La CGT renueva autoridades y recela contra el ala kirchnerista del gobierno
Este jueves se reúne el congreso de la central obrera para elegir una nueva conducción.
Este jueves, la Confederación General del Trabajo (CGT) va a renovar sus autoridades por otros cuatro años. Para el congreso confederal a reunirse en Parque Norte, el predio de los mercantiles pegado la costanera porteña, no se anticipan grandes sorpresas aunque seguían las negociaciones entre los distintos sectores. Se habla de “unidad” y “continuidad”.
Lo primero se traduciría en el regreso del moyanismo a la conducción cegetista. La “continuidad”, a su vez, quedará sellada con la confirmación para otro período de los actuales secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, que compartirían la conducción con un representante del moyanismo, en un triunvirato, formato con varios ensayos cegetista. Por estas horas, sin embargo, se habla de otra fórmula de conducción: “un cuarteto”. Bajo esta hipótesis, ese cuarto co-secretario general sería el metalúrgico Antonio Caló.
No obstante la danza de nombres, dentro de la CGT también se discute cómo se ubicará la central obrera después del 14N, en un escenario que los dirigentes sindicales imaginan de pugnas dentro del gobierno, entre “el peronismo clásico y kirchnerismo”, según definen. La CGT, claro, se ubica en el primero de estos bloques.
El Confederal traerá la novedad de un cambio orgánico para cumplir la Ley de Cupo Femenino. Lo curioso es que está adaptación a los nuevos tiempos, al menos por ahora, no contempla la conducción de la central.
Como antesala del congreso (y a pocos días del 14N), Daer Acuña y el estatal Andrés “El Gaucho” Rodríguez se reunieron este martes en la Casa Rosada con el Presidente Alberto Fernández y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. La alianza con el albertismo sigue intacta.
La mesa chica cegetista se reunió la semana pasada en la sede de UPCN, cuya conducción ejerce Rodríguez, quien junto a Daer y a Gerardo Martínez (UOCRA) vienen diseñando ya desde el año pasado la reconfiguración de la CGT con la renovación de sus autoridades.
Una de las premisas que trabajó este grupo, está a punto de cumplirse en el nuevo congreso: la reunificación de los grandes sectores del sindicalismo peronista clásico (u ortodoxo). Así lo marca el regreso del moyanismo apoyado por gran parte de los sindicatos del transporte; la permanencia de Héctor Daer junto los Gordos e Independientes (sindicatos de servicios, comercio, UOCRA, docentes), y también la continuidad del barrionuevismo.
La pata que le faltaría a esta nueva conducción es la que se daba como un hecho semanas atrás: la representación de los llamados “gremios industriales”. Muchos descontaban la incorporación de Caló. ¿La continuidad de Acuña le quita la silla al metalúrgico? ¿O agregarán una cuarta plaza para evitar ofensas?
Que haya un triunvirato o un cuarteto al frente de la CGT reflejará algo más que el equilibrio de fuerzas sindicales. También marcará de qué manera se va a parar la central obrera frente a otras discusiones políticas. Los sectores predominantes de la CGT vislumbran pujas dentro de la coalición. “Se va a tensar después de las elecciones, sobre todo con el kirchnerismo”, dicen.
En función de ese escenario político, el grupo que sostiene a Daer más el barrionuevismo creen que con Moyano habrá una “conducción cohesionada”. El líder de los camioneros, igual que aquéllos, sigue manteniendo recelos contra Cristina Fernández y Máximo Kirchner. En cambio entienden que Antonio Caló siempre va a evitar cualquier tipo de choque con la expresidenta. Igual ocurre con Ricardo Pignanelli y el SMATA. Sin bien integra la CGT, SMATA no participa de sus decisiones y mantiene un incondicional apoyo a Cristina Fernández. Según dijeron a este diario, estas diferencias políticas con el Secretario General de Unión Obrera Metalúrgica dificultan su integración a la máxima conducción cegetista. “Pero siguen conversando, eh”, aclaran, dejando abiertas las puertas.
No está definido, dicen, quién encarnará el regreso del moyanismo a la CGT. Hugo Moyano por años pujó para que sea su hijo, Pablo, secretario adjunto de la Federación Camionera. Si no son ellos, la plaza recaería en Omar Pérez, tercero en la línea de mando camionera.
Los sectores dominantes de la CGT concluyen también que es mejor tener a Barrionuevo dentro de la organización “porque si va por fuera te arma desastres”, como dijo a este medio un importante dirigente. Los gastronómicos (que no hace mucho firmaron un acuerdo con el Presidente Fernández y cámaras empresarias para reconvertir planes sociales en empleo formal) seguirán representados por el actual co-secretario general, Acuña (estaciones de servicio). “Barrionuevo no tiene muchos gremios detrás suyo, pero políticamente pesa mucho”, dicen en la CGT. “Luis no es anti-Alberto, pero sí es muy anti-Cristina”, lo definen.
Lo que no se discute en la CGT es el alineamiento con el Gobierno nacional. Sobre todo, con el Presidente y su jefe de Gabinete. Se espera que haya un pronunciamiento al respecto del Congreso de la CGT, donde también se rechazarán los proyectos de Juntos por el Cambio que proponen reformas laborales y la eliminación de las indemnizaciones a cambio de un seguro de desempleo.
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