Crimen del «Ruso» Auer en Neuquén: la defensa pide que investiguen si manejaba «una cueva financiera»

El juez les impuso apenas un mes de prisión preventiva al presunto autor material del asesinato del agenciero y a uno de sus cómplices. Enojo de la fiscalía porque la defensa la tomó por sorpresa en plena audiencia con una coartada.

El juez Marco Lupica Cristo impuso un mes de prisión preventiva a Jorge Marcelo Sosa (52), sindicado por la fiscalía como autor de los disparos que dieron muerte al agenciero Miguel «Ruso» Auer, y el mismo plazo para uno de sus presuntos cómplices, Jorge Alberto Falconi (52). Se trata de los individuos que fueron apresados en Mendoza, adonde supuestamente huyeron luego de cometer el crimen.

El jueves pasado, el mismo magistrado le había impuesto seis meses de prisión preventiva a quien está señalado como tercer integrante de la banda, Gabriel Castro Herrera (62), capturado en Neuquén. La diferencia en el plazo de detención causó sorpresa en la fiscal Eugenia Titanti y la asistente letrada Guadalupe Inaudi, y generó optimismo en los defensores de los imputados, Martín Espejo y Maximiliano Orpianessi.

En ejercicio del derecho de defensa de Sosa, Orpianessi cuestionó a la fiscalía por ceñirse a la investigación del caso como un robo. Dijo que en base a declaraciones del entorno de la víctima, «sabemos que su actividad principal era la usura», y que en la oficina de 9 de Julio 43, tercer piso A donde lo mataron, «funcionaba una cueva financiera». Por eso consideró que debían explorarse otras hipótesis y otros autores.

«Una falta de respeto»


Jorge Falconi, el otro detenido en Mendoza al que le formularon cargos. (Matías Subat)

La fiscal Titanti le replicó que «es una falta de respeto tratarlo de usurero». Familiares y allegados escuchaban en silencio en la sala. Auer era dueño de agencias de quiniela y lotería, y no está claro a qué actividad se dedicaba en la oficina donde lo balearon el 24 de octubre (murió el 4 de noviembre).

Los investigadores encontraron allí 15 millones de pesos en moneda nacional, dólares y euros. En una riñonera la víctima tenía 20.000 dólares y en la cintura un revólver calibre .44 Magnum que intentó extraer cuando se dio cuenta que iban a agredirlo.

Se sabe que cambiaba dinero, y tenía cámaras de vigilancia porque sólo le abría la puerta a personas de confianza. Castro logró que le franqueara el ingreso porque supuestamente iba a cambiar 3.000 dólares, según la fiscalía.

En una conferencia de prensa que brindaron la semana pasada el fiscal general José Gerez, la secretaria de Seguridad, Marianina Domínguez, y el jefe de la Policía Julio Peralta, Río Negro preguntó si los familiares habían aportado información que permitiera orientar la investigación hacia una hipótesis distinta a la del robo. Los funcionarios aseguraron que no.

La fuga de los sospechosos


Familiares y allegados al «Ruso» Auer siguieron la audiencia en la Ciudad Judicial. (Matías Subat)

Volviendo al mes de prisión preventiva que el juez les impuso a Sosa y Falconi, los defensores pidieron la inmediata revisión. Se pusieron a trabajar hoy mismo en un informe socioambiental favorable para que les otorguen la prisión domiciliaria que solicitaron y les denegaron.

Al contrario del tercer imputado, Castro, que se quedó «en la casa donde vive desde hace 50 años» según explicó el defensor público jefe Fernando Diez en la audiencia del jueves 10, sus presuntos cómplices desaparecieron de la zona.

Por el rastro de los teléfonos, se fueron a Centenario, luego a Viedma, de allí a Villa Lugano (un barrio de la CABA donde vive una pareja de Falconi) y finalmente a Las Heras, en el Gran Mendoza, donde los atraparon el 10 de noviembre en la vivienda de los padres de Sosa.

Por los techos


Detenerlos no fue sencillo: según informó la fiscal, Sosa intentó escapar en una camioneta mientras que Falconi huyó por los techos de las viviendas vestido con un mameluco de personal de limpieza urbana de la municipalidad local. En la sala de audiencias se desplazó con una notable renguera de modo que cuesta imaginarse esa escena, pero así consta en el informe policial.

Los dos imputados ofrecieron una coartada. El defensor Martín Espejo sacó de improviso un boleto de compra venta que demostraría que Falconi viajó a Buenos Aires para comprar un departamento el 28 de octubre. La fiscalía desconocía ese documento, y le reprochó a la defensa que se lo haya ocultado. «Lo recibí recién», se justificó el abogado.

En cuanto al viaje a Las Heras, explicó que allí vive un hermano discapacitado y tiene la tutoría legal y lo fue a visitar.

La coartada de Sosa


Sosa también ofreció su coartada. No explicó por qué fue a Villa Lugano, pero sobre el viaje a Mendoza indicó que lo hizo para pedir un turno médico para su hija de 8 años.

También en este caso la fiscal lo refutó: «entrevistamos a la pareja de Sosa y se quebró, nos dijo que el imputado nunca se hizo cargo de la niña y ella ya no sabe qué decirle cuando le pregunta dónde está el padre».

Más indicios


Hubo más choques entre acusación y las defensas. El abogado Orpianessi aseguró que Falconi es dueño de una distribuidora y de un terreno cerca de la comisaría 20 del Parque Industrial donde antes funcionaba una estación de GNC que ahora está en venta. Titanti le retrucó que la distribuidora cerró hace años y que el lote está usurpado por Falconi y es motivo de una disputa judicial.

Otros indicios en contra de Falconi son que cuando lo detuvieron aportó un nombre falso, que cambió su teléfono después del ataque contra Auer y que hablaba con su mujer en clave.

También tiene una condena por robo a 5 años de prisión pero del año 2008, y no se valoró en su contra.

Respecto de Sosa, habría trabajado para una compra venta de automóviles -no se trataría de una concesionaria oficial- y ahora vendería por su cuenta.

Sí, pero


Marco Lupica Cristo, el juez de Garantías que dirigió la audiencia. (Matías Subat)

El juez de Garantías Marco Lupica Cristo dijo que «hay evidencias para abrir la etapa de investigación» y por eso tuvo por formulados los cargos, pero reconoció que «hay puntos fuertes en la teoría alternativa que presenta la defensa».

Espejo y Orpianessi ofrecieron una chacra en Vista Alegre para la prisión domiciliaria, con tobillera electrónica, pero el juez lo rechazó.

Lo más sorprendente fue que fijó la prisión preventiva por sólo un mes, cuando se trata de los dos sospechosos que huyeron de la región, mientras que el jueves el mismo magistrado le había impuesto seis meses al tercer presunto cómplice que se quedó en su casa.

El plazo se puede renovar, o se puede anular en la audiencia de revisión que pidió la defensa y que se realizará en las próximas 48 horas.


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