La cordillera fue un imán para el finde XXL y colapsaron las rutas
Entre Senillosa y Bariloche se formaron largas hileras, especialmente en los sectores en los que el sobrepaso está prohibido.
El inicio del fin de semana de carnaval, con feriados que se extenderán hasta el martes, dejó en claro que el turismo en la zona cordillerana goza de buena salud, dados los miles los viajeros que eligieron pasar estos días en Bariloche y otras localidades de la región.
El tránsito incesante por la ruta 237 hacia los destinos andinos comenzó a notarse a partir del viernes, y en la mañana de ayer hubo congestión por momentos, especialmente en los tramos donde están vedados los sobrepasos. Hacia el mediodía el flujo disminuyó, aunque era evidente que la mayoría de los vehículos que ingresaban a esta ciudad eran turistas en plan de descanso, ya que un alto porcentaje trasladaban reposeras, bicicletas, kayaks y otras embarcaciones.
Un empleado de la estación de servicio de Dina Huapi, Emanuel Quintana, calculó que el movimiento registrado allí llegó “al triple” de un fin de semana normal. Se había formado una cola considerable para cargar combustible, pero los surtidores son muchos y la espera no superaba la media hora.
Algunos de los clientes confiaron que en Piedra del Águila (donde están las estaciones más cercanas) la espera era de una hora y media.
“Algunos ven esas colas y se la juegan hasta acá, porque en Confluencia la estación está cerrada. Llegan con lo justo -aseguró Quintana-. Hay muchísima gente, en Bariloche, en El Bolsón. Sin dudas es el fin de semana con más movimiento desde que empezó el verano”.
La afluencia constante sorprendió también a algunos turistas, quienes reconocieron que no esperaban semejante interés por viajar a Bariloche y La Angostura. “Se ve que mucha gente prefirió no ir a la playa, por miedo o quién sabe por qué” dijo Gisella, una neuquina que viajó con su pareja Manuel para pasar unos días y se encontró con “todo lleno”, como en una temporada récord.
Su caso es muy particular, porque llegaron a La Angostura el viernes y se olvidaron la llave de la cabaña que habían alquilado. Intentaron conseguir alojamiento alternativo y no pudieron. “Estaba todo lleno, hasta los hostels”, dijo Gisella. Descartaron contratar un cerrajero porque quería cobrarles 10 mil pesos. Finalmente un allegado se ofreció a llevarles la llave desde Neuquén y ayer al mediodía lo esperaron en el cruce de rutas, durante varias horas, porque al parecer los 420 kilómetros se le hicieron interminables.
El oficial de la policía neuquina Sergio Garay, que trabaja en el puesto Nahuel Huapi, confirmó que el tránsito fue muy intenso ayer “especialmente entre las 8 y las 11”, pero después del mediodía “bajó bastante”.
Unos cientos de metros más allá, donde hay un sitio de interés histórico y un mirador del lago Nahuel Huapi, muchos turistas se detenían a admirar el paisaje y sacar fotos, seguros de haber dejado atrás lo más largo y de estar a pocos minutos del sitio elegido para las minivacaciones.
Dos jóvenes que se movilizaban en bicicleta con destino a San Martín de los Andes, Cecilia y Roberto, hicieron allí una parada y confiaron que el tránsito estaba mucho más “pesado” que lo habitual y representa un peligro extra para viajar sobre dos ruedas.
Malestar
Mientras esperaba para cargar combustible a bordo de su camioneta, Javier quiso dar también su testimonio y aseguró que el viaje había sido “un desastre”. A su juicio, fue porque esta vez no rigió la prohibición para el tránsito pesado, que la CNRT suele imponer en fechas similares.
“Siete horas tardé desde Cipolletti (unos 430 kilómetros), es una barbaridad. La ruta llena de camiones y desde Piedra para acá no se puede pasar en ningún lado -se quejó-. Si quieren fomentar el turismo no sé por qué no prohíben el transporte de cargas, sólo debería estar habilitado el de combustibles”.
Hernán, un turista de Bahía Blanca que se detuvo también en el mirador, contó que hace quince días que está en la zona, pero dos amigos suyos que llegaron ayer tuvieron muchos problemas para viajar porque “la ruta estaba terrible, desbordada de tránsito”.
Un policía rionegrino encargado del control vial a metros del puente Limay dijo también que hubo ingresos ininterrumpidos desde ayer y que la ruta se satura más “a primera hora de la mañana y entre las 4 y las 5 de la tarde”.
Algunos turistas que ya habían arribado el viernes y ayer salieron de recorrida, reconocieron que Bariloche está “colmado” y les costó acceder a algunos servicios. “No pensábamos encontrarnos con estas colas para comer -dijeron Cinthia y Alberto, dos neuquinos que viajaron con sus tres hijos-. Lo mismo te encontrás si vas a cualquier playa, está muy difícil para estacionar”.
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