Le mostraba contenido de abuso sexual infantil y luego la abusaba: fue condenado en Cipolletti
El agresor sexual pertenecía al entorno de la víctima. Recibió una condena de seis años de prisión y fue trasladado al penal de Viedma.
Antes de cometer los abusos, un hombre le mostraba imágenes de contenido de abuso sexual infantil a una niña de cuatro años. Le decía que era un juego y la obligaba a repetir lo que se proyectaba en la computadora. La fiscalía logró demostrar que ocurrió al menos una vez entre 2012 y 2016 en Cipolletti, aunque se presume que fueron en reiteradas oportunidades en ese lapso de tiempo. La sometió hasta los siete años.
Durante ese lapso “abusó sexualmente en un número indeterminado de veces de la niña, toda vez que la sometió a una serie reiterada e innumerable de actos lascivos y prematuros. Dichos abusos sexuales los llevaba a cabo en el interior de la vivienda cuando la menor se hallaba durmiendo en la habitación del imputado”, dice el fallo que está público en la web del Poder Judicial de Río Negro.
La víctima tenía entre 4 y 7 años cuando ocurrió el hecho, pero pudo decirlo varios años después en una cámara Gesell. Desde su entorno comenzaron a sospechar por algunos indicios que mostraba la menor, sobre todo cuando estaba o regresaba de la casa del agresor sexual.
Un allanamiento que se llevó a cabo el 2 de octubre de 2020, en el marco de la investigación por los abusos sexuales, reveló que el imputado tenía en su poder innumerables videos e imágenes de contenido de abuso sexual infantil.
De fallo judicial surge que el imputado utilizaba ese material para mostrárselo a la víctima, luego la abusaba. Al principio eran abusos simples, pero se convirtieron en gravemente ultrajantes según la calificación legal. Esos abusos sexuales se llevaban a cabo en el interior de la vivienda cuando la niña se hallaba durmiendo en la habitación del imputado.
El hombre fue condenado a seis años de prisión efectiva luego de un acuerdo pleno entre la fiscalía, la defensora de menores y la defensa pública. La calificación consensuada fue “abuso sexual con acceso carnal en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante por la duración en el tiempo y las circunstancias de su realización; todo en concurso real con tenencia de imágenes de abuso sexual infantil”.
Al tratarse de un juicio abreviado, el imputado reconoció los hechos y la condena quedó firme automáticamente. Fue trasladado al penal de Viedma donde ya cumple su condena.
«Decile a tu papá que si va preso a Roca o Cipolletti, lo van hacer mierda», le recriminaron al imputado en la audiencia y por eso se resolvió el alojamiento en la capital provincial. Además ese penal cuenta un pabellón de ofensores sexuales y funciona un equipo interdisciplinario para rehabilitación.
Para el acuerdo, la fiscalía tuvo que modificar la calificación que en un primer momento incluyó la corrupción de menores y el agravante de ser encargado de la guarda, aunque si bien iba a la casa del condenado, de los testimonios surgió que siempre había otras personas y que no se quedaba él al cuidado de la niña.
“Es un hecho que está claro, desde el punto de vista de la prueba; pero así y todo es necesario en este tipo de procedimientos la confesión del imputado, la cual brindó de manera libre y sin coacción en este juicio. Por todo ello, entiendo que la prueba y la confesión del imputado es suficiente como para dar certeza a lo acontecido”, sostuvo la jueza Florencia Caruso que presidió el tribunal. Estuvo conformado por los jueces Guillermo Baquero Lazcano y Guillermo Merlo.
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