«Ojalá que octubre venga lindo»: el relato de las amigas de Gisela que la vieron el día anterior al femicidio

-¿Cómo era como amiga?, le preguntó el fiscal jefe, Agustín García.

-La mejor, respondió Maricruz.

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La mujer habla de Gisela Fuentes a la que vio «casi todos los días» los últimos cuatro años de su vida. La que le enviaba bien temprano: «buen día gordita, ¿cómo estás?». Con la que se río tantas veces y conversó «pavadas» hasta el sábado 30 de septiembre de 2023, cuando se juntaron en su casa de Centenario. El domingo 1 de octubre su amiga fue asesinada y ayer debió sentarse como testigo en el juicio por femicidio. Tiene que contarle al jurado popular quién era ella.

Ese sábado Gisela tomaba mates con Maricruz y Natalia. Ahí les mostró que Alejandro Cabrera, el hombre que estaba conociendo, había subido una foto con ella a Instagram. Pensó que si Roberto Figueroa, su expareja, veía esa historia iba a tener problemas.

Maricruz aseguró que todavía conserva uno de los mensajes que le escribió Gisela: «gorda vení, no me dejes sola«. «Estaba cansada, quería ser feliz», remarcó.

Describió episodios de violencia de género que sufrió su amiga con Figueroa. Desde que la había querido ahorcar estando embarazada, hasta que la apuntó con un arma en 2021 y la defendió una de sus tres hijas. Cuando estaba con él «se aislaba» de ellas y de su familia.

Si bien se había separado afirmó que él intervenía en cada oportunidad que Gisela tenía de estar con alguien. Como la vez que la insultó en una heladería cuando la vio con un amigo. Subrayó que ahora lo había bloqueado de su teléfono, que quería terminar.

Después de los mates, Maricruz prometió volver a la noche. Lo hizo. Ya estaba en la casa Cabrera. Ella se quedó hasta las 5 aproximadamente.

Según la acusación de la fiscalía, Figueroa pateó la puerta a las 7. Entró con un revolver calibre 38 y le gatilló al hombre. Alcanzó a darle en un hombro y salió corriendo. Lo persiguió. Volvió y le disparó a Gisela. Dejó su cuerpo en el patio de la casa.

A las 8 a Maricruz le avisaron del hospital de Centenario que a Cabrera lo habían herido y que a «la chica que estaba con él la habían matado».

«Saben lo buena que era mi amiga», le recalcó al jurado. Recordó que Gisela nunca «le dijo nada malo» de Figueroa a su hija, que sigue esperando hoy que él la llame.

Hacer las cosas bien

Natalia se quedó inquieta esa tarde. Le ofreció a Gisela que se fuera a su casa. «No te preocupes negra, tranquila que no va a pasar nada», le contestó. Juntas tenían un emprendimiento de viandas.

«Éramos re compañeras, nos iba re bien», recordó. También está aquí como amiga-testigo.

Cuando el domingo su expareja le comentó que habían matado a una chica, Natalia se desesperó. «La empecé a llamar a Gise», señaló. Vio que en sus estados de Whatsapp había puesto: «ojalá que octubre venga lindo».

Sostuvo que era «re buena mina, buena mamá, preocupada por los demás». Que cuando ella se separó, Gisela le aconsejó: «que no vuelva, que haga las cosas bien».

Alegatos y cierre

El juicio continuará el lunes 5 de agosto, a partir de las 8.30. Hasta el momento declararon ocho testigos, todos de la fiscalía. La defensa de Figueroa ofreció los suyos y anticipó que el imputado dará su versión de los hechos.

Esta semana serán los alegatos de cierre, el jurado recibirá las instrucciones y luego pasará a deliberar. Para un veredicto de culpabilidad se necesitan al menos ocho votos de los doce integrantes del tribunal.

Figueroa está acusado del femicidio de Gisela y del intento de asesinato de Cabrera. En caso de que lo declaren responsable el juez de Garantías Lucas Yancarelli, que dirige el juicio, será el encargado de fijarle la pena. Por el tipo de delito la única posible es la prisión perpetua.

Según el Registro de Femicidios de la Corte Suprema, el 21% de los ataques que hubo en el país el año pasado involucraron armas de fuego.