La abuela de la primera dama vive en Roca y cuenta la infancia de Fabiola Yáñez
Violeta Verdugo de Yánez vive en Barrio Nuevo, al norte de Roca, donde las calles aún son de tierra. Allí, cuenta cómo fue la infancia de Fabiola en el Valle y por quién votó en estas elecciones.
En un barrio humilde en el extremo norte de Roca, donde la mayoría de las calles son de tierra y hace pocos meses se construyeron unas cuadras de asfalto, fue criada la primera dama Fabiola Yáñez por su abuela Violeta Verdugo de Yáñez que hoy tiene 76 años.
Sus vecinos no salen del asombro mientras se corre la noticia de boca en boca, al igual que en la comunidad católica de la Capilla Cristo Peregrino donde Violeta asiste todos los domingos a misa.
Violeta no está muy convencida de hablar de su ahora famosa nieta y primera dama. RÍO NEGRO fue tres veces a su casa y sólo la última accedió a atender al periodista. Pero lo hizo desde la puerta de su casa, y a través de una reja.
Distante primera, pero más comunicativa después, Violeta contó que es chilena (al igual que la madre de la primera dama), que se casó a los 16, y que tuvo seis hijos. Junto a su familia llegó en 1974 de Curacautín a Villa Regina, al valle de Río Negro, en busca de trabajo, como muchos chilenos.
Allí nació la pareja del presidente Alberto Fernández y allí hizo el jardín de infantes. “No pudimos acceder a un terreno en Regina porque no tenía hijos argentinos y nos mudamos en 1987 a Roca, acá la municipalidad nos dio este terreno”, recordó.
Estoy feliz porque Fabi se hizo sola. Es una persona de perfil bajo, muy estudiosa”
Violeta Verdugo, abuela de Fabiola.
Violeta contó que su esposo fue chofer de camiones, que manejaba un Bedford, y que trabajó en la construcción de la Ruta Provincial 6.
Contó también que la primera dama cursó algunos años de la primaria en el Instituto María Auxiliadora de Roca, una institución religiosa.
“La crié hasta los 12 años, a esa edad su madre se casó y se llevó a Fabi a Misiones”, dijo.
Desde entonces han mantenido el contacto aunque no tan fluido.
“No me gustan los teléfonos modernos y no tengo Facebook, tengo teléfono fijo nada más”, expresó.
Dijo que una vez Yánez viajó a Roma y al Vaticano, y le mandó por encomienda un crucifijo del papa.
Violeta fue cuatro veces a Misiones a ver a su nieta y la última fue hace seis años. “Ahora estoy operada de una cadera y de una rodilla, este año querían que fuera a pasar el invierno a Misiones por el frío del Alto Valle”.
Recordó que Yáñez ha estado en sus momentos más difíciles como la muerte de su esposo. “Vino para el funeral, llegó en un avión de Neuquén, fue la primera que llegó”, expresó con nostalgia.
Cuando habla de su nieta lo hace con ternura y se muestra muy orgullosa de haberla criado. “De chica se portaba bien, la crié con disciplina como criaba en Chile, le digo “mi hija” y ella me dice mamá”, contó.
Sin embargo confesó que no le gustó que la primera dama haya elegido la profesión de periodista porque “son muy insistentes. Está bien porque entiendo que se tienen que ganar su trabajo pero a veces se exceden”.
Ella vive de su jubilación y sus vecinos la conocen porque siempre ayuda a los demás.
Su casa es de material pero sencilla. Las paredes sólo tienen revoque, nunca pudo pintarlas. Como todos los vecinos del barrio, durante los veranos sufre la disminución de la presión del agua y muchas veces se corta el servicio en la semana y hasta días enteros sin este liquido vital. Igual se las rebusca con un tanque de reserva.
Mientras charló con Río Negro contó que estaba arreglando su casa y el patio. “Esta calle es tranquila, pero a dos cuadras siempre están con la música alta”, expresó.
De chica se portaba bien, la crié con disciplina como criaba en Chile, le digo “mi hija” y ella me dice mamá”,
Violeta Verdugo, abuela de la primera dama, Fabiola Yáñez.
Desde que se nacionalizó ha votado en todas las elecciones.
En Roca para intendente no le gustaba el kirchnerista Martín Soria pero si su hermana María Emilia porque “es muy frontal y la voté a ella”. Para gobernador y luego senador a Alberto Weretilneck, porque “es un hombre que se da para la gente y está consciente de las necesidades de los que menos tienen”.
Y para presidente eligió a Fernández. “No lo voté porque fuera la pareja de mi hija sino porque lo que hablaba me convenció. Es un tipo tranquilo, sencillo, educado porque es profesor de la UBA, eso habla muy bien de él, ojalá que cumpla”, expresó.
En cuanto al gobierno de Mauricio Macri no quiso hablar mucho aunque si lo criticó y dijo que “hay cosas que no tendrían que haber pasado”.
Violeta contó que trabajó toda la vida y siempre colaboró con la iglesia Católica incluso antes de que se construyera la capilla en el norte de la ciudad donde ella vive. Uno de sus hijos era enfermero y falleció tras una dura enfermedad y su esposo murió hace unos cinco años.
Hace dos años vive con una nieta que llegó de Regina a cursar sus estudios universitarios en Roca. Sus otros hijos que viven en la ciudad la van a visitar todos los días.
Cuando finalizaba la entrevista dijo: “mañana irán a aparecer otros periodistas pero a esos no los voy atender”, expresó con una sonrisa antes de entrar a su casa.
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