La amistad entre Amanda y Eduarda Santos nació en Brasil y tuvo un sangriento final en Bariloche

Las jóvenes brasileñas se conocieron años atrás en Río de Janeiro. Se hicieron amigas y por motivos que aún no están claros, Amanda asesinó a Eduarda en esta ciudad. La condenaron a prisión perpetua y escapó el martes por la noche del penal local. Aún no la capturan.

Los caminos de Eduarda Santos de Almeida y Amanda Alves Ferreira se cruzaron por azar años atrás en Río de Janeiro. Recién dejaban atrás la adolescencia y comenzaban a explorar la intensidad de la juventud. Las dos soñaban con un futuro promisorio, para dejar atrás la pobreza de su Brasil natal.

Años después, la vida las unió tras el nacimiento de dos mellizos que Eduarda tuvo por un embarazo subrogado que le permitió a Alves Ferreira y su esposo argentino, Marcelo Ramírez, ser padres.

Pero la madrugada del 16 de febrero del 2022 esos caminos se truncaron para siempre. Alves Ferreira llevó a Eduarda en un Chevrolet Joy hasta el acceso del mirador del lago, en el Circuito Chico de Bariloche. La joven descendió del auto y Amanda le disparó varias veces con un revólver Magnum 357. La victima recibió nueve proyectiles y murió.

Tras asesinarla, la sospechosa regresó a su casa, en la calle Beethoven al 290, a la altura del kilómetro 25 de la avenida Bustillo. Unos turistas hallaron el cadáver de Eduarda a la mañana siguiente y avisaron a la Policía.   


La fuga del penal de Bariloche


El caso volvió a ocupar un lugar destacado entre la vorágine informativa de la región tras la fuga de Amanda del penal 3 de Bariloche. El escape ocurrió alrededor de las 21.30 del martes pasado y desde entonces la Policía rionegrina la busca por la ciudad y la región. Hasta el momento no se informó que haya sido ubicada.

El fiscal jefe Martín Lozada coordina la investigación para su captura. Mientras que el fiscal Marcos Sosa Lukman investiga las responsabilidades de la evasión. ¿Tuvo apoyo externo y desde el interior del penal para escapar?, ¿cómo logró acceder al techo de la unidad penitenciaria sin que nadie advirtiera sus movimientos? Son preguntas que hasta ahora no se respondieron.

Eduarda Santos de Almeida tenía 26 años cuando la asesinaron el 16 de febrero del 2022, en Bariloche. (foto de archivo de gentileza)

La subrogración de vientre y la viudez


Fuentes que conocen parte de la historia del caso recordaron que años atrás Alves Ferreira se identificaba como Fernando. Pero recordaron que amigas de esa etapