La dulce historia de Aurelia Galván, desde Naupa Huen a Choele Choel
Todos los domingos, Aurelia expone sus productos artesanales en la feria municipal de Choele Choel. Llegó a Valle Medio hace cinco décadas, y logró conformar una hermosa familia después de superar una niñez muy difícil. Una historia de vida emocionante.
Dulces, mermeladas, salsas saborizadas y conservas de todo tipo, como berenjenas en escabeche. Eso -y muchísimo más- dispone Aurelia Galván, con sus propias manos y bajo el nombre de “Los Abuelos”, en la feria de todos los domingos de Choele Choel. Y si en pleno viaje justo pasan, es una gran chance para tomar un descanso y, de paso, visitar y conocer a esta gran emprendedora casera.
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Aurelia llegó al Valle Medio desde los pagos de Naupa Huen, hace ya 50 años. En aquel tiempo era costumbre emplearse de niñera siendo aún pequeña, y ella tuvo que vivir esa experiencia. “Soy de un paraje sureño, mi padre no quería que viviera en el campo y me vine de niñera con mi hermana en 1968”, comentó.
Para Aurelia la vida no fue fácil, sobre todo en su niñez. Allí le tocó vivir acontecimientos desafortunados que marcaron una huella de dolor. Por aquel tiempo, ella vivía de pupila en el tradicional Colegio María Auxiliadora de Roca. Su madre falleció cuando Aurelia tenía 10 años, y ese fue el motivo por el que tuvo que regresar al campo, para cuidar a su hermanito de apenas 11 meses. “Mi infancia fue triste, la disfruté muy poco”, contó; al tiempo que aseguró que “mi padre me dejaba en marzo y me buscaba en noviembre. Como verás, no tuve infancia”.
Sin embargo, la vida premió a Aurelia con una maravillosa familia construida años después. Fue así como ella forjó su propio destino en la zona de Choele Choel. Conoció a su compañero desde muy jovencita: se trata de Eugenio Esteban Lavezini, con quien se casó a los 21 años y formaron su familia. Actualmente viven en la chacra ubicada en Paso Piedra, a un kilómetro del puente de Choele Choel. “En septiembre cumplimos 50 años de casados”, relató. Tuvieron tres hijos: Luis, de 48, que se dedica al engorde de vacunos; José María, de 44, que es profesor de Agronomía; y Emanuel, de 33, que decidió seguir con el trabajo de la chacra. “Tengo 2 nueras y 6 nietos: Mateo, Lara, Tiziano, Emma, Ciro y Nahuel”, comentó orgullosa.
Aurelia trabajó de portera en la Escuela Primaria Rural N ° 77, y hace ya diez años que se jubiló. Su impecable trabajo de portera en la escuela de Valle Medio había cerrado un ciclo. Como le ocurre a muchas personas en esta etapa de la vida, buscan seguir activos disfrutando el tiempo y haciendo algo que nos guste y nos mantenga entretenidos. Fue así como Aurelia comenzó a elaborar dulces y conservas caseras. Empezó vendiéndole a amistades y conocidos, pero la demanda fue aumentando y con ello también las obligaciones, por lo que surgió la idea de exponer sus productos en la feria municipal.
Para Aurelia el día comienza desde temprano. “Las 7 de la mañana es un buen inicio, aunque haga frío”, contó. También tiene sus costumbres, claro; y tomar mate es una de ella: “para mí, el mate es sagrado” explicó la mujer, que distribuye muy bien sus tiempos. Hasta después del mediodía es tiempo dedicado a las tareas del hogar. El resto del día va para su nuevo emprendimiento de dulces caseros, conservas y jugos.
La ardua tarea se realiza durante todo el verano, que es la época de la cosecha de la fruta en la zona. Una vez elaboradas las conservas, el trabajo continúa con el envasado y etiquetado, para después guardar y conservarlas frescas y listas para la feria de los domingos. El resto del año, Aurelia no descansa porque aprovecha a elaborar productos de frutos de la época, como frutillas y grosellas. “Mi consejo, dedicado a la juventud, es que todo se puede. Lo único que hay que tener es voluntad y ganas de salir adelante. Con poco se puede lograr mucho”, culminó Aurelia.
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