La crisis en Bariloche dispara la pobreza pero también la solidaridad

Los trabajadores más precarizados son los primeros en entrar en emergencia. Pero en la ciudad andina también se fortalecieron las redes de contención comunitaria: desde comida hasta barbijos.

Natalia tiene una pequeña despensa barrial en Bariloche y fabrica barbijos para sus vecinos. Foto: Alfredo Leiva

“Comemos al mediodía o a la tarde. Tratamos de hacer una sola comida al día. Entre medio, tomamos mate con pan que hago con la harina que nos dan”. La situación descripta por Miguelina Vargas es la de mucha gente que, desde que comenzó el aislamiento obligatorio, se vio impedida de trabajar. Los ahorros que tenían algunos pocos privilegiados se consumen poco a poco.

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