La ‘bailaora’ nacida en Roca que se adueñó de las tablas porteñas

Mónica Romero es una bailarina de Roca que con su ambición y esfuerzo logró llegar a Buenos Aires. Regresó a la ciudad para presentar su show “Unísono”.

Bien es conocido el dicho de que la música une fronteras, pero el flamenco también enardece las pasiones. La danza nacida en tierra andaluz tiene adeptos en todo el planeta, lo que la convierte en un verdadero patrimonio de la humanidad. Y es por ello que Mónica Romero, una bailarina valletana, decidió dedicarle su vida a este género.

Hacía flamenco pero no lo tenía como principal, tal vez tomaba mis dos clases por semanas. Era algo muy tranquilo, más como un hobby”, precisó la artista. Lo que comenzó como una actividad más durante su etapa universitaria, prontamente se volvió una necesidad inexplicable. Incluso al punto de coordinar un espectáculo teatral que se presentó por primera vez en la ciudad.

El show realizado conjuntamente con otros dos amigos del teatro porteño, se cobró de las más súbitas emociones durante la función del sábado en Casa de la Cultura. Fue un encuentro muy especial porque el público estuvo conformado por familiares y amigos de toda la vida. “Bailar para mi familia, mis amigos de toda la vida, mi maestra de danza Nuris Quinteros, pienso en ese momento y se me hace un nudo en la garganta”, destacó Romero.

Mónica, no viene de una familia de artistas, pero sin embargo, ella ya lo era desde chiquita. Dio sus primeros pasos en la danza clásica y española a los cinco años. Y a los 17, cuando finalizó el secundario, decidió dar rienda suelta a sus sueños en la gran ciudad.

Estudió la carrera de composición coreográfica en danza-teatro en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) con sede en la ciudad de Buenos Aires. Allí empezó a formarse en el tango, otro baile con fanáticos en todo el mundo.

Pero inexplicablemente se topó con el flamenco y se fue enamorando de él paulatinamente, hasta que se convirtió en su gran compañero de vida.

“Yo había empezado a bailar tango, porque sentí que ese iba a ser un espacio más fácil para encontrar trabajo y porque me gustaba muchísimo. Pero fueron pasando los años y me empecé a sentir no tan a gusto. El flamenco cada vez me iba empujando internamente”, precisó.

Dedicarse al género en Argentina tiene un gran componente de autogestión. Los espacios en donde desarrollarse son muy pocos y la audiencia consumidora un tanto específica y selecta.

P- ¿Hay mucho espacio para el flamenco en el país?

R- Sí, lo que pasa es que tiene un público específico. Cuesta armar eventos grandes, queda más en un espacio del “under”, pero hay muchísima gente que baila. También hay pocos músicos lo que va en detrimento de que se hagan las cosas. Además con la pandemia algunos espacios dedicados al flamenco cerraron.

Pese a las idas y vueltas del mercado, Mónica logró abrir su propia academia donde imparte como maestra para las nuevas generaciones. Aunque dejó en claro que nunca deja de aprender técnicas nuevas. Su ambición por continuar con su formación la llevó a lugares como México y España.

Unísono se presentó por única vez en Sala II de Casa de la Cultura. Foto Gentileza

En tierras flamencas pudo ponerse en contacto con los más grandes exponentes, aprender de cerca la tradición y dialogar con bailarines de todo el mundo. Al igual que en su paso por la universidad, los viajes al exterior fueron experiencias que le permitieron una gran apertura mental y creativa.

“Lo de España fue la necesidad de ir a estudiar allá, fui en tres oportunidades y me quedé varios meses cada vez. Los maestros son increíbles y los compañeros son muy nutritivos. Estás con asiáticos, brasileños, europeos y ver en cada cuerpo como gestionan el flamenco es súper rico, es un aprendizaje enorme”, detalló.

El 2022 se presenta abierto a nuevos proyectos y experiencias, pero por el momento lo único certero es que continuará con sus clases y tratará de llevar a “Unísono” a otras latitudes.

Luego del gran parate por el Covid-19, la mujer sabe que tener certezas y seguridades en el plano artístico se volvió una tarea un tanto compleja. “Proyectar se ha vuelto una cosa bastante difícil y muy a corto plazo”, finalizó.

Foto gentileza

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