Pese a la grave crisis carcelaria, analizan nuevos ingresos a la Unidad 11 de Neuquén

La situación en las unidades de detención y comisarías del área capital se debatió en una audiencia. El cepo sobre las cárceles se flexibilizará.

La jueza Gass, con la defensora Luciana Petraglia y la fiscal Lacoste, en la audiencia de este miércoles. (Matías Subat)

El panorama en las unidades de detención del área capital de Neuquén «es desolador»; «no hay un plan B»; «hay cuestiones básicas y elementales sin resolución». Fueron algunas de las frases que dejó la audiencia judicial realizada este miércoles para repasar el cumplimiento a las órdenes impartidas por la jueza de Ejecución, Raquel Gass, al Poder Ejecutivo para que solucione la grave crisis que sufre la población privada de su libertad. La respuesta es que no se cumplió casi nada de lo ordenado hace un año.

Detrás de cada frase hay un dato, detrás de cada dato hay una decisión que no se tomó o se tomó equivocadamente, detrás de cada decisión hay una persona privada de sus derechos. El telón de fondo es una ausencia: la provincia no tiene -ni tuvo nunca- una política penitenciaria.

La superpoblación carcelaria derrama hacia otros lugares. Por primera vez en la provincia hay 25 personas que cumplen condena en celdas de comisarías, donde no reciben tratamiento penitenciario y están privadas de los derechos más elementales, como el acceso a la salud.

Traslados con equilibrio


En un intento por descomprimir esta situación, la jueza Gass impartió una nueva serie de órdenes al Poder Ejecutivo. Se trata de una delicada combinación de traslados, que dependerán del grado de conflictividad de los internos y su capacidad de convivir en pabellones.

Conflictividad que a su vez llega a la cárcel por otra ausencia: la de políticas de prevención. Como explicó la jueza, el «gran consumo de estupefacientes» que ni la actuación policial ni el sistema de salud logran desarticular «hace que las personas lleguen a las unidades de detención en forma muy deteriorada, con muchísima dificultad para convivir en pabellones».

Las órdenes de Gass fueron evaluar quiénes están en condiciones de pasar de los pabellones sobrepoblados de la Unidad 11 a las casas de pre egreso (que a su vez están colapsadas porque no tienen cloacas, y no hay garantías de que luego del cambio de gobierno sigan pagando al camión que recoge los líquidos cloacales que desbordan una vez por semana).

Si no hay personas de la Unidad 11, se buscará entre los que están alojados en la Unidad 12. Las vacantes que liberen quienes dejen la U12 para ir a las casas de pre egreso serán ocupadas por personas de la U11.

Pabellones en la Unidad 11


A su vez, los pabellones de la Unidad 11 tienen distinto aforo. En algunos hay el doble de detenidos respecto de su capacidad, y en otros hay lugares vacíos. En concreto, los pabellones 8 y 9 están desbordados, el 5 y el 10 tienen cinco lugares cada uno.

La jueza Gass resolvió que tres personas que estén alojadas en comisarías sean trasladadas al pabellón 10, previo análisis sobre su conflictividad.

Esta flexibilización del cepo que mantiene las cárceles cerradas desde hace un año corre el riesgo de naufragar por el cambio de mando en el Poder Ejecutivo provincial. Por eso Gass también pidió que las autoridades salientes le informen a quienes asumirán el 10 de diciembre sobre la gravedad del problema.


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