La CEB, una cooperativa con impronta cordillerana

La empresa brinda el servicio de energía eléctrica a Bariloche, Dina Huapi y Villa Mascardi. Pero también tiene a su cargo, entre otras tareas, el saneamiento de desagües cloacales y prestaciones de sepelio, todo en un clima y topografía particulares.

La Cooperativa de Electricidad Bariloche es una empresa de la economía social fundada en valores comunitarios que es administrada en forma democrática con elecciones anuales.

A través de su existencia siempre buscó brindar servicios al menor costo posible sin obtener ganancias por esas prestaciones. Es concesionaria de la distribución de la energía eléctrica y el alumbrado público en la ciudad cordillerana por excelencia y alcanza también a Dina Huapi y Villa Mascardi.

También es concesionaria del servicio de Saneamiento que consiste en la recolección, el transporte, el tratamiento y la disposición de los desagües cloacales.

Además presta servicios sociales como el de sepelio, una acción solidaria para acompañar, ayudar y contener en momentos difíciles, y el servicio de Gestión de Cobranzas SICEI, para entidades intermedias y sociales no lucrativas que comparten los valores comunitarios de la CEB y requieren la gestión de cobranzas para sus aportes voluntarios o cuotas.

Se suma el Servicio de Acción en Salud SEAS, un servicio de salud primaria puesto a disposición de los asociados con especialidades básicas que toda familia barilochense, y el de Telecomunicaciones a través de la empresa Angostura Video Cable.

“El área de Energía de la CEB tiene unos 54 mil usuarios en la actualidad, y su plan de desarrollo consiste en acompañar la tasa de crecimiento de la ciudad de la mejor manera posible y siempre en la búsqueda de mejorar la calidad de servicio”, indicó Carlos Aristegui, presidente la de CEB.

Queremos acompañar la tasa de crecimiento de la mejor manera posible y con la mejor calidad de servicio!

Carlos Aristegui, presidente de la Cooperativa Eléctrica Ltda.

Para eso se avanza con la Estación Transformadora del Este, ampliando la calidad de servicio de las líneas que llevan la energía al Aeropuerto, al campus de la Universidad Nacional de Río Negro y el Parque Industrial Tecnológico Bariloche (Pitba), así como el mejoramiento del sistema de abastecimiento de Dina Huapi y planes de soterrado.

El área de Saneamiento brinda servicios al 50 por ciento de la población y busca llegar a la mitad restante que no tiene redes barriales, mientras se desarrollan nuevas obras de tratamiento de los líquidos cloacales que significan un avance histórico en el cuidado del lago Nahuel Huapi.

También desarrollan obras accesorias del segundo módulo de la planta depuradora, la puesta en funcionamiento definitiva de la planta de atmosféricos y el mejoramiento del proceso de las plateas para el tratamiento terciario de líquidos cloacales en Cañadón de los Loros.

En el área de las Telecomunicaciones y fibra óptica se busca avanzar con un anillo digital universal que facilite el proceso de democratización de las comunicaciones, de forma tal que pueda incorporarse la mayor cantidad posible de usuarios a este servicio.

Entre las debilidades de la CEB no puede dejar de mencionarse la particular topografía de Bariloche y su clima, sumado al hecho de atravesar distintas jurisdicciones en el despliegue de sus redes. Para llegar a todos los vecinos la CEB debe extender líneas eléctricas en zonas boscosas en las que caen ramas y árboles enteros, en especial en épocas de nevadas.

El servicio de Saneamiento también debe adecuarse a esa topografía que obliga, por ejemplo, a generar impulsiones extraordinarias. Para superar estas condiciones se requieren equipos de trabajo entrenados e importantes tasas de inversión.

“Entre las fortalezas se puede destacar que se trata de una empresa con 75 años de experiencia, con equipos de trabajo especializados y un plan estratégico, que es administrada en forma democrática y evaluada todos los años en procesos electorales”, sostuvo Aristegui.

La empresa está en permanente expansión. Está sobre la media regional en calidad de servicios, tiene una fuerte alianza con los vecinos y no ha perdido la vocación por tener una visión estratégica.

La aparición del coronavirus hizo caer fuertemente la recaudación. No obstante, la CEB implementó mecanismos de bioseguridad, reforzó los protocolos sanitarios para proteger a los asociados y a sus trabajadores, amplió los espacios para garantizar el distanciamiento social y puso en marcha el teletrabajo.

También fueron desarrollados nuevos abordajes en temáticas como el cobro del servicio. Como ya no se puede concentrar personas en un hall de espera se desarrolló una oficina virtual y el pago a través de otras vías.

“Por razones de bioseguridad fueron desdobladas las cuadrillas y para eso se capacitó a los trabajadores. Fueron modificados los horarios de trabajo, se hicieron más eficientes algunos procesos a través del teletrabajo con lo que disminuyó fuertemente la circulación de papel y de personas, con una atención presencial minoritaria y una mayor atención por vías digitales”, explicó su presidente sobre el método de trabajo adoptado en época de pandemia.


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