Masacre de pingüinos en Punta Tombo | Por qué es un juicio histórico con repercusión mundial
Diario RÍO NEGRO habló con la fiscal Florencia Gómez, quien impulsa la acusación contra el administrador del campo. Arrasó con un sector de la colonia de pingüinos de Magallanes y causó un desastre ecológico. Los detalles de un caso que interesó a la National Geographic.
En 1972, Luis Emilio La Regina donó 210 hectáreas al gobierno de Chubut para la creación del Área Natural Protegida Punta Tombo, una de las mayores colonias de pingüinos de Magallanes del continente. A 52 años de ese gesto uno de sus nietos, Ricardo Adolfo La Regina, llega a juicio acusado de abrir caminos y provocar una masacre de ejemplares adultos y crías, destrozar 200 nidos y causar un impacto ambiental que tardará medio siglo en repararse.
«Fue un acto de crueldad pocas veces visto», dijo a diario RÍO NEGRO la fiscal general de Rawson, Florencia Gómez, quien lleva adelante la acusación. «El juicio comenzará el 28 de octubre, es histórico que hayamos llegado a esta instancia», agregó. La repercusión del caso es a escala planetaria.
Cuando ocurrió el hecho, entre agosto y noviembre del 2021, la fiscal tenía un conocimiento promedio en derecho ambiental (hoy es una referente). Se encontró con un episodio de tremenda magnitud, en un escenario inmenso. «Empecé a enviar notas a todas las ONG comprometidas con la materia. Mandé 128 cartas, sin mucha esperanza de recibir respuesta. Pero contestaron», relató.
Entre otras, respondió National Geographic, que aportó una prueba decisiva: fotos satelitales en alta definición que le permitieron a la fiscal probar en qué fechas se produjo la matanza. Su intención es que el tribunal del juicio vaya al lugar en la misma época «para que vean lo mismo que vio el imputado, y comprueben que no pudo desconocer lo que estaba haciendo».
Una sola pareja, un mismo nido
Punta Tombo y Punta Clara forman parte de la biosfera Patagonia Azul, en la costa de Chubut. Allí se reúnen para procrear 200.000 parejas de pingüinos de Magallanes. Son aves monógamas, que anidan cada año en el mismo y único lugar. Mientras un integrante de la pareja cuida los huevos o las crías, el otro va hacia el mar a buscar alimento y regresa.
La biosfera está dentro de la enorme estancia La Perla. Uno de los administradores es Ricardo Adolfo La Regina (37 años). Según la acusación fiscal, a partir de agosto del 2021 y sin autorización comenzó a abrir caminos para «poner en valor» el campo. Además introdujo ganado bovino, que provoca daño ambiental: sólo está permitido el ovino.
«A mediados de agosto los machos acondicionan el nido, son cuevas al ras del suelo con tres salidas», explicó la fiscal Gómez. «Las hembras llegan a mediados de septiembre y se produce el apareamiento. Desde esa fecha tenés un ave echada todo el tiempo. Los huevos eclosionan 40 días después, a finales de octubre o principios de noviembre».
83.000 kilos contra 90 gramos
Según pudo probar en base a imágenes satelitales de alta definición provistas por Nat Geo, uno de los caminos fue abierto entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre del 2021 por una máquina retroexcavadora de 83.000 kilos de peso, ruedas de dos metros de alto y ancho de pisada de 32 centímetros, que arrasó con nidos y pichones de 90 gramos de peso.
Ese tramo tiene de 900 metros de longitud y atraviesa la colonia. «El imputado nació y se crio ahí, no podía ignorar que en esa época está en plena reproducción», dijo la fiscal.
En algunos sectores se removieron hasta 40 centímetros de la capa superficial del suelo, «es decir que la cavidad de los nidos que allí se encontraban fueron arrasadas por completo junto a su contenido».
«En el área de desmonte -continuó la fiscal- toda la tierra y vegetación removida se acumuló en un terraplén de unos 30 metros de largo por unos tres metros de alto, equivalente a 30 camionadas de tierra».
El alambrado electrificado
Además, La Regina está acusado de colocar un alambrado de 6 hilos conectado a un boyero electrificado, a una altura que impedía el paso de los pingüinos. Las aves regresaban del mar en busca de sus nidos, chocaban con esa barrera y no podían alimentar a las crías.
Fueron arrasados alrededor de 200 nidos y el número de ejemplares muertos es difícil de determinar, porque quedaron sepultados bajo las toneladas de tierra. Según estimaciones, por cada nido deben calcularse tres pingüinos.
En dinero, el perjuicio fue estimado en más de 518.000 dólares.
Querellantes y testigos
El juicio que comenzará el próximo 28 de octubre tiene como querellantes a la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas; Greenpeace y Patagonia Natural, entre otras organizaciones. En cuanto a Nat Geo, uno de sus gerentes será testigo. «Es la primera vez que se involucran de esta manera en una causa penal», destacó Gómez.
La fiscal participará del Encuentro Nacional de Fiscalías Ambientales que se realizará el 20 y 21 de septiembre en Villa La Angostura. Allí expondrá los detalles del caso y hablará de la red de contactos que armó para la investigación.
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