La ampliación de Bustillo no garantiza solución para los embotellamientos
La obra de modernización sobre los primeros cuatro kilómetros comenzó el viernes pasado.
La obra de modernización sobre los primeros cuatro kilómetros de la avenida Bustillo que se iniciaron hace pocos días contribuirá a darle “más fluidez al tránsito”, pero no está asegurado que resuelva los embotellamientos por saturación de vehículos que ocurren hoy en las horas pico.
Los trabajos están a cargo de la empresa Codistel, tienen un plazo de entrega de 24 meses y un presupuesto de 714,3 millones de pesos. El supervisor de la obra por Vialidad Provincial, Ezequiel Dencheff, dijo que es “todo un desafio” llevar adelante el proyecto y que en lo posible evitarán los cortes de tránsito, aunque habrá inevitables demoras.
La directora del Ente de Desarrollo de A Cordillera, Laura Totonelli, pidió que los usuarios que “colaboren, presten atención a las señales, eviten adelantamientos y respeten la prioridad del transporte”.
La Bustillo es la principal vía de acceso a la ciudad desde los barrios del Oeste, donde viven miles de personas. Recibe también una sobrecarga extra por el uso turístico, en las temporadas altas de invierno y verano.
Totonelli y Dencheff destacaron ayer la envergadura de la obra, pero no explicaron con claridad hasta qué punto contribuirá a resolver los graves embotellamientos que se producen hoy.
A primera hora de la mañana la circulación oeste/este se ve entorpecida por la enorme cantidad de vehículos que intentan llegar al centro de Bariloche y que sufren bloqueos que demandan hasta media hora para cubrir entre 4 y 6 kilómetros. A la tarde ocurre algo parecido en el carril opuesto.
Este diario preguntó si la obra está pensada para evitar los embotellamientos y ninguno de los funcionarios fue terminante. Dencheff confirmó que no habrá doble mano y que la remodelación proyectada “apunta a aumentar la fluidez del tránsito”. Dijo que ese objetivo se logrará con “un carril central para giros a la izquierda”. Pero hoy ya existen dársenas de ese tipo (por ejemplo en el kilómetro 3,2) y el problema es cada vez mayor
Dencheff admitió también que no tienen cifras precisas y actualizadas de flujo vehicular en Bustillo ni proyecciones a futuro. Señaló que el único dato en ese sentido corresponde a un estudio que encargó el municipio y data de 2014.
Totonelli dijo que uno de los cambios principales será que la Bustillo garantizará “espacios diferenciados” y seguros para peatones y ciclistas, que hoy no existen. También habrá una nueva rotonda en el punto inicial, donde hoy se encuentra el monolito a San Martín.
La titular del Ente Cordillera brindó un detalle pormenorizado del cronograma de obra, que durante el primer año estará concentrado en la infraestructura básica de cloacas, agua, pluviales y sistema eléctrico. En el segundo año avanzarán con la nueva “carpeta de rodamiento”.
Desde un principio quedó establecido que la Bustillo no pasará a ser una avenida de doble mano, sino que tendrá solo un carril central para facilitar los giros. Pero aun ese agregado, más las veredas y ciclovías, demandará un ensanche que hoy resulta imposible en algunos puntos por la invasión de algunos propietarios sobre el espacio público.
Totonelli dijo que hay “un equipo de topógrafos” que trabajan ya en “la identificación de la línea municipal y las interferencias a la traza” y que iniciarán en breve “visitas a cada uno de los vecinos” para buscar acuerdos que despejen la traza. Admitió que en algunos casos deberán remover muros, rampas de acceso y otras instalaciones irregulares. “Algunas son de fácil resolución y otras no tanto”, afirmó.
Un plan distinto
La obra de modernización de Bustillo y su reconversión en “avenida urbana” fue una necesidad señalada por los planificadores desde hace al menos de dos décadas. El gobierno nacional anunció hace ya un año y medio que afrontaría el costo de esa obra, como una contribución a mejorar la aptitud turística de la ciudad. El proyecto completo comprende hasta el kilómetro 8 y en este caso se ejecutará la mitad. Totonelli destacó que el concepto cenral es el de generar una vía “de integración urbana”.
El plan se aparta bastante de lo recomendado por las consultoras que en 2014 realizaron un detallado estudio integral de movilidad urbana para Bariloche. Ya en aquel momento señalaron que era indispensable una “remodelación completa de Bustillo”, para lo cual debía “recuperar los 20 metros de zona de camino”, que perdió por sucesivas invasiones.
Los técnicos propusieron como obra “de largo plazo”, hace ya siete años, generar “una calzada de 13/14 metros que contemple dos carriles por sentido, con características de avenida urbana, cordón y vereda de tres metros a cada lado, más una franja destinada a la circulación de bicicletas”. Esta última consigna es la única que sobrevivió.
Propusieron que la avenida de doble mano se extendiera hasta el kilómetro 10,5, en el cruce con el arroyo Moreno y que desde allí hasta Llao Llao la Bustillo reciba una “repavimentación y ensanches parciales”, que en parte ya se ejecutaron.
Los planificadores señalaron que el doble carril debía ser pensado a futuro como un recurso para otorgar la vía derecha en forma exclusiva al transporte urbano, si la idea es reducir el uso de vehículos particulares.
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