivalente rítmico del bit digital- o golpes, y una de las diferencias entre los estilos del tecno se mide en bpm o beats por minuto. El trance psicodélico es, sobre todo, una mezcla entre un tempo rápido de entre 140-160 bpm (que puede incluir una docena de series de tambores) y una multitud de sonidos como bajos y sonidos ácidos.

El trance -el más popular de los estilos dentro del tecno- resultó de la unión de house y ambient, especialmente desarrollado en Frankfurt. Luego, producto de la distorsión hacia los tonos agudos, se escuchó el acid, de sonidos crujientes y repetitivos, que se ramifica a su vez en acid-house, acid-jazz, etc. El gabber, uno de los géneros más rápidos, está en el rango de 200-245 bpm.

Desde allí, infinidad de mezclas y remezclas se han producido: mientras el tecno de Londres es relajado y livianito, el de Detroit ácido y negro, el de Berlín pesado y más acelerado. Sumergirnos en los distintos estilos, pasar de uno a otro, es la única manera de conocer la escena tecno actual.

Los géneros más importantes

El «house» se caracteriza por su ritmo lento y por la importancia que da al ritmo y al bajo; también puede incorporar voces o melodías cantadas, en un estilo conocido como garage. Este ritmo dio pie a la credibilidad de la música bailable. Nació en Chicago a mediados de los «80 en el club Warehouse (de ahí el nombre del estilo) y proviene de música negra americana, recogiendo influencias del disco, el funk y el tecno europeo de Kraftwerk o Depeche Mode.

Dentro de sus derivaciones está el más pesado «hard house», una fusión minimalista del house y tecno, y el «deep house», corriente más cálida, envolvente y llena de soul, con gran influencia del sonido disco.

Otra vertiente es el «nu house» o «new brit house», el house británico de los «90, cálido, groovy y muy vinculado con los géneros negros clásicos (soul, funk, disco, jazz). Proyectos como Faze Action, Basement Jaxx o Idjut Boys definen al género.

El house tuvo su evolución en el «acid», incorporando sonidos crujientes, repetitivos y somníferos, y fue reconocido por su logotipo, el famoso «Smiley».

Su inventor fue DJ Pierre, con el tema «Acid Trax»; Damon Wild y Hardfloor son los abanderados actuales del sonido post-acid.

Por la misma época en que se desarrolló el acid-house, tuvo lugar una recuperación de los sonidos funkies de los «70 a través de una estética moderna, y a este fenómeno se le llamó acid jazz.

Lo étnico, lo industrial

Son comunes las mezclas dub (dub-mix), versiones instrumentales con ráfagas de voz que van apareciendo esporádicamente adornadas con eco intensificado. Tiene su origen en Jamaica, y por extensión, el dub es un género musical que utiliza las bases del reggae, creando una serie de efectos electrónicos, ecos y reverberaciones. Ha sido muy utilizado por el house, el techno, el ambient o el jungle, dando origen a híbridos totalmente hipnóticos.

El ethno-techno es la fusión de elementos técnicos y tecnológicos, practicada por grupos como Transglobal Underground. También se lo llama «tribal», cuando en el house y el techno se utilizan percusiones tribales para crear efectos hipnóticos.

El género industrial nació a finales de los «70, iniciado por grupos como Throbbling Gristle, SPK o Test Dept, exploradores de los límites del ruido, de la música de las máquinas, los ritmos metálicos y las sonoridades urbanas. Muchas figuras actuales del tecno (como Tony Thorpe, de los Moody Boyz) proceden de las filas de la música industrial.

El EBM (electronic body music) es un estilo que utiliza ritmos fríos, monocordes y maquinales, surgidos del rock industrial. Front 242 y Nitzer-ebb son sus mejores heraldos.

Los últimos gritos

El trance es uno de los géneros favoritos de los ravers. Variante nacida en Frankfurt, Alemania, a comienzos de los noventa, se aleja de las melodías y combina ritmos rápidos con largas evoluciones sintéticas de efectos ácidos.

La vertiente psicodélica rinde pleitesía a Goa, ciudad del sur de la India cuya escena trance ha dado lugar a lo más exótico del tecno. Por otro lado el trance melódico es cultivado por Oakenfold, Sasha y Digweed.

El big beat representa un nuevo paso en la conexión entre el dance y el rock. Los Chemical Brothers, con su artillería de breakbeats furibundos, son los pioneros de un género que ahora cuenta con Propellerheads, Bentley Rhytm Ace o los grupos de los sellos Skint o Wall of Sound. También se llamó brit-hop, amyl house o chemical beats.

La escena dance parisina ha generado su propio sonido, el french groove, caracterizado por su pasión por el groove y por un exquisito toque francés, que le otorga identidad propia. El género ha sabido combinar house y funk de forma imaginativa, y que agrupa a artistas como Air, Motorbass, I:Cube, Dimitri From Paris o Daft Punk.

