La calles de Kabul, llenas de un silencio “que metía miedo”
En la capital se ve poca gente, los comercios cubren publicidades con mujeres y pocos circulan de noche. Profesionales y opositores no creen en las promesas de moderación y tratan de salir del país.
La vida empieza a recuperar su pulso en Kabul, pese al miedo. La tranquilidad reinaba ayer en la capital afgana, pero la mayoría de administraciones y comercios estaban cerrados. Los anuncios con mujeres vestidas con ropa occidental fueron cubiertos con pintura blanca, mientras que los hombres que llevaban jeans y remera corrieron a cambiarlos por túnicas tradicionales.
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