Muerte del soldado en Zapala: hasta horas antes, Pablo estaba organizando un asado

Lo contó su madre Natalia. Se enteró a través de amigos y amigas de su hijo que declararon en el expediente. Aseguró que nunca tuvo problemas económicos ni deudas.

Pablo Córdoba murió el 1 de junio, mientras patrullaba en el cuartel.

La noche del 31 de mayo y la madrugada del 1 de junio, el soldado Pablo Jesús Gabriel Córdoba (21) estaba feliz. Entre otros motivos, porque el sábado asistiría a su primera fiesta por el día del soldado argentino en el cuartel de Zapala. También porque le depositarían el sueldo. De modo que en esas horas estuvo intercambiando mensajes con una colega, para organizar un asado.

Así lo relató Natalia Uribe, la mamá de Pablo. «Se había comprado la ropa para la fiesta, estaba muy entusiasmado», dijo a diario RÍO NEGRO.

Como se sabe, a las 6 de la mañana del 1 de junio Pablo fue hallado con dos disparos en distintos sectores de la cabeza; uno le ingresó por el mentón, el otro por la sien derecha. El Ejército intentó instalar la hipótesis del suicidio, la errática investigación judicial está caratulada como «muerte dudosa», para la familia fue un homicidio.

Natalia reveló que en los últimos días declararon en la causa que lleva adelante el juez subrogante Hugo Greca varios amigos y amigas de Pablo, «personas muy cercanas a mi hijo, que confirman lo que nosotros ya sabíamos sobre él, y por eso estamos tan orgullosos. Era generoso, servicial, atento a lo que necesitara cualquier compañero».

«La alegría que tenía era particular. Nosotros ya conocíamos todas sus cualidades, pero leer que lo dicen otras personas nos llena de orgullo», agregó.

Señaló que el día anterior a su muerte «llevó caramelos y galletitas para compartir con todos sus compañeros. Estaba de buen humor. Una chica declaró que se estuvieron escribiendo como hasta la 1 de la mañana, él le decía que iban a cobrar, les iban a depositar el sueldo, así que mi hijo organizaba un asado».

«El asado era por nada, para festejar nada más que cobraban, que tenían trabajo, que eran amigos», continuó Natalia. «También estaba muy entusiasmado porque el sábado 3 era su primera fiesta del soldado, ya se había comprado la ropa para ir». Pablo aún no había cumplido un año como voluntario en el Ejército, y tenía planeado continuar la carrera de oficial en Buenos Aires.

Sin problemas económicos


Natalia indicó que «el juez, muy tendencioso, les preguntó a todos si mi hijo tenía problemas económicos, y todos dijeron que no. Al contrario, lo admiraban porque se administraba muy bien, llegaba al 28, 29 de cada mes y era el único que tenía para comprar facturas».

La madre de la víctima aclaró que «el padre -Juan José Córdoba Salto, del cual está separada hace 13 años- tiene su sueldo como suboficial principal del Ejército y Pablo nunca me dijo que le pidiera prestada plata. Vivía conmigo, yo siempre tuve trabajo, me mantuve sola. A veces ponía para las compras o para el alquiler, ayudaba porque quería».

La aclaración sobre el préstamo


Respecto de las versiones que circulan sobre un presunto préstamo, Natalia señaló que «él estuvo averiguando porque se quería comprar un auto. Yo le recomendé que no lo saque, porque si el año que viene se iba a estudiar a Buenos Aires, el auto iba a quedar tirado acá en Zapala hasta que volviera».

«Cuando hicieron un ciberrastrillaje en la computadora de mi hijo, encontraron que había buscado dónde pedir un préstamo. No encontraron ninguna conversación con sus amigos, justo encontraron eso del préstamo, y tres memes en su cuenta de Facebook», se quejó.

«Revisen sus cuentas bancarias, le va a dar que siempre tenía plata porque cuidaba su economía», dijo Natalia.

Las pruebas científicas que faltan


Mientras se continúa con la toma de declaraciones testimoniales, la investigación de la muerte del soldado Córdoba está a la espera de la llegada del resultado de una batería de pericias científicas.

Por un lado, se realizó el 1 de agosto el barrido electrónico en las manos y la ropa para determinar si disparó un arma de fuego.

Como ya adelantó diario RÍO NEGRO, el resultado de este trabajo es relativo: el cuerpo fue manipulado, también el fusil FAL, hay divergencias entre los testigos sobre la posición del arma y sobre la ropa que vestía Pablo.

Además, en un cuartel militar lo raro sería que le dé negativo una prueba de presencia de pólvora.

También se espera el resultado de la pericia balística. Al igual que la anterior, fue encargada a Gendarmería. Ambas se hicieron sin control de la querella.

La balística se hizo únicamente sobre el FAL asignado a Pablo (y que apareció sobre el cuerpo o al costado, según quién lo cuente). El juez Hugo Greca no secuestró el armamento del resto del personal de guardia esa madrugada.

Tampoco se avanzó con la ampliación de autopsia. La primera, que se hizo casi sin puntos de pericia porque se manejó el caso como un suicidio, arrojó pobres resultados. Ni siquiera se sabe el o los calibres de los proyectiles.

Otro trabajo científico que se espera es el toxicológico.


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