La ardua misión de batallar contra un virus que no perdona
El director del hospital Ramón Carrillo, Leonardo Gil, cuenta cómo es el trabajo en la primera línea y cómo se prepararon las instalaciones para contener el brote y tratar a los enfermos. Qué pasa con las otras patologías y la atención de los más pobres.
Dedicación a tiempo completo, sin respiro, sin tregua ni feriados. Ese es el ritmo de trabajo que asumió hace ya cinco meses el director del hospital Ramón Carrillo, Leonardo Gil, quien admite que la pandemia de coronavirus le impuso un desafío profesional que no imaginaba y que no duda en asimilar con “las sensaciones de una guerra”.
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