Roca, una isla sin aeropuerto
No hay grieta alrededor de la salida de Roca del mapa aéreo de la provincia y del país.
Radicales en el pasado, peronistas luego, macristas y albertistas rionegrinos hicieron su aporte en el camino hacia el fracaso. Tres décadas después del proyecto para la exportación aérea de cargas, a 22 años de la última vez que un avión de línea tocó la pista, el Arturo Illia está a punto de perder hasta la posibilidad de operar con vuelos sanitarios.
La historia no es lineal y las cuotas de responsabilidad no son iguales para todos los actores políticos. Este presente opaco se construyó con capítulos de corrupción, otros de inacción y también de gestiones ineficientes, con anuncios de prosperidad apoyados sobre bases maquilladas.
El 20 de marzo pasado el aeropuerto cumplió 40 años desde su inauguración. Poco y nada hubo para celebrar, más allá del esfuerzo que sigue realizando el sector privado para sostener la actividad aeronáutica en la ciudad.
La apuesta al desarrollo de la ciudad a partir de la llegada y despegue de vuelos tiene a los gobiernos como protagonistas centrales, pero nadie parece dispuesto a ocupar ese rol a nivel municipal ni provincial.
Y en ese sentido, la falta de interés del gobierno rionegrino por mantener la estación roquense no puede entenderse sin analizar la historia política reciente de la provincia.
Lo que ocurre con el aeropuerto no es -ni más ni menos- que otra prueba sobre el corrimiento de los ejes del poder regional, donde Bariloche, Cipolletti y Viedma concentran la atención de los funcionarios más importantes.
Nunca más literal, Roca fue pasada por alto una y otra vez en las decisiones importantes relacionadas con la inversión en infraestructura y la planificación de políticas de desarrollo.
No fue sólo el abandono del Arturo Illia. Fue la falta de construcción de viviendas, el deterioro hasta llegar al colapso de las redes de agua y cloacas, la pasividad ante las demoras en la ampliación de la Ruta 22…
El debate que se reeditará pronto, en campaña electoral, pasará por las responsabilidades sobre ese escenario. ¿La Provincia se desentendió de Roca o Roca se aisló a partir de las acciones y declaraciones de sus intendentes?
Hay verdad a ambos lados de esa calle. Por eso será interesante conocer de qué manera se presentan unos y otros ante los roquenses, que en alto porcentaje evitan diferenciar los colores partidarios y facturan de manera global a la dirigencia política la pérdida de relevancia de la ciudad en el mapa político e institucional.
La gestión provincial parece haber reaccionado y desde principios de este año sumó anuncios para Roca: casas, el hospital materno infantil, obras cloacales por 157 millones…
Lo que no puede ocultarse es que ese impulso no llegó vía un ejercicio reflexivo sobre la injusta distribución del Prespuesto provincial durante los últimos años. Fue después de los resultados electorales del 2021, que generaron la sensación de que esta vez existen chances de ganar los comicios municipales.
Ante eso, doble atención se impone para el electorado. De un lado y de otro habrá promesas de quienes habitualmente juegan a la mancha con los aviones. Y el voto es demasiado importante como para regalarlo ante la primera oferta.
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