La difícil tarea de eliminar barreras en el uso de preservativos

¿Cuándo fue la primera vez que viste un preservativo? ¿Y qué tocaste uno? A pesar de que algunas agrupaciones se atrevieron a cuestionar su uso durante el debate por el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, las evidencias científicas son contundentes: es el único método que protege de las enfermedades de transmisión sexual.

Tan valiosa es esta herramienta que su distribución gratuita, a través del sistema de salud público, se ha vuelto incuestionable. En Neuquén, el programa VIH/SIDA es el responsable de la gestión de los “profilácticos”, pero también forman parte de la canasta de productos destinados a la anticoncepción, aunque son los únicos que pueden estar “a mano” de los pacientes ¿Cómo? Si bien en los grandes hospitales es necesario ir hasta la farmacia o pedirlos durante una consulta médica, en los centros de salud es habitual que se deje un dispenser o canasto con preservativos.

“Hay que eliminar todas las barreras”, resaltó Soledad Soberón, referente del programa provincial de Salud Sexual y Reproductiva. Para la profesional, la anticoncepción siempre es una urgencia, por lo que hay que darle respuesta inmediata a quien va a solicitar tanto anticonceptivos como preservativos, porque es probable que luego no regrese. “Luego hay que citar a esa persona y evaluar cuál es el mejor método para su vida”, agregó. Es necesario tener en cuenta todos los aspectos, no sólo el físico, ya que el abordaje psicosocial es fundamental

Según el ministerio de la Nación, encargado de enviar los condones, en todo Neuquén hay 30 puestos fijos de distribución. La distribución interna, que realiza el gobierno provincial, se basa en la demanda de cada centro de salud. “No hay faltantes de anticonceptivos, como se denunció que ocurría en otras partes del país”, aseguró Soberón. La funcionaria recalcó que se lleva un control detallado de los métodos que se distribuyen y que “preservativos no faltan”.

Los profilácticos también pueden ser solicitados por organismos o agrupaciones que realicen actividades vinculadas a la prevención de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual. Como lo hace, por ejemplo, el equipo provincial de Educación Sexual Integral (ESI). Su cocoordinadora, Graciela Soberón, explicó que principalmente los llevan a las capacitaciones que les brindan a los docentes, aunque también los utilizan en demostraciones prácticas cuando trabajan en encuentros de jóvenes o espacios similares.

En esos momentos queda claro lo extraño que es un preservativo, aunque se lo nombre mucho y se lo vea en los medios de comunicación. Los adolescentes suelen desconocer su tamaño, cómo abrirlo, la textura, el olor. Tampoco faltan los mitos, como el clásico “eso no me va a entrar”. La respuesta que encontraron desde el equipo es proponerles que se pongan uno en el brazo y las caras de sorpresa cuando les llega al codo, se multiplican.

Luego, mientras sigue la actividad, los profilácticos quedan a disposición de quien quiera llevarlos. “No imponemos ni entregamos uno por uno”, puntualizó la cocoordinadora, ya que el objetivo es que cada quien viva su experiencia y que tenga a alguien a quien preguntarle. La profesional rechazó la idea de dejar dispenser de preservativos en distintos lugares ya que consideró que es necesario un espacio de contención.

Otro aspecto importante que resaltó la referente de ESI fue la importancia de interactuar con los preservativos, sobre todo de forma previa a la primera relación sexual. En este sentido, la gratuidad se vuelve indispensable, ya que es poco probable que una persona que tuvo que abonar alrededor de $70 por la clásica “cajita de tres” se ponga a jugar con un condón para conocerlos. Practicar cómo abrirlos sin que haya peligro de romperlos o cómo colocarlos, ayudará a evitar situaciones que pueden resultar incomodas y que muchas se utilizan como argumento para no usarlos.

“En la provincia no hay falta de anticonceptivos ni de preservativos como se denunció que ocurría en otras partes del país”.

Soledad Soberón, referente del programa de salud sexual y reproductiva.

En números

Enfermedades de transmisión sexual

En los últimos meses, desde el hospital Heller se alertó sobre el crecimiento de los casos de sífilis y de jóvenes con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Ambas se transmiten, entre formas, por relaciones sexuales sin protección, por lo que el preservativo se vuelve clave en la prevención.

En el primer semestre del 2018, en el hospital, fueron diagnosticadas 20 personas con VIH. Esta cifra generó preocupación ya que durante todo el año pasado, la cifra total fue similar a la que ahora se alcanzó en seis meses ya que se detectaron 22 casos. “No es que hayan aumentado los pedidos y por eso aumentaron los diagnósticos: se pide más o menos lo mismo y tenemos más positivos”, explicó la médica infectóloga del Heller, Carolina Pincheira, durante una entrevista a “Río Negro” publicada en junio.

Los casos de sífilis fueron en aumento desde el 2015 y las cifras de los primeros seis meses de este año repitieron la misma característica que en los casos de HIV: en seis meses se realizaron la misma cantidad de diagnósticos que en todo 2017.

Esta enfermedad, que es producida por una bacteria, no presenta síntomas que enciendan la alarma y puede estar años en el cuerpo sin que se la note.

La mayor causa de su propagación es no usar cuidarse durante una relación sexual, independientemente de si se tiene o no una pareja estable, remarcaron desde las instituciones de salud pública.

En este sentido, la referente del programa provincial de Salud Sexual y Reproductiva, Graciela Soberón, remarcó la importancia de la difusión del uso de los condones. El objetivo que se planteó desde el programa provincial es dar a conocer que cualquier puede acceder a los métodos de protección, de forma gratuita y desde una visión integral de su sexualidad, género, edad, estilo de vida y todos los aspectos que conformen a esa persona.

La línea gratuita 0800-222-344 brinda información sobre la salud sexual y reproductiva a la población en general y los equipos de salud.

Un derecho amparado por las leyes

La salud sexual y reproductiva en el país está reconocida como un derecho y amparada por las leyes vigentes. Es parte integral de los derechos humanos y su ejercicio es esencial para el goce de otros derechos fundamentales.

Entre otros puntos se establece que las personas tienen derecho decidir con quién tener relaciones sexuales, cómo y cuándo, sin presiones ni violencia y a vivir la orientación sexual libremente, sin discriminación.

El acceso a recibir información completa y amplia y a obtener gratis el método anticonceptivo que se elija: el que mejor se adapte a las costumbre, cultura y valores de quien lo requiera.

Entre estos métodos se encuentra el preservativo, que es el único que evita las enfermedades de transmisión sexual; los orales; los inyectables y los de larga duración, como los DIU o los implantes subdérmicos.

A partir de los 14 años, los adolescentes tienen derecho a recibir atención y métodos anticonceptivos sin compañía de adultos. Antes de esa edad también es posible, con los padres o un adulto de referencia si ellos no pueden asistir.