Magalí sobrevivió a un intento de femicidio en Plottier: «si se actúa rápido se pueden prevenir desgracias»
Su expareja intentó asesinarla, la abusó, le prendió fuego la casa y ejerció toda clase de violencia sobre ella. Un jurado popular lo declaró culpable y ella siente alivio por primera vez en mucho tiempo.
«Yo me mantuve entera, y ellos (los abogados defensores del acusado de abusarla e intentar matarla) quisieron agarrarse de eso. Decían ‘si hubiera sido abusada sería una persona reprimida, que no saldría a la calle; si sufriera violencia de género no sería extrovertida, no se teñiría el pelo, tendría depresión’. Y como demostré todo lo contrario, se quisieron agarrar de eso y echarme la culpa a mí».
Magalí del Valle Peralta se asume como una sobreviviente. Tiene 31 años, un hijo de 7, y durante tres años estuvo sometida a toda clase de violencia de género por parte de Julián Álvarez (28), quien el sábado fue declarado responsable de quemarle la casa, abusarla sexualmente e intentar matarla.
Durante el juicio, los defensores intentaron construir una imagen de Álvarez como un joven de buena familia, educado con los mejores valores, y calumniaron a Magalí como la mujer que lo sumergió en la violencia. Una estrategia carente por completo de perspectiva de género, a la que el jurado respondió con un veredicto de culpabilidad contundente.
Las fracturas
Luego del veredicto del jurado popular, Magalí recordó en diálogo con Río Negro que producto de que Álvarez la tiró de un techo de tres metros de altura sufrió triple fractura de pelvis. Los médicos le pronosticaron un año y medio en silla de ruedas, pero estuvo dos meses, y otros tantos con muletas. Ya no necesita más operaciones.
«Yo me dije ‘tengo que salir antes, no puedo estar un año y medio en silla de ruedas, porque si no, a mi hijo no lo recupero más'». En esa época le habían dado la tenencia a su madre.
«Es una mamá con un fuerte deseo de maternar que se sintió juzgada, le estaban diciendo que ni siquiera era capaz de cuidar a su hijo. Pero tiene un perfil aguerrido, quería que su hijo volviera, no renunció nunca a eso», relató en el juicio una psicóloga que la trató el Plottier.
«No bajen los brazos»
Al repasar lo que vivió en los últimos años, Magalí señaló que «es complicado que te escuchen cuando hacés denuncias pero no tenés que dejar de hacerlas, hay que llamar al 148, pedir ayuda, si tenés que hacer seis denuncias en el día hacélas, y después las tenés que ratificar, que es algo que no te dicen en la comisaría».
A las mujeres que están atravesando una situación de violencia de género les recomendó «que no bajen los brazos, que pidan ayuda, que empiecen con un psicólogo que es lo más importante. Les digo que se puede, confíen, busquen un círculo que la apoye, no se dejen caer».
«Yo me quedé sin casa porque me la prendió fuego, después me secuestró y me llevó a vivir con él en Bariloche, pero en 4 años con fuerza y voluntad me armé de nuevo; con la ayuda de la gente pude salir adelante», agregó.
Actuar
«Es verdad, el tramiterío es tedioso, no te dan ganas, te llaman mil veces, sentís que nunca te dan respuestas, es un laburo arduo, pero es cuestión de no bajar los brazos, y cuando una actúa rápido se pueden prevenir desgracias», dijo.
Magalí indicó que «después de ver todos los femicidios que hay en Plottier, chicas que pidieron ayuda y nadie las escuchó, poder hoy estar acá contando y diciendo se hizo justicia, es un montón».
«Es súper importante que no hay que bajar los brazos, seguir adelante, confiar. Y si en el pueblo donde estás no te ayudan, cambiate de lugar. Todos tenemos la facultad de salir adelante, es las ganas que uno le ponga», concluyó.
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