La declaración del adolescente baleado durante los saqueos en Neuquén: «había un hombre arriba del techo con un arma»

Está cerca de ir a juicio el comerciante acusado de disparar contra un chico de 15 años. Para la fiscalía fue un intento de homicidio, la defensa asegura que nunca disparó.

«Sentí como un temblor y me caí al piso. No alcancé a apoyar las manos, caí con la frente. Miré para arriba, para el cielo, había un hombre arriba del techo con un arma». El que habla es Uriel, el adolescente que tenía 15 años cuando recibió un balazo en la espalda que lo dejó inmóvil para siempre, durante los saqueos ocurridos en Neuquén en agosto del 2023.

Uriel declaró ante la fiscalía, y por su estado de salud no se sabe si podrá hacerlo en el juicio oral que se aproxima. El acusado es un comerciante de 33 años al que algunos testigos dicen haber visto disparar desde arriba del techo con un arma larga.

En una audiencia realizada este lunes el fiscal de Homicidios, Andrés Azar, pidió que el hombre sea llevado a juicio ante un tribunal de tres jueces profesionales acusado del delito de tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego.

En cambio la defensora pública Ivana Dal Bianco sostuvo que el imputado es inocente, y que durante el ataque contra Uriel estaba encerrado en su casa. Como hipótesis alternativa sostuvo que la fiscalía no fundamentó la presunta intención de matar, por lo que corresponde la calificación de «lesiones gravísimas» que tiene una pena más baja.

El juez de Garantías que dirigió la audiencia de control de acusación, Raúl Aufranc, resolverá este martes cuál es el encuadre jurídico del caso. También se pronunciará sobre cuáles de los 50 testigos ofrecidos por la fiscalía y la defensa deberán declarar en el juicio, cuya fecha fijará más adelante la Oficina Judicial.

Cómo fue el hecho


El hecho ocurrió el 21 de agosto del año pasado a la medianoche, en el contexto de robos y saqueos organizados en varias partes del país a los cuales no fue ajeno Neuquén.

Según describió el fiscal Azar, alrededor de siete personas forzaron la entrada del quiosco 24 Horas, en Cayastá y Avenida del Trabajador, y se apoderaron de cajas con zapatillas, celulares, llaveros, gorras, relojes, auriculares y otros efectos.

Uriel regresaba a su casa y se encontró con esa escena. Cuando el grupo se saqueadores se estaba alejando él se acercó, tomó una caja tirada en la vereda, y recibió un disparo en la espalda que le afectó la médula. Desde ese momento, solo puede mover la cabeza y el brazo derecho.

Estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva con riesgo de vida. Los médicos dicen que a muy largo plazo se podrá pensar en su externación. En caso de que ocurra, «requerirá múltiples adaptaciones en su domicilio», dijo el fiscal, y no cuenta con los recursos para afrontarlas. Es de familia humilde, su único sostén es el padre, Javier, quien estuvo en la audiencia.

En primera persona


Uriel declaró como testigo ante la fiscalía. Según la reseña que brindó Azar, dijo que «venía de la casa de un amigo, pasó a saludar a otro» y se encontró con el robo organizado.

«Fui a revisar de curioso, había un montón de zapatillas todas nuevas. Empecé a guarda una, me la iba a llevar, en el momento que me iba a parar sentí como un temblor y me caí al piso. No alcancé a apoyar las manos, caí con la frente. Miré para arriba, para el cielo, había un hombre arriba del techo con un arma, yo me quedé en el suelo», contó.

Una pericia determinó que hay cuatro metros de distancia entre esa terraza y la víctima.

La defensora Dal Bianco cuestionó a los testigos que señalan al comerciante imputado. Según su versión, el hombre permaneció encerrado en su casa y cuando escuchó ruidos en el comercio -que pertenece a su madre- llamó a la policía pero no tomó ninguna otra acción.

La declaración del padre


Javier, el padre del adolescente, habló brevemente en la audiencia. «Todos los comerciantes se pusieron de acuerdo para armarse y defender sus cosas», dijo. «Fue un intento de homicidio premeditado, con alevosía. Subió al techo, esperó que mi hijo agarre las cajas y le tiró por la espalda».

Afirmó que «todos los vecinos lo vieron que disparó» pero «muchos tienen miedo».

«A mi hijo me lo dejó postrado en una cama desde el día que pasó, hace 9 meses. Entre dos tenemos que ayudarlo para subir a una silla de ruedas, así va a ser toda su vida. Tenga en cuenta eso», le pidió al juez.


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