Una mujer sufrió dos intentos de femicidio en Neuquén: el primero la fiscalía lo había archivado
En enero pasado su expareja ingresó por la fuerza a la casa y la atacó con un cuchillo en el cuello. Al buscar los antecedentes advirtieron que lo había denunciado por violencia de género desde 2013, hasta que en 2016 él intentó ahorcarla con un cinto. Enfrentará un juicio por jurados.
«Señor juez: hablamos de una violencia que se ha extendido por más de diez años, más de diez años seguro, documentado, con intervención de la oficina de Familia, con intervención del fuero penal, sin que se la pueda proteger a la señora del hecho ocurrido en enero de este año», afirmó la fiscal Silvia Moreira, que pidió que Claudio Eduardo Calfuqueo sea juzgado por dos intentos de femicidio cometidos en el barrio Almafuerte II de Neuquén.
El 19 de enero, a las 5 de la madrugada, el acusado entró por la fuerza a la casa de su expareja, de la que se había separado hacía seis meses. Saltó el portón, rompió la puerta de entrada, ingresó mientras la mujer dormía. Se despertó por los ruidos, él se abalanzó sobre ella, la arrinconó contra el ropero y mientras la insultaba, y la amenazaba con matarla, sacó un cuchillo tramontina de mango negro y la lastimó en la zona izquierda del cuello.
Los gritos alertaron a los vecinos, que comenzaron a arrojar piedras sobre el techo de la vivienda para frenarlo. Él huyó. En el camino se encontró con un móvil policial y dio una versión falsa de lo que sucedió: dijo que habían discutido y que ella se autolesionó.
Calfuqueo tenía prohibido acercarse a su expareja. Así lo había dispuesto la jueza Adriana Saralegui el último día de 2023: el 31 de diciembre.
La mujer fue trasladada al hospital Castro Rendón, donde constataron la lesión. El 20 de enero le formularon cargos al hombre por homicidio doblemente agravado: por el vínculo y por mediar violencia de género, en grado de tentativa, en concurso ideal con violación de domicilio y desobediencia a una orden judicial.
Ayer la fiscal ofreció cerca de 40 testigos para el juicio, entre familiares, personal policial, de criminalística, el médico forense, y quienes la asistieron ese día. También citará a integrantes del equipo interdisciplinario del juzgado de Familia y de la Línea 148, ya que la mujer había llamado el 7 de enero porque él había intentado ahorcarla en la calle.
Moreira aseguró que en 19 años de pareja, la sobreviviente fue víctima de múltiples episodios de violencia física y psicológica. Que en los últimos días de aquel enero la escalada se había incrementado. «Se le había puesto una custodia permanente, en las afueras del domicilio», señaló en la audiencia.
Remarcó que el imputado le dejaba cartas insultándola. «Nunca las medidas dispuestas por el juzgado de Familia habían logrado neutralizar el riesgo que existía respecto de la señora», agregó la fiscal.
Planteó que uno de los vecinos, de más de 20 años, declaró que Calfuqueo «toda la vida» la golpeó.
El defensor David Fernández manifestó que no se iba a oponer a la presentación de la fiscalía y propuso 13 testigos. Si bien no adelantó la hipótesis que sostendrá en el juicio -no está obligado a hacerlo- reconoció que traería evidencia de que la víctima también había ejercido violencia.
Un hecho idéntico que quedó impune
Ocho años antes, el 28 de febrero de 2016, Calfuqueo quiso matar a su expareja exactamente de la misma manera. Entró a la fuerza a la vivienda, a las 7.30 aproximadamente, incumpliendo una orden judicial del 13 de diciembre de 2015 que le impedía acercarse. Esta vez intentó ahorcarla con un cinto y la golpeó.
La fiscal enumeró al menos nueve presentaciones que hizo la mujer, algunas de 2013, con informes que exponían el «alto riesgo», la «grave vulnerabilidad», el pronóstico de que si la situación de violencia de género se perpetuaba en el tiempo «no resultaría favorable», la amenaza constante de que «la iba a matar como un perro», e incluso el «agotamiento» de su propia hija que no podía auxiliarla.
La cronicidad es común en los ciclos de violencia machista. El 86,26% de las mujeres que denunciaron en 2023 en Neuquén, según las estadísticas oficiales, dijo que atravesó situaciones en más de una ocasión. Sin embargo sólo el 10,86% mencionó haberla sufrido más de diez años.
«Había ido a la justicia y no había encontrado una respuesta que le permitiera una salida adecuada a su situación», destacó la funcionaria.
¿Qué pasó con el intento de femicidio de 2016? La fiscalía (no Moreira) lo archivó porque no había podido dar con el imputado. El caso es muy similar al ocurrido con Gisela Fuentes: una sobreviviente con un antecedente de magnitud completamente menospreciado.
Ahora se definió desarchivar el legajo, acusar a Calfuqueo por este episodio, y llevarlo a juicio. La defensa no varió el número de testigos y la fiscalía ofreció una veintena.
El juez de Garantías Juan Pablo Encina dispuso que los dos hechos sean juzgados bajo la modalidad de jurado popular, ya que la fiscalía pretende una pena superior a los 15 años.
No es la primera vez que un intento de femicidio llega a un tribunal compuesto por ciudadanas y ciudadanos. Walter Zanotti fue declarado culpable de haber encerrado en la casa a su expareja y a su hijo e iniciado un incendio, en febrero pasado, en el barrio Cuenca XV. Lo condenaron a 20 años de prisión.
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