La alegría toma color en las paredes de Anai Mapu
Convocado por la Fundación Sol Patagonia, el artista de Barda del Medio Martín Villalba no sólo embelleció los muros de la sede que se encuentra en el barrio sino que le imprimió además la impronta de los chicos que cursan en la escuela 294 del predio.
Naranja. Turquesa. Dos colores que simbolizan la alegría, la diversión, la creatividad. Las paredes de Sol Mapu, la sede de la Fundación Sol Patagonia que funciona en la Escuela 294 del barrio Anai Mapu, llevan impresas además palabras de peso: amor, amigos, educar, reír, esfuerzo, nutrir, volar, aceptación, vivir, confianza, libertad, locamente sanos.
No siempre lució así. Esa Belleza que engalana las paredes del lugar, y de paso de la escuela, son obra del artista valletano Martín Villalba, que fue convocado por la Fundación y por el Rotary Club de Cipolletti para darle su toque a esos muros.
“Hace un tiempo que veníamos viendo que a nuestro lugar le hacía falta pintura, embellecerlo. Y Carlos, un integrante del consejo directivo, conocía las obras de Martín y pensó que sería hermoso tener una obra de él en este lugar, que iba a ser representativo de lo que hacemos, un estímulo gratificante para ese sector, que frecuentan tanto las familias, como los niños. y la escuela en general”, cuenta Mariela Rochón, coordinadora del proyecto Sol Mapu.
El propósito de la Fundación y de este espacio en particular es crear junto a las escuelas, mejores condiciones para que los niños y sus familias adquieran habilidades para la vida, el conocimiento y las destrezas que le permitan cuidar y mejorar su salud y la de su comunidad, a través de la aplicación de los principios de la promoción de la salud.
La Fundación Sol Patagonia comenzó su labor con el Proyecto Sol Mapu, en el año 2010 en la Escuela 294, de Cipolletti. Luego se sumó el Jardín N°49, el Jardín N°118, el Centro Infantil del CEM N°147 y el Centro Infantil Municipal N°3, donde se realizan actividades de prevención y promoción de la salud, con el objetivo de implementar la Escuela Promotora de Salud.
Ese es el espacio que se amalgama con la escuela, y es por eso que los chicos, sobre todo los de séptimo grado, se sumaron al proyecto .
“Cuando le propusimos la idea al artista, a él le encantó. Obviamente, queríamos una impronta que refleje la actividad de los niños. Enseguida, él empezó a trabajar con Patricia Martínez, la seño de plástica de jornada completa. Así surgió que los chicos elijan las palabras que representen su niñez y todo lo que el proyecto significo para ellos. SE eligió a los alumnos de 7mo porque transcurrieron desde el jardín hasta el final del ciclo y este proyecto saludable los acompañó toda la primaria”, agrega Rochón.
Antes de ponerle color a las paredes, el artista se acercó a conocer a los alumnos de séptimo que en definitiva iban a ser una suerte de partícipes de este evento. “Les dio unas charlas muy lindas, les dijo lo importante que es seguir lo que uno quiere ser, y que se puede”, cuenta la coordinadora. Más tarde, cuando las paredes fueron cambiando y tomando color, los chicos se acercaron no sólo a mirar sino también a participar con el aporte de las palabras que se agregan a los dibujos.
“Ver este mural todos los días, te carga de energía y de ganas. A nosotros nos cambio por completo”, asegura Rochón.
“La reacción de los chicos fue muy emocionante. Ellos iban viendo como todo se iba generando a partir de las líneas que luego fueron tomando forma. Y para nosotros simboliza muchísimo: el trabajo que hacemos, lo que queremos para estos niños, y que construyan capacidades para poder elegir opciones saludables. Nuestro objetivo es crear entornos saludables, que la escuela sea eso. y para eso trabajamos”, se enorgullece Rochón.
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