La ardua misión de batallar contra un virus que no perdona

El director del hospital Ramón Carrillo, Leonardo Gil, cuenta cómo es el trabajo en la primera línea y cómo se prepararon las instalaciones para contener el brote y tratar a los enfermos. Qué pasa con las otras patologías y la atención de los más pobres.

Hace poco más de tres años que Gil dirige el hospital más grande de la provincia. Le tocaron dos brotes: hanta y covid. Foto: archivo

Dedicación a tiempo completo, sin respiro, sin tregua ni feriados. Ese es el ritmo de trabajo que asumió hace ya cinco meses el director del hospital Ramón Carrillo, Leonardo Gil, quien admite que la pandemia de coronavirus le impuso un desafío profesional que no imaginaba y que no duda en asimilar con “las sensaciones de una guerra”.

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