La beatificación de Zatti fue seguida paso a paso en la región
En Viedma, 2.500 personas se sumaron en distintos momentos. Muchos madrugaron para ver la ceremonia por televisión.
VIEDMA (AV).- Unas 2.500 personas rindieron culto ayer al espíritu de sacrificio que irradió la figura de Artémides Zatti, el enfermero que fue beatificado en el Vaticano por el Papa Juan Pablo II.
El sentido homenaje reunió a jóvenes, adultos y amigos que aún le quedan en esta ciudad al «enfermero santo» de la Patagonia. El día de ayer fue recibido con gran alegría por la comunidad religiosa salesiana que permaneció en vigilia durante toda la noche del sábado hasta el anuncio papal.
El ritual seguido en su mayoría por jóvenes no paró en todo el día. A primera hora, unos 500 provenientes de colegios católicos de toda la región Norpatagónica salieron a caminar por la ciudad recreando las recorridas que hacía Don Zatti con su bicicleta.
El momento más emocionante fue cuando escucharon relatos que envolvían al famoso vecino, de parte del ciudadano ilustre de Viedma, el maestro Juan Carlos Tassara, quien fue su amigo.
Para reflotar viejas historias fueron utilizadas, como escenario, las escalinatas del Banco de la Nación Argentina, pues allí concurría asiduamente el enfermero a pedir dinero en préstamo cuando se encontraba en apuros y necesitaba comprar insumos hospitalarios o bien sostener el incipiente andamiaje del hospital San José.
Testimonio
Tassara recordó que Zatti era el cliente Nº 226 del banco y aprovechó la oportunidad para refrescar que una vez consiguió que un jugador de naipes le prestase fondos.
«Sus allegados se agarraban la cabeza porque no podían creer la procedencia, y sobre todo cuando Zatti les contestó: yo al dinero lo purifico en el crisol de la caridad y se lo dedico a los pobres», rememoró el maestro.
Por el resto del día se sucedieron diversas ceremonias litúrgicas, y en procesión medio millar de viedmenses caminaron unas 25 cuadras entre el edificio del instituto Don Bosco -donde funcionó el hospital y Colegio Agrícola San Isidro que fue el segundo hogar del enfermero-, hicieron un pequeño descanso para orar en el hospital viedmense que lleva su nombre, y luego se trasladaron al gimnasio municipal Fioravanti Ruggeri convocados por el obispo del Alto Valle, José Pozzi, quien tuvo a su cargo un sentido homenaje final.
El prelado roquense destacó la figura del salesiano coadjutor sosteniendo que «él mismo era una medicina porque curaba con su presencia» y agregó que «la Eucaristía (el sacramento instituido por Jesucristo) fue el centro de su vida.
Fue necesario abrir las puertas de par en par en el gimnasio municipal Fioravanti Ruggeri para permitir que la comunidad pudiese asistir ya que prácticamente no cabía un alfiler.
En el acto se encontraban presentes el intendente Gustavo Costanzo, el presidente del Concejo Deliberante, Pedro Pesatti, y el legislador aliancista Juan Manuel Muñoz. La ceremonia concluyó con un cerrado aplauso y la entonación del Himno a Don Zatti.
Lo vieron por tevé
Los más allegados afectivamente a este querido vecino madrugaron para ver por la televisión estatal argentina la ceremonia religiosa en la plaza San Pedro.
Los más curiosos virtualmente se pegaron a la pantalla a fin de tratar de individualizar a los amigos que viajaron desde esta capital con el propósito de escuchar de cerca la oficialización del proceso canonizador, y pese a las particulares circunstancias del momento.
A los puntillosos no les agradó demasiado el retrato que apareció en las pantallas como telón de fondo de la ceremonia que presidió el Papa.
La imagen del cabello que le tapa la calvicie fue tomada de la obra del pintor italiano Nino Mussio, que apareció publicada en el Bollettino Salesiano en Roma durante octubre de 1997. Hoy ese retrato es poco difundido en esta ciudad que aún conserva en estampitas la calva sonriente y un frasco de medicamentos en su mano derecha.
Adhesión legislativa
La Legislatura rionegrina adhirió a la ceremonia de beatificación considerando la decisión como un reconocimiento más a este «ejemplo de vida» y un paso «fundamental hacia la canonización».
En la iniciativa del legislador aliancista Fernando Chironi a la que todos los integrantes del parlamento se plegaron por unanimidad, se consideró que valorar su tarea «es un acto de justicia frente a las situaciones de injusticia que laceran el cuerpo de la Nación en estos difíciles momentos».
Se destacó que la fortaleza de espíritu del beato «contrastan con los cánones generales de la actual sociedad, con el materialismo imperante, el egoísmo e individualismo que destruyen la lógica solidaridad que debiera guiar la vida de los seres humanos». (AV)
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