Muerte del soldado en Zapala: otra pericia con resultados sorprendentes
El domingo se cumplen cuatro meses de la muerte de Pablo Córdoba. El sábado a la medianoche habrá una marcha de antorchas. En tanto, siguen apareciendo indicios que descartan la hipótesis del suicidio.
El soldado voluntario de Zapala Pablo Jesús Gabriel Córdoba estuvo sentado al momento de recibir dos balazos en la cabeza, o por lo menos inmediatamente después de sufrir las heridas. Es la conclusión a la que llegó el experto en criminalística que analizó las manchas de sangre en sus ropas.
El resultado de esta pericia debe leerse en coordinación con lo que estableció la ampliación de autopsia: tanto el disparo que le ingresó por el mentón como el que ingresó por la sien derecha «produjeron una inhabilitación para realizar cualquier movimiento o acto consciente, toda vez que debido al daño cerebral producido (hemorragia, neumoencefalo, contusiones, destrucción parenquimatosa), esto hace imposible que el lesionado pueda realizar movimientos conscientes y activos».
Además, los forenses determinaron que «las dos lesiones ocasionadas por los proyectiles de arma de fuego presentan entidad suficiente para causar la muerte».
La pericia sobre las prendas conocida ahora establece que la saturación de sangre sobre la campera y el pantalón del soldado Córdoba «se originó por un sangrado en posición sedente (sentado)».
Agrega que «tanto la muñeca derecha como la izquierda no tuvieron contacto con la parte derecha frontal del torso ni tampoco con el sector derecho superior del muslo (área de la ingle) al momento del sangrado y formación de la mancha de saturación».
La novedad trascendió en vísperas de cumplirse cuatro meses desde que Pablo Córdoba (21) apareció con dos disparos en la cabeza mientras cumplía guardia en el Grupo de Artillería 16 de Zapala.
La causa está caratulada «muerte dudosa», y sus familiares y el abogado querellante Maximiliano Orpianessi vienen insistiendo para que se la cambie a «homicidio».
Marcha de antorchas
Para reforzar ese reclamo, este sábado a las 23:30 realizarán una marcha de antorchas que culminará frente al Puesto Roca, el lugar de ingreso a la Guarnición Militar Zapala. Allí esperarán la hora cero, para conmemorar los cuatro meses de la muerte.
El juez federal subrogante Hugo Greca, a cargo de la investigación, no descartó todavía la hipótesis del suicidio. La semana pasada interrogó a Juan José Córdoba y Natalia Uribe, los padres de Pablo, sobre el estado de ánimo de su hijo.
Se basó en unos audios supuestamente grabados por Pablo en enero pasado, que aparecieron en su teléfono pero que nunca envió.
Natalia afirmó, en una entrevista con diario RÍO NEGRO: «siento que nos toman el pelo. El juez sigue preguntando cómo estaba de ánimo mi hijo. Yo en todo momento le hablé del homicidio. Que investigue todo lo que quiera, pero alguien mató a mi hijo y es del Ejército».
Las pruebas científicas
Cada prueba científica que se incorpora al expediente aleja la hipótesis del suicidio.
A la ampliación de la autopsia, a la falta de huellas digitales en el fusil de Pablo y la ausencia de restos de pólvora en el dorso de sus manos, ahora se suma el resultado de las pericias en las ropas que vestía el 1 de junio a las 6 de la mañana cuando recibió los balazos que según una testigo, se produjeron con cinco minutos de diferencia entre uno y otro.
La pericia es categórica. Dice que el soldado «se encontraba en posición sentado con su torso ligeramente hacia adelante» (…) No surge compatibilidad de que se haya originado ni en posición arrodillado, ni tampoco de pie».
La posible secuencia
Al establecer una posible secuencia, el trabajo realizado por un comisario inspector de la policía de Neuquén licenciado en Criminalística señala: «1-Sangrado de las heridas en la cabeza producidas por arma de fuego. 2– A causa de la gravedad se escurre la sangre por el torso parte frontal, sector del chaleco porta elementos donde finalmente se acumula en área de la ingle (campera y pantalón) originándose la mancha de saturación. 3-Debido a la acumulación del tejido hemático comienza a formarse el patrón del flujo en el pantalón, sección lateral derecha del muslo».
«Respecto a la formación del patrón hemático mancha de saturación sobre la campera y el pantalón del soldado, hay compatibilidad de que se haya originado en posición sedente (sentado)».
A Pablo lo encontraron malherido, boca arriba, y hay dudas sobre dónde estaba su fusil. Algunos testigos dicen que a 90 centímetros, otros que lo tenía sobre el pecho. Y dos militares se atribuyen la acción de haberlo retirado de encima de su cuerpo. Sin embargo, el arma no tiene huellas.
Además el cargador estaba suelto, y se comprobó que para separarlo del arma hay que accionar un mecanismo que Pablo, por su estado, nunca pudo manipular.
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