La crisis política de Cambiemos anticipó los cambios

Los cambios que se preveían anunciar después de la apertura de los mercados del lunes, a la espera de testear la volatilidad del tipo de cambio y las posibilidades de inyectar más incertidumbre al mismo, terminaron por cerrarse el viernes por la noche.

El presidente tomó la decisión de desplazar a Juan José Aranguren de la cartera de Energía y a Francisco Cabrera, de Producción, buscando nuevos interlocutores y puentes (Iguacel y Sica) para los sectores que representan.

El exministro Aranguren deja su ministerio en manos de otro profesional conocido para la región: Javier Iguacel, que, hasta este fin de semana, fue titular de Vialidad Nacional.

Ayer el rumor estaba centrado en que Producción y Energía iban a pasar a manos de Nicolás Dujovne, una manera de ir construyendo un ministro de Economía con más poder, otro de los reclamos formales que hizo el FMI en su carta de intención.

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Pero, si bien los anuncios no fueron en esta línea, queda claro que Dujovne concentrará a partir de ahora el manejo de todo el sector económico del gobierno.

Según trascendió, la decisión del alejamiento de Aranguren la tomó el presidente Mauricio Macri el viernes por la noche con su núcleo político más íntimo. El exministro fue comunicado horas después.

El desconocimiento de Aranguren sobre su desplazamiento era tal que este fin de semana anunció, al presentar en Bariloche las conclusiones de la reunión preparatoria de los países que integran el G20 y como un gran respaldo político a su gestión, que “el secretario (Rick) Perry va a visitar Vaca Muerta”. Toda una gestión realizada en forma personal por extitular de Energía.

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Sin embargo, la crisis política por la que atraviesa Cambiemos terminó por arrastrar a Aranguren. Sin dudas el elevado costo político que tuvo que asumir Macri con el proceso de actualización de las tarifas, fue una de las variables a tener en cuenta para su remoción. Si bien la corrección de los precios de los servicios de agua, gas y electricidad era algo que estaba consensuado con toda la cúpula de Cambiemos desde findes de 2015, las actualizaciones se hicieron sin tener en cuenta variables clave que terminaron por erosionar la imagen del gobierno nacional.

Otro factor determinante de su salida fue la ofensiva permanente que Aranguren imprimía sobre YPF que terminaba afectando el desarrollo de Vaca Muerta. El exministro no valoraba el actual rol de la estatal argentina y estaba entre sus planes vender parte de sus unidades de negocios para hacerla más eficiente. Varios proyectos llegaron a manos de presidente los que nunca fueron ejecutados. Mientras que el gobierno nacional promovía en el exterior el área de Vaca Muerta para su desarrollo, desde Energía parecía que se frenaba toda iniciativa. Conclusión: la lluvia de inversiones prometida desde fines de 2015 nunca terminó por llegar a esta área tan promocionada políticamente.

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La entrada de Iguacel abre nuevas expectativas para la actividad hidrocarburífera del norte de la Patagonia.

Pero queda claro que, si no se resuelve la distorsión de precios relativos que presenta la macro y los altos costos que hoy tiene la producción en el país, esa lluvia de inversiones continuará sin aparecer y poco tendrá que ver este cambio de nombres en el ministerio de Energía.