Tribunal Superior de Justicia 2023: la compleja búsqueda de consensos
La conducción del Poder Judicial de Neuquén afronta el año electoral con heridas abiertas y alianzas transitorias que mantienen una permanente inestabilidad.
El reparto de cargos en el Tribunal Superior de Justicia para 2023 puede leerse en clave de premios y castigos según el desempeño que tuvieron los vocales y la vocal durante el año que acaba de terminar. El denominador común fueron los escándalos y las peleas internas, aunque en los casos que interesaron al gobierno, los fallos salieron como esperaba el Ejecutivo.
Primero en dar el ejemplo de cómo se puede torcer el espíritu de una ley, el Tribunal Superior burló una vez más la 2509/05 que ordena que nadie puede repetir en la presidencia del cuerpo hasta que todos la hayan ejercido.
Con esa premisa, le tocaba asumir a Gustavo Mazieres, el último vocal en llegar al cuerpo. Pero se sabía que Jorge Sapag, quien opera sobre el Tribunal de manera decisiva, no iba a permitir que un cuadro del Frente de Todos se hiciera cargo de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia y en consecuencia de la Junta Electoral en un año de elecciones de gobernador. No se quedó con las manos vacías: ocupará la presidencia del Consejo de la Magistratura, un lugar que conoce muy bien.
El costo de los escándalos
El vocal Germán Busamia, quien estaba en carrera por volver a la presidencia del TSJ, pagó las consecuencias de un año difícil. Casi no se dirige la palabra con la vocal Soledad Gennari y con el fiscal general José Gerez; por eso desde la lista Azul se pensó que cualquier inconveniente en la Junta Electoral sería de difícil resolución con ellos dos y ella adentro.
Es inevitable tener en cuenta además que como presidente subrogante del Tribunal de Cuentas, Busamia impulsó una investigación paralela de la estafa con planes sociales en el Ministerio de Desarrollo Social. ¿Hubo otro pase de facturas?
Sin nada
Gennari también pagó un precio por el escándalo: no le dieron la presidencia del Tribunal -es la actual presidenta subrogante y sucesora natural- ni le renovaron el mandato en el Consejo de la Magistratura, donde se ausentó de algunas sesiones y participó de varias otras por zoom. También se excusó en algunos concursos, alcanzada por un numerito que montó una participante, y calificó entrevistas personales de las que no participó, en base a lo que observó en los videos en diferido. Como el VAR, para que se entienda.
Apenas se conoció que había quedado afuera de todos los cargos de conducción, Gennari se apresuró a escribir en sus redes sociales que no estaba resignando espacios sino ocupando nuevos.
El cuarto vocal, Alfredo Elosu Larumbe, le esquiva a la exposición pública y tiene su propia interpretación de la ley 2509/05: dicen que dice que basta con ser presidente una vez, y listo.
Moya, padre
La cuestión es que el dedo de Sapag señaló al único de los vocales que le quedaba disponible: su hombre de confianza, su exasesor General de Gobierno, Evaldo Darío Moya. No quiere decir que haya llegado a él por descarte, posiblemente lo haya tenido en consideración antes.
La imagen de Moya también está abollada por la designación de su hijo en un cargo, boicoteada por el gremio Sejun hasta hacerlo renunciar. Es cierto que el decreto lo firma Gennari como presidenta subrogante y no hubo ilegalidad, pero el costo lo pagó el padre.
Además, por primera vez desde 2005 un presidente del Tribunal es reelecto en el cargo, detalle que a esta altura ya ni tiene importancia: la ley 2509 ha fallecido.
En conclusión, la cumbre del Poder Judicial seguirá con heridas abiertas y una trabajosa búsqueda de consensos. Aunque ya se sabe que cierran filas cuando el deber llama: por ejemplo, al ratificar la constitucionalidad de la enmienda de la Carta Orgánica de la municipalidad de Neuquén y rechazar el recurso para impedir que el caso llegue a la Corte Suprema.
Lo que más le interesa este año a la lista Azul es la integración de la Junta Electoral. El presidente será Moya, acompañado de Gennari, Elosu Larumbe (la gran novedad, en lugar de Busamia), Gerez y la jueza electoral Alejandra Bozzano. Ese es el espacio en el que no quiere sorpresas.
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