Para evitar la cárcel, el policía de Cipolletti condenado por torturas deberá ir diariamente a la justicia
Con la confirmación del Tribunal de Impugnación, la fiscalía pidió la prisión preventiva. No se lo concedieron, pero ajustaron los requisitos contra el exagente.
El pedido de prisión preventiva para el policía de Cipolletti condenado por torturas en agosto pasado no tuvo lugar para el tribunal que interviene en el proceso. Optó por una decisión menos gravosa, pero ajustó los requisitos para que Cristian Caumillan siga en libertad.
Deberá ir todos los días al juzgado de Paz a firmar para estar a derecho, de lunes a viernes. El fin de semana deberá realizarlo en una comisaría. Además, las juezas y el juez que conforman el tribunal ordenaron que no pueda salir de Luis Beltrán, lugar donde reside actualmente.
El Ministerio Público Fiscal de Cipolletti aprovechó la confirmación del Tribunal de Impugnación para revisar la medida cautelar. Antes de la audiencia solo tenía la tobillera electrónica que seguirá usando. Caumillan fue condenado a 9 años de prisión por torturas y abusar sexualmente a un hombre en un procedimiento policial, en contexto de la pandemia por el coronavirus. Fue en mayo de 2020.
En su alegato, el fiscal dijo que hay una «real» posibilidad de fuga, uno de los dos requisitos que deben demostrar para disponer la medida cautelar; el otro es el posible entorpecimiento de la investigación.
A pesar de la insistencia del fiscal, el juez y las juezas que intervinieron no acordaron con esa perspectiva. Les pareció demasiado gravado y tomaron una medida intermedia, aunque el expolicía deberá cumplir con varios requisitos.
El exagente, que se desempeñaba en la Comisaría 45 de Cipolletti, se radicó en Luis Beltrán, Por eso, las juezas Florencia Caruso, Sonia Martín y el juez Marcelo Gomez pidieron información sobre el ejido de la ciudad rionegrina porque no podrá salir de la localidad.
El fiscal manifestó que con la confirmación de segunda instancia «el peligro de fuga ha aumentado». Por eso pidió el cambio de la modalidad cautelar. «No se puede garantizar que no se fugue con una sentencia condenatoria con doble conforme y una pena tan alta».
La defensa solicitó rechazar la medida. Alegó que Caumillan siempre estuvo a derecho, que tiene arraigo y que nunca «incurrió en rebeldías». Agregó que no hay informes de la UADME por incumplimiento en la medida previa.
En agosto pasado, el tribunal condenó a Caumillan a 9 años de prisión efectiva. El fallo fue contundente y reveló que el oficial tiene 34 sanciones dentro de la institución.
Durante el juicio se presentó una psicóloga de parte, cuyo dictamen fue más desfavorable todavía: es impulsivo, tiene un temperamento poco asertivo y escasa actitud reflexiva. la semana pasada el TI confirmó esa sentencia y solo queda una instancia para que quede firme.
El efectivo prestaba funciones en la Comisaría 45 cuando ocurrió el hecho, el 17 de mayo de 2020. Desde que se hizo la audiencia de cesura, Caumillan se encuentra monitoreado con tobillera electrónica hasta que la sentencia quede firme.
El hecho sucedió en plena cuarentena, lapso temporal en el que las fuerzas de Cipolletti acumularon varias denuncias por abuso de autoridad, cuando dos jóvenes ingresaron a una iglesia con intenciones de robar. Caumillan, que vivía en un departamento contiguo al templo, logró inmovilizar a los ladrones. Mientras pedía refuerzos, los torturó e incluso a uno de ellos llegó a meterle un objeto en el ano, se supone una tonfa.
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