El viejo Hotel Toscano: una esquina de Roca cargada de historias
En Italia y Tucumán, funcionó el Hotel Toscano de Laurino Bonacchi. Significó uno de los espacios más representativos de Roca a principios del siglo XX.
Lo último del Hotel Toscano de Roca serán sus fotos y recuerdos, porque en pie ya no ha quedado nada, y es cuando aparecen las imágenes en blanco y negro -o sepias- que hacen despertar la memoria de los nostálgicos.
Las nuevas generaciones ni se imaginan que en la esquina de Italia y Tucumán empezó gran parte de la historia de la ciudad, a comienzos del siglo XX.
Fue fundado por don Laurino Bonacchi, a quien públicamente se lo conocía como “el toscano”, nombre que aludía a esa conocida región de Italia.
En los escritos de Pablo Fermin Orejas sobresalen una y otras historias. Como la del ilustre novelista español Vicente Blasco Ibáñez, autor de “Sangre y arena” y otras famosísimas obras, que ya en 1910 concurría a dicho Hotel.
Por esa época, también, Blasco Ibáñez fundó la Colonia Cervantes, y en las mesas del Toscano se sirvió la comida con que fue despedido en 1913, cuando regresó definitivamente a Europa.
El 14 de septiembre de 1932 un incendio destruyó totalmente el edificio. Sin embargo volvió a abrir sus puertas. El progreso siempre estuvo ligado a la historia del más popular de los hoteles que tuvo la ciudad.
Famoso por su gran cantidad de habitaciones que tuvo y por las celebridades que supo cobijar. En el tradicional salón, donde además de funcionar el comedor, se proyectaba cine por parte de don Máximo Rosa.
Su deterioro comenzó antes, mucho antes; ya pasaron 16 años de las últimas paredes -del toscano- sobre la vereda de calle Italia, sobre cuyas veredas eran atados los carruajes de los fundadores y visitantes.
Soportó tormentas, carnavales y brindis. También el sonido de las orquestas de la época.
Hoy, es una esquina con media docena de locales comerciales.
Sus fotos (arriba) son un viaje al pasado, a la vida social que tuvo la ciudad por aquellos años, y recordar nunca está de más. Al contrario, este emblema arquitectónico -que está en la memoria de muchos- mantiene viva la historia de Roca.
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