Por un descuido, casi queda libre un «peso pesado» de la megabanda de boqueteros liderada por Forno
Gustavo Curruhuinca fue condenado a 31 años de prisión en el juicio más grande en la historia de Cipolletti. Estaba detenido en Neuquén a punto de quedar en libertad, pero el rápido accionar de la fiscalía logró extender la preventiva.
Gustavo Curruhuinca, un peso pesado de la banda de Forno, ya tenía la orden de libertad firmada por la justicia neuquina. Había cumplido su pena en esa jurisdicción y soñaba un paisaje despojado de celdas y cerrojos. Pero las alertas se activaron a tiempo: apenas supo el tribunal rionegrino de la megacausa le dictó la prisión preventiva y
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