La avanzada negra

El hip-hop ha sido la revolución y renovación de la música americana, al punto que es posible detectar su bases en casi todos los hits. Es una cultura urbana negra de donde proviene el rap, e incluye también manifestaciones artísticas como el graffiti y bailes como el breakdance.

Una derivación es el hip-hop/house, mezcla de los dos estilos, que comenzó siendo practicado por artistas americanos y terminó por convertirse en una auténtica especialidad europea.

Asimismo, el hip-hop instrumental, tomando como ejemplo los discos instrumentales de DJ Mark y The 45 King y los remixes de DJ Shadow y otros abanderados del trip-hop, ha recuperado la labor del DJ y el scratcher.

El «breakbeat» -ritmo base del hip-hop- fue popularizado por James Brown en «Funky Drummer», que ha sido sampleado hasta el cansancio. Por extensión, se llama así a la corriente de tecno surgida en Gran Bretaña que dio posteriormente origen al jungle mediante la aceleración del breakbeat.

El trip-hop es sin dudas uno de los movimientos más interesantes de la escena electrónica. Surgido del hip-hop, generalmente instrumental, es muy experimental y abierto a muchos sonidos diferentes: ambient, jazz, dub, jungle, house. Tiene su origen en el colectivo The Wild Bunch, con nombres de lujo como Massive Attack, Tricky y Portishead.

El jungle surgió en Inglaterra en base a la aceleración del breakbeat, y se ha mezclado con el soul, el ambient y sobre todo el raggamuffin. Su código está en el drumm & bass (batería y bajo) y es puro minimalismo rítmico.

Tiene varias tendencias: el artcore, la más experimental y ambient, también llamada intelligent jungle; jazzstep, que se fusiona con los sonidos orgánicos del jazz; el neurofunk, que es un regreso a sus raíces, a la simplicidad, al ritmo y al funk, tiene en sus filas a Ggrooverider Optical, Arcon 2 y Source Direct.

El techstep es el drum»n»bass más cercano a los sonidos maquinales y la artillería industrial, excitante, ruidoso y ensordecedor. Está representado por Nico Sykes y el sello No U Tum; la recopilación «Torque» es la piedra fundamental del género.

El hardstep es el jungle más punk, con Aphrodite y Origin Unknown como sus principales defensores. Se caracteriza por sus bajos rotundos y sus violentos y vertiginosos ritmos.

Lo étnico, lo industrial

Son comunes las mezclas dub (dub-mix), versiones instrumentales con ráfagas de voz que van apareciendo esporádicamente adornadas con eco intensificado. Tiene su origen en Jamaica, y por extensión, el dub es un género musical que utiliza las bases del reggae, creando una serie de efectos electrónicos, ecos y reverberaciones. Ha sido muy utilizado por el house, el techno, el ambient o el jungle, dando origen a híbridos totalmente hipnóticos.

El ethno-techno es la fusión de elementos técnicos y tecnológicos, practicada por grupos como Transglobal Underground. También se lo llama «tribal», cuando en el house y el techno se utilizan percusiones tribales para crear efectos hipnóticos.

El género industrial nació a finales de los «70, iniciado por grupos como Throbbling Gristle, SPK o Test Dept, exploradores de los límites del ruido, de la música de las máquinas, los ritmos metálicos y las sonoridades urbanas. Muchas figuras actuales del tecno (como Tony Thorpe, de los Moody Boyz) proceden de las filas de la música industrial.

El EBM (electronic body music) es un estilo que utiliza ritmos fríos, monocordes y maquinales, surgidos del rock industrial. Front 242 y Nitzer-ebb son sus mejores heraldos.

Hacia la muertede la estrella pop

El movimiento tecno produjo un vuelco en los conceptos que dominan la escena del rock, enfrentándose al concepto egocéntrico de la estrella roquera y la concepción tribal de grupo.

El músico, liberado de la masa de instrumentos y de los demás músicos, en reemplazo del «grupo» o «banda», trabaja en el marco de un «proyecto» que puede expresarse en dos personas, en una sola, o en una multitud de aportes individuales cambiantes y rotatorios.

A su vez y, puesto que es difícil ofrecer esta música en vivo, en cierto modo el músico es desplazado por el DJ, cuyo trabajo es mezclar los vinilos, CD o cintas DAT en sus mesas, combinar la música de otros, dándole su propio carácter, único del lugar y del momento de cada fiesta.

El circuito dance de las «raves» -cuyo primer antecedente data de 1987 en la isla de Ibiza- tiene el concepto de invadir los espacios, estar hoy aquí para luego desaparecer, y mañana situar el nuevo evento en una fábrica abandonada, una playa o una plaza. Allí la estrella es el DJ, el maestro de ceremonias, el definitivo constructor del espacio y de la música.


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