La Era de la Sinrazón
Según la Teoría Crítica Racial, un varón blanco actual debe “pagar” por las acciones negativas que cualquier varón blanco hizo hace 300 años. Una idea similar se aplica a temas de género.
La sociedad norteamericana ha enloquecido y nosotros vamos a pagar las consecuencias. Solemos creer erróneamente que las cosas que pasan en otras partes del mundo no nos conciernen, pero más temprano que tarde muchos de los delirios que suceden en otras regiones terminan determinando nuestras vidas, por muy distantes que nos sintamos de otras culturas y estilos de vida. Eso es especialmente cierto en todo lo que tiene que ver con la teoría de género y las creencias de los sectores que se autoperciben como socialmente oprimidos.
Hace pocos años era inimaginable que para sacar el registro de conducir en la Argentina hubiera que aprobar un examen de feminismo y demostrar que estamos en contra del patriarcado (incluso, demostrar que creemos que existe el patriarcado), pero ya esa es una norma legal en la Argentina y millones de personas que van a sacar o renovar el registro de conducir deberán aprobar ese examen.
Los norteamericanos han enloquecido y nosotros pagaremos las consecuencias. Desde inicios de 2020 en los EE.UU. surgió un movimiento crítico en contra del racismo.
Comenzó como una serie de protestas espontáneas contra la represión policial, que era especialmente brutal en contra de la población afroamericana y se transformó en un movimiento brutal que quiere imponer un nuevo racismo: ahora en contra de toda persona blanca o de origen sajón. En EE.UU. a este nuevo racismo se lo conoce como “la Teoría Crítica Racial” (CTR, por sus siglas en inglés).
¿Qué dice la CTR? Que “los individuos, en virtud del sexo, la raza, la etnia, la religión, el color o el origen nacional, son inherentemente responsables de las acciones cometidas en el pasado por otros miembros del mismo sexo, raza, etnia, religión u origen nacional”. Esto quiere decir que un varón blanco actual debe “pagar” por las acciones negativas (supuestas) que cualquier varón blanco hizo hace 300 años. ¿Cómo paga? En primer lugar, debe humillarse ante los sectores “oprimidos” y reconocer que ha nacido en un grupo privilegiado y con un cuerpo privilegiado (puesto que es varón, y eso es algo negativo hoy en los EE.UU).
¿Parece una locura? Pronto esta forma de pensar (que no es más que la exacerbación de la Teoría de Género, que ya hemos adoptado plenamente a nivel estatal) llegará al país y veremos que será adoptada por mucha gente que hoy aun nos parece racional.
En EE.UU. la Teoría Racial Crítica, por ejemplo, recurre a las ideas de “privilegio blanco”, “fragilidad blanca” o “sesgo implícito”, que describirían el comportamiento discriminatorio de un colectivo al que define un rasgo inmutable: el color de la piel.
En las escuelas a los niños de ocho años se les pide que busquen su lugar en las “matrices de opresión”: las rígidas jerarquías raciales y de género que, según esta teoría, definen todas las interacciones humanas. Así los niños “aprenden” qué lugar de opresión racial les tocó en el mundo. Los niños blancos “descubren” que son “los opresores”. Deben humillarse en clase y pedir perdón a los demás por los daños que hicieron “sus antepasados”.
Lo mismo sucede con todas las “matrices de opresión por género”: los niños varones deben asumir que sus padres y abuelos eran violadores y maltratadores de mujeres y prometer que ellos no van a repetir el mismo estereotipo masculino.
Entonces, cuando se han arrepentido por sus antepasados abusadores, los niños varones pueden asumir “la nueva masculinidad”: una masculinidad que sostiene que “la mujer y las disidencias sexuales” son mejores, social y éticamente hablando.
¿Parece una locura? Desgraciadamente son noticias del futuro cercano. Falta nada para que esto esté plenamente integrado a nuestro sistema educativo (que mientras más incapaz es de enseñar lo básico en lectoescritura y matemáticas más preocupado está por transmitir la nueva ideología).
En EE.UU. los demócratas -que son los que impulsan estas medidas- dicen que ellos no obligan a los niños ni a las familias a aceptar esta ideología.
Solo que de esta forma están “abriendo el debate sobre raza y género que fue censurado en el pasado”. Pero las escuelas en todos los distritos demócratas están obligadas a impartir la Teoría Racial Crítica y guiarse por los fundamentos de la Teoría de Género. No hay debate: hay imposición. Los niños ya son adiestrados siguiendo estas normas.
¿Parece una locura? Quizá por eso es más de temer. Mientras más irracional es una ideología más fácilmente logrará establecerse y más difícil es discutirla.
Dentro de un tiempo ni siquiera podremos dudar de que todo esto es una locura.
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