La reflexión de los familiares de las víctimas de la masacre en el laboratorio en Cipolletti

A 20 años del segundo triple crimen en la ciudad, desde el entorno de las mujeres asesinadas exigen una reforma judicial con perspectiva de género. Convocaron a una marcha para el 3 de junio.

A 20 años de la masacre en el laboratorio de Cipolletti que terminó con la vida de tres mujeres: Carmen Marcovecchio, Mónica García y Alejandra Carbajales; familiares de las víctimas volvieron a poner el foco sobre la justicia y convocaron a una marcha para el próximo 3 de junio.

En la carta, que lleva la firma de Paula Leiva García y Mauro Cejas Marcovecchio, se expuso la falta de comunicación por parte del Poder Judicial en la última década.

Justamente, hace 10 años, la por entonces procuradora Liliana Piccinini (hoy jueza del STJ) confirmó que se retomaría la búsqueda del o los asesinos. Hubo dos juicios previos, pero la justicia no logró esclarecer el hecho que continúa impune.

La causa se reabrió, pero según expusieron los familiares no tuvieron más comunicación por parte del Estado. «La inoperancia y las innumerables dificultades que tuvo el Poder Judicial para intervenir en el caso es una muestra más de la carencia de instrumentos y falta de voluntad que tiene para dar cuenta de la realidad de nuestra sociedad y para dar solución a sus demandas. Un ejemplo claro de ello es la nula comunicación que tiene el sistema penal desde hace más de diez años con cualquiera de los y las familiares de las víctimas del segundo triple crimen», dice el documento.

La carta abierta exige una reforma judicial «que considere tanto su composición en términos de género, como su distribución, sus recursos financieros, humanos y técnicos resulta imprescindible en nuestro pedido de Justicia».

«Es por ello que creemos que, lejos de las visiones punitivistas y vaciadoras del Estado que buscan llenar las cárceles de pobres, creemos que la solución a este tipo de problemas viene de la mano de la inclusión social, a la garantía de derechos humanos, y a la necesidad de mayores y mejores políticas públicas con perspectiva de género», agregaron.

A 20 años del segundo triple crimen de Cipolletti, los firmantes invitaron a marchar a la movilización del 3 de junio «por memoria, verdad y justicia para Mónica, Carmen, Alejandra y por tantas otras, alzando la voz por quienes ya no tienen voz».

La masacre ocurrió el 23 de mayo de 2002 en un laboratorio ubicado en la esquina de 25 de mayo y Roca. Dos o más personas entraron a un centro, golpearon, acuchillaron, dispararon con un arma de fuego y rociaron con ácido a cuatro mujeres. Además de las tres víctimas, Ketty Karabatic sufrió varias heridas y un disparo, pero sobrevivió: falleció en 2018.

David Sandoval, un lavacoches, fue el principal sospechoso y fue juzgado junto a Javier El Clavo Sandoval. Ambos fueron absuelto. En el segundo juicio solo imputaron a David y fue condenado. Sin embargo, la Corte Suprema anuló la sentencia porque no se puede juzgar dos veces a una persona por el mismo hecho.

Los acusadores no volvieron a investigar al Clavo a pesar de todos los testigos que lo involucraron en el hecho. Así el triple crimen quedó impune. No hubo otras personas juzgadas a pesar de que varios testigos pudieron identificar a otros sospechosos.


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