Tenso cruce entre un fiscal y un perito en Cipolletti: «¿Usted cree en Dios?», «No estoy acá para responderle»

El fiscal Santiago Marquez Gauna mantuvo varios cruces en el contraexamen con el médico Francisco Delgado. Fue el último testigo en el juicio por el crimen de Cristian Valdebenito. 

Francisco Delgado fue como perito de la defensa en el juicio por jurados por el crimen de Cristian Valdebenito (Florencia Salto).

“Yo creo que recibió presión del fiscal”, con esa frase Francisco Delgado dilapidó más de 90 minutos de su declaración. Echó por tierra su mandamiento primero que lo repitió como si fuera el estribillo de un clásico de la música popular: “Si usted no puede probarlo, no lo diga”.


El perito de Cipolletti, que tuvo una polémica salida del Poder Judicial en 2006, recurrió a las más prestigiosas referencias científicas sobre informes de criminalística. Presentó 127 diapositivas con citas bibliográficas de los más celebres peritos del mundo, todo eso para para derribar la teoría de su colega Marcelo Uzal, que además le ganó el concurso, y ahora es perito oficial del Poder Judicial de Río Negro. Lo de Delgado fue en vano.

Los intentos de mostrar rastros de inocencia en David Fernández, imputado por el homicidio de Cristian Valdebenito, se desplomaron ante una pregunta de la defensa sobre porqué consideraba que Uzal había puesto en su informe que las heridas que presentaba la víctima habían sido perpetradas con un arma blanca de doble filo. “Yo creo que recibió la presión del fiscal”. “¿Usted cree?”, preguntó el fiscal jefe Santiago Márquez Gauna con una pausa que dio paso al eco de la pregunta.

Fue el comienzo de otro tenso y por momentos innecesario cruce de chicanas entre dos viejos conocidos. Delgado, que cuentan más derrotas que victorias en esta circunscripción, incluso logró poner al límite la paciencia de la experimentada jueza Alejandra Berenguer.


La magistrada les llamó la atención en varias oportunidades a ambos y les recordó: “Estamos en juicio por jurados”. Intentó poner paños fríos en un contraexamen que cada vez tomaba mayor temperatura y rispidez. “Es una vergüenza”, dijo el perito en un momento después de que Márquez Gauna le dijera que no le importaba su explicación y que sólo tenía que responder “sí” o “no”.

Cruce 1: ¿Usted cree en Dios?

Fiscal: ¿Usted sabe quién tomó esa filmación?
Perito: Yo supongo que criminalística.
Fiscal: Usted nos dijo que no se debe afirmar lo que no se sabe.
Perito. Sí tiene razón doctor, hay gente que cree en Dios.
Fiscal: Como dijo que suponía…
Perito: ¿Usted cree en Dios?
Fiscal: No estoy aquí para contestarte.
Jueza: A modo de recordatorio, estamos en juicio por jurado.

Cruce 2: Título habilitante para dar clases

Fiscal: ¿Usted conoce la formación que hay que tener para hablar de goteo de sangre?
Perito: Sí porque soy miembro de la asociación internacional de evaluación de goteo de manchas de sangre. Es más, di la primera clase a la policía de Río Negro en 2000.
Fiscal: ¿Está acreditado para dar clases doctor?
Perito: No.
Fiscal: Gracias.
Perito: Pero sí tengo la especialidad de criminalística médico legal.
Fiscal: ¿se puede obtener certificación?
Perito: Sí.
Fiscal: ¿Usted la tiene?
Perito: No. Tengo la certificación de perito…
Fiscal: Le pregunte por la asociación…
Perito: Acá sólo la tiene…
Fiscal: Doctor responda lo que le pregunto.
Jueza: Doctor no agregue por favor porque estamos en contraexamen.


Luego de media hora de intenso debate que pareció aportar poco al fondo de la cuestión, Marquez Gauna usó esas contradicciones para sus alegatos de cierre. Antes, Berenguer dispuso de un cuarto intermedio de 15 minutos y después hubo una hora más de una escena similar, con muchos cruces y momentos de tensión.


No es la primera vez que Delgado forma parte de la defensa en un crimen y propone teorías completamente distantes con la lectura oficial. Ocurrió en 2021 con el juicio por el femicidio de Agustina Atencio en Catriel. Brindó una polémica teoría respecto a la joven víctima. Afirmó que se ahogó por un supuesto estado de ebriedad. El jurado popular no le creyó y declaró culpable a Exequiel Rebolledo quien fue condenado a prisión perpetua.

Luego de esa declaración se realizaron los alegatos de cierre y posteriormente las instrucciones para que el jurado popular comience la deliberación para arriba a un veredicto.


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