La madre de Elías Garay se distancia de la comunidad mapuche

Juana Cayicol presenció el juicio que se realiza en Bariloche por el homicidio de su hijo en Cuesta del Ternero. Dijo que nadie de su familia se identifica con el pueblo mapuche.

Una nueva jornada del juicio por el crimen del joven mapuche Elías Garay, asesinado hace un año en Cuesta del Ternero, fue seguido como ocurre desde el primer día por varios de sus familiares, quienes dejaron sentado su reclamo de Justicia y mostraron un evidente distanciamiento con la postura asumida por la lof Quemquemtreu.

Esa comunidad es la que sostiene desde septiembre de 2021 la ocupación en el campo donde se produjo el asesinato, atribuido a dos trabajadores forestales que están ahora sometidos a juicio.

La madre del joven, Juana Cayicol, aseguró que ella no es mapuche y que nadie en su familia reconoce esa identidad. Seguró que Elías también fue criado de esa forma, aunque admitió que en el último tiempo había entablado un vínculo con la comunidad Quemquemtreu y se sumó a la ocupación en Cuesta del Ternero, en un proceso del que conoce pocos detalles.

“No puedo decir si estoy conforme o no con lo que escuchamos hasta ahora en el juicio -le dijo a RÍO NEGRO-. Conforme voy a estar el día que se aclare bien lo que pasó y paguen los culpables”.

Cayicol, su pareja, José Luis González, y otros familiares del muchacho viven en Jacobacci y se instalaron en Bariloche para seguir las audiencias orales, que comenzaron hace dos semanas. Pero no intervienen con abogado propio. La única querella que participa en el juicio lo hace en representación de Gonzalo Cabrera, otro miembro de la lof que resultó baleado en el mismo episodio, pero logró recuperarse.

La madre de Garay dijo que la comunidad tuvo “secuestrado” a su hijo, en referencia a los momentos de tensión que siguieron al homicidio. La fiscalía y el personal de criminalística no pudo ingresar de inmediato al predio y solo lo hicieron después de una larga negociación que se extendió por más de 24 horas, en los que la comunidad pidió que se vayan los policías del Coer antes de permitir el retiro del cuerpo.

La mujer está convencida de que una atención médica inmediata pudo haberle dado chances de sobrevida a Garay, como ocurrió con Cabrera. Pero la médica forense Vanina La Quadri, al declarar en el juicio, desmintió por completo esa hipótesis.

Dijo que mediante la autopsia, que estuvo a su cargo, pudieron deterrminar que el balazo de escopeta que le dispararon a Garay desde una distancia aproximada de 60 centímetros ingresó por la axila izquierdo atravesó los pulmones y afectó la arteria aorta, cerca del corazón, lo cual le provocó la muerte “en segundos”. Ningún auxilio médico, por inmediato que fuera, le hubiera salvado la vida, refirió la profesional. “Aunque hubiera tenido al mejor cirujano al lado, nada se hubiera podido hacer”, aseguró.

Cuando la médica fue llamada a la butaca de los testigos se dispuso la salida de los familiares, porque estaba previsto emitir fotos explícitas de la autopsia. La mujer intentó oponerse, dijo que se sentía “fuerte para poder estar”, pero el tribunal igual hizo cumplir la consigna.

Durante un cuarto intermedio, Cayicol le dijo a la fiscal Betiana Cendón que no tenía problemas en ver las imágenes que sean. “Lo único que me hace mal es la mentira”, afirmó.

Elías Garay, en una de las fotos que le tomaron durante la ocupación mapuche. (Fuente: Facebook)

"Mi hijo fue secuestrado"


Ante la consulta periodística insistió en que no tiene vínculo ni identificación alguna con la comunidad mapuche a la que se integró Elías. “Mi hijo fue secuestrado, lo tuvieron más de 24 horas tirado ahí, qué más le puedo decir”, dijo con gesto resignado.

Según dijo su madre, Elías se había radicado en El Bolsón varios años antes y “tenía su domicilio y su cabañita en Loma del Medio”. La familia permaneció en Jacobacci y seguró que estuvieron un tiempo largo sin verse, pero lo habían visitado durante la pandemia. “Yo no soy mapuche, no sé qué paso con Elías ni cómo terminó sumándose con esta gente -agregó la mujer-. Fue cosa de dos o tres meses. Mucha gente que habla ahora en realidad no lo conocía”.


Definen sobre la prisión preventiva


En el juicio están imputados como autores del crimen Diego Ravasio y Martín Feilberg, quienes mantenían un contrato para efectuar tareas forestales con el empresario Rolando Rocco, titular de los derechos de posesión sobre el campo ocupado por la lof.

Ambos permanecen detenidos desde el 26 de noviembre del año pasado y ayer se realizó una nueva audiencia para definir si continúan bajo prisión preventiva. La defensa solicitó suspender esa medida por el vencimiento de los plazos previstos en el código. La fiscalía y la querella manifestaron su desacuerdo y el juez Marcelo Álvarez Melinger resolverá mañana sobre ese punto.

Otro de los testimonios salientes escuchados hoy fue el del oficial de policía y jefe del cuerpo de investigación judicial Carlos Garmendia, quien señaló que el día del crimen al mediodía la “consigna” policial dispuesta en Cuesta del Ternero había detectado el paso de un Fiat Duna rojo en dirección al campo y luego no registró su regreso, de modo que había salido probablemente hacia Chubut.

Relató cómo fue la búsqueda de los presuntos autores durante los días posteriores al hecho y cómo fueron hallados en Chubut. A Ravasio se lo detuvo en su casa en Esquel, donde también estaba el Duna, y Feilberg se entregó en una comisaría de Comodoro Rivadavia. Sorprendió la puntillosa memoria del policía, cuando repitió sin dudar la patente del auto de los imputados (“AQE261”). El abogado defensor Ernesto Saavedra se mostró extrañado por semejante detalle y Garmendia dijo que se había preparado para testificar.

También se le tomó declaración por videoconferencia a Florentino Morales, empleado del Ministerio Público Fiscal en El Bolsón, quien aportó como dato más relevante lo que le había transmitido Feilberg cuando se produjo la irrupción de la lof Quemquemtreu en el campo de Rocco, un par de meses antes del homicidio de Garay.

“Dejó constancia de que la usurpación le generaba un gran perjuicio económico, que había comprado maquinaria y había hecho una gran erogación, incluida la solicitud de préstamos bancarios. Pero no los cuantificó”, sostuvo Morales.

Una de las estrategias de la fiscalía y la querella es subrayar ese dato, como posible móvil de la agresión fatal ocurrida semanas después. También en una audiencia anterior un policía había atribuido a Feilberg una advertencia expresa de que “buscaría a unos monos para cagar a tiros a los mapuches” si la Justicia no desalojaba el campo en pocos días.


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