La Capal fabricará sus propias colmenas

La apicultura es una de las actividades que florece en la región, pese a las dificultades propias del contexto económico y de la pandemia.
Hace algunos años, la Cooperativa Apícola Patagonia Andina Limitada (Capal) de San Martín de los Andes comenzó a proyectar distintas iniciativas para generar valor agregado en la cadena apícola local. El momento llegó, dado que acaban de concretar el sueño de su propia carpintería, para la elaboración de distintas piezas para las colmenas. Se trata de un paso enorme, que a su vez fortalecerá el desarrollo apícola de la región y también el forestal.
La cooperativa se encuentra en etapa de elaboración de los protocolos de producción de las distintas piezas que componen las colmenas, como pisos, techos, alzas melarias, medias alzas, nucleros, babys de fecundación, cuadros y cuadros de alzas. Con esta nueva unidad de negocios disminuyen los costos, ya que se sustituye la compra de insumos manufacturados y fletes desde otros puntos del país.
Los fondos fueron obtenidos a partir de un proyecto que se presentó a la “Línea de Desarrollo de Entramados Productivos Locales” del Ministerio de Trabajo de Nación. La gestión se vehiculizó a través de la “Mesa Rural Lácar”, con el asesoramiento técnico y acompañamiento de Centro PyME-ADENEU, organismo dependiente del ministerio de Producción e Industria.
La mesa fue conformada para superar la crisis generada por la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle en 2011 y hasta la fecha sigue funcionando para canalizar problemas de comunidades mapuche y organizaciones de productores, entre ellas la CAPAL. Además participa el gobierno provincial, la municipalidad de San Martín de los Andes, INTA, INTI y el gobierno nacional.
Mario Bravo, presidente de la CAPAL explicó que cuando se abrió la convocatoria “abordamos un proyecto ambicioso, con la generación de empleo para agregado de valor en la cadena apícola. Planteamos la elaboración material vivo con la creación de un criadero de abejas para mejora genética, para abastecer al mercado regional de material vivo y genético”.
El criadero dio sus primeros pasos y en 2019 la cooperativa logró entregar abejas y reinas en Neuquén, Río Negro y Chubut. El próximo objetivo por cumplir es la ampliación de la infraestructura de la sala y las habilitaciones para comercializar a otros puntos del país.