Los forenses avanzaron sobre la causa de la muerte de Robinson Gatica
Hubo una audiencia este viernes en la cual explicaron sus conclusiones. La semana que viene habrá un informe por escrito. La querella y la defensa hicieron interpretaciones contrapuestas.
Robinson Gatica tuvo «una muerte súbita por consumo de cocaína y represión policial». Así lo expresó el forense Gabriel Omar Jerez, al exponer las conclusiones de una junta médica que se reunió para tratar de determinar con la mayor precisión posible las causas del fallecimiento del empleado municipal de Villa La Angostura, ocurrido el 20 de julio pasado en su vivienda.
Según explicó una de las abogadas de la familia de Gatica, Lorena Miani, Jerez abona la hipótesis de que el hombre sufrió un «síndrome de delirio agitado», una expresión cuyo uso comenzó a extenderse de manera relativamente reciente en el ámbito forense local.
El médico «no descartó una posible asfixia por estrangulamiento, que es una de nuestras hipótesis de trabajo», indicó la abogada en diálogo con Río Negro.
Por su parte el abogado particular Cristian Pettorosso, quien defiende a uno de los cinco policías imputados y con prisión domiciliaria por la muerte de Robinson, dijo al sitio La Angostura Digital que la víctima tuvo «una muerte súbita por síndrome de delirio agitado por el consumo de cocaína» en el contexto de un procedimiento policial.
La frase completa, según Miani, fue «»una muerte súbita por consumo de cocaína y represión policial». Recordó que en ese tramo de la audiencia, que no se permitió presenciar a Río Negro por Zoom, un perito presentado por el otro defensor de los policías, Alejandro Casas, repreguntó sobre el término represión policial y Jerez lo ratificó.
Contexto violento
«Robinson murió no exclusivamente por el consumo de droga sino por el contexto violento» del operativo, afirmó la abogada, quien comparte la querella con Luis Virgilio Sánchez.
«Es clara la incapacidad de la policía para abordar personas problematizadas por las drogas», agregó.
La fiscalía en tanto no hizo pública ninguna declaración. Se supo de manera extraoficial que el fiscal Adrián De Lillo, quien convocó a la junta médica, esperará el informe final por escrito de los forenses antes de pronunciarse.
El martes que viene los defensores irán a la carga una vez más para pedir la libertad total de sus asistidos, que por ahora gozan de un permiso de cuatro horas diarias, de lunes a viernes, para cumplir tareas administrativas.
La mañana del hecho
La víctima, quien al parecer consumía sustancias desde la adolescencia, cumplía un tratamiento de desintoxicación desde hacía tres meses. Por motivos que se desconocen el 20 de julio a las 6 de la mañana la emprendió a golpes contra los objetos de la casa, y rompió algunos con un cuchillo.
Dos móviles de la comisaría 28 llegaron al lugar. Dicen que acudieron a un llamado de la familia que pedía ayuda por un problema de violencia de género. De los seis policías que asistieron, cinco eran varones.
La esposa y la madre niegan haber sido víctimas de violencia familiar. Afirman que Robinson no los estaba atacando a ellos, que sus tres hijos se fueron por sus propios medios y que su esposa pudo sacarle el cuchillo de las manos.
Murió sin testigos
Cuando quedó solo y desarmado, los cinco policías irrumpieron a escopetazos en la reducida vivienda. Sin testigos, más allá de los imputados, Robinson murió.
Un video tomado por su esposa registró el cuerpo boca abajo y esposado. Los policías le sacaron las esposas, como le contó la madre Lidia Quintriqueo a este diario, y le ordenaron al médico de guardia en el hospital que se llevara el cuerpo sin respetar el protocolo que indica esperar al fiscal y al forense.
Esos traslados sin los resguardos mínimos son una de las razones por las que ahora es difícil determinar la causa de la muerte. Además movieron de lugar los perdigones y el cuchillo.
La conducta fue tan sospechosa que el fiscal De Lillo apartó a la policía de Neuquén de la investigación y puso a cargo a Gendarmería.
En este contexto, un comisario provincial llamado Luis Ferragut elaboró un informe criticando el trabajo de los gendarmes que llegó a manos del defensor Pettorosso sin conocimiento de la fiscalía ni de ninguna autoridad judicial.
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