Cinco minutos para un cambio abismal
Cinco minutos fueron suficientes para trazar una diferencia notable de estilos en el vínculo entre el municipio de Roca y el gobierno provincial.
A centímetros de la gobernadora y sin elevar una sola vez el tono de voz, la intendenta María Emilia Soria ratificó el reclamo por soluciones definitivas para los sistemas de agua y cloacas en la ciudad.
La mandataria local confirmó que se puede ser cortés sin perder las convicciones. Una vez más, aceptó la invitación a participar de un acto organizado desde Viedma, formando parte de una escena que hasta el 2019 era inimaginable. En la gestión anterior ni siquiera se hubiese hecho el esfuerzo de convocar al intendente, que clausuró a fuerza de maltratos verbales todo canal de comunicación con la Provincia.
Pero lo más significativo fue que, además de dar la cara, la intendenta demostró que no hace falta gritar ni colmar de adjetivos un discurso para que el mensaje llegue a destino.
En su “agradecimiento” por el paquete de obras que se estaba anunciando, Soria enumeró todas las zonas que padecen trastornos desde hace años por los desbordes y pérdidas. Y esa sola descripción, por su extensión, fue todo lo necesario para que se entienda la gravedad de los problemas, por la falta de inversión y mantenimiento en las redes.
Y esa bocanada de oxígeno entre tanto verbo malgastado durante los últimos años también tuvo sentido por los protagonistas del acto del miércoles pasado.
Además de la gobernadora, en la mesa principal estuvieron el vicegobernador, Alejandro Palmieri, y el ministro de Producción, Carlos Banacloy.
Hay altas chances de que uno de esos dos dirigentes sea el próximo candidato a intendente por Juntos Somos Río Negro. Y que se haya podido establecer un ámbito de convivencia con quien será su principal adversaria en los comicios locales del año próximo abre una puerta a la esperanza de tener una campaña donde las descalificaciones, los ataques personales y las chicanas queden, si no desterrados, reducidos a la mínima expresión.
Más allá de eso, los anuncios de la semana pasada confirmaron que el oficialismo provincial camina a otro ritmo en Roca, con inversiones en infraestructura muy superiores a las registradas años atrás.
Hospital materno infantil, viviendas y la extensión de redes de servicios básicos aparecen en la agenda de un gobierno provincial decidido a influir en el voto local de los vecinos.
El municipio no está quieto en ese terreno y el 6 de abril será protagonista de la licitación del Plan Director de Cloacas, que prevé una inversión de casi 3.000 millones de pesos. Son fondos nacionales, pero puestos a disposición del sorismo para el inicio de la carrera proselitista.
Sumado a estos movimientos, la incorporación del exconcejal Mario Álvarez a Unidad Popular consolida la idea de que Roca ya está en modo electoral.
Lo que no puede perderse de vista es que en simultáneo a los armados electorales habrá que gestionar una ciudad que por bastante tiempo será poco amigable para el tránsito, por el recambio de cañerías.
La madurez política demostrada la semana pasada por los oficialismos de la ciudad y de la provincia no tiene espacio para convertirse en espejismo.
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