Lo acusan de atropellar, matar y escapar en Plottier, y él culpa a su mejor amigo

El Tribunal de Juicio dará a conocer su veredicto el viernes. Este miércoles fueron los alegatos de la fiscalía, la querella y la defensa. El hecho ocurrió hace poco más de un año frente a la estación de Piscicultura.

El movimiento Estrellas Amarillas acompañó a la familia de Matías García en el juicio. (Matías Subat)

Sobre el hecho no hay discusión: el 8 de octubre del 2023, a las 7:15 de la mañana, un Fiat Palio que circulaba por la banquina a 129 kilómetros por hora atropelló a Matías García (18) y le causó la muerte, a la altura del acceso a Piscicultura en Plottier. La controversia es quién manejaba. Según la fiscalía y el abogado de la querella, era Lautaro Gajardo (23), y por eso pidió que lo declaren responsable de homicidio culposo agravado, pero el imputado asegura que el auto -de su propiedad- lo conducía su amigo del alma, quien a su vez afirma que no recuerda nada por el estado de ebriedad.

Así quedó planteado en los alegatos que se pronunciaron este miércoles ante una sala 12 de la Ciudad Judicial colmada de familiares de la víctima y con algunos familiares del imputados. El veredicto del Tribunal, integrado por Raúl Aufranc, Marco Lúpica Cristo y Cristian Piana, se conocerá el viernes.

El padre de Matías, Saúl, les habló a los jueces. «No conozco de leyes pero viendo las pruebas está claro quién fue», dijo, y pidió «una pena ejemplar» para el imputado. «No puede andar por la vida matando personas y dentro de un año o dos otra vez haciendo lo mismo».

Recordó a su hijo como un chico «feliz» que durante la pandemia descubrió su vocación por la informática. Estudiaba ciencias de la computación en la Universidad.

El 8 de octubre a las 7 de la mañana, Matías caminaba por la banquina de la Ruta 22 en dirección Plottier Neuquén junto con dos amigos, Joaquín y Jeremías. Volvían de un cumpleaños, y esperaban encontrarse con un hermano de Matías que los pasaría a buscar.

Así quedó el vehículo luego del impacto, en octubre del 2023 en Plottier. (Gentileza).

En la misma dirección circulaba un Fiat Palio que, según la fiscal Lucrecia Sola y el querellante Emiliano Saavedra, conducía Lautaro Gajardo, su dueño. Lo acompañaba Franco, a quien los testigos describen como «su amigo del alma, su hermano». Habían estado en un boliche bailable.

Gajardo tenía por lo menos 1,31 gramos de alcohol en sangre, según las pericias, y circulaba al menos a 129 kilómetros por hora. Pasó por la izquierda a una camioneta y bajó a la banquina, donde atropelló de lleno a Matías. Como consecuencia del impacto, el chico voló 80 metros y murió en el acto.

También rozó a Joaquín y Jeremías y les provocó lesiones leves. Sin detenerse a prestarles asistencia, escapó del lugar.

La confesión después del accidente


El auto quedó con el parabrisas y la ventanilla del acompañante destrozados. Gajardo, afirma la acusación, intentó ocultarlo en la casa de una vecina de su amigo quien se lo impidió.

A la madre de Franco le dio la primera versión: reconoció que él manejaba, pero afirmó que no sabía contra qué habían chocado y especuló que pudo ser un poste. Lo repitió un rato más tarde en la comisaría 44, adonde fueron por decisión de la mamá de su amigo.

Allí quedó demorado en averiguación del hecho y se enteró que había provocado una muerte. Entonces le mandó mensajes por teléfono a su madre. «Voy a tener que pagar por mis actos», «me voy a hacer cargo», dijo, entre pedidos de perdón.

Más tarde, cuando lo revisó el médico forense, cambió la versión: aseguró que no recordaba, o que recordaba algunas cosas.

Y luego aportó la tercera versión, la que sostuvo hasta el día de hoy: que el auto lo manejaba Franco, su amigo del alma.

¿La coartada perfecta?


Este joven no fue citado a declarar en el juicio y la fiscal Sola explicó los motivos.

«No sería un testimonio libre, por la relación de amistad íntima con Lautaro, son como hermanos», dijo. «Franco manifestó no recordar lo que había pasado. Es una postura encubridora que ni siquiera puede serle reprochada penalmente por este grado de amistad. Esto es lo que terminó siendo la mejor coartada para Gajardo».

Añadió: «Gajardo dice ‘manejaba Franco’, y endilgarle la responsabilidad no iba a tener ninguna consecuencia para Franco, porque no hay ninguna evidencia que lo señale, no se le iba a poder imputar el hecho, mas allá de lo que diga Gajardo, que por otra parte declara sin juramento de decir verdad».

La fiscalía y la querella pidieron que declaren a Lautaro responsable de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de un vehículo automotor, agravado por la fuga, por alcohol en sangre, por exceso de velocidad y por culpa temeraria. También por las lesiones leves agravadas que les provocó a los amigos de Matías.

La autoincriminación


El defensor Marcelo Stern, a su turno, pidió que no se tengan en cuenta las declaraciones en las que Gajardo se autoincriminó porque fueron realizadas sin asesoramiento legal.

Afirmó que lo llevaron a la comisaría 44 sin su consentimiento, y que lo hizo la madre de Franco porque estaba protegiendo a su propio hijo.

En el uso de la última palabra Lautaro Gajardo dijo que compartía el sentimiento de la familia «del chico que falleció», e insistió en que en el momento del hecho lo único que recordaba es que «era mi auto».

Agregó que «después hice memoria y recordé que le había prestado el auto a Franco a la salida del boliche».


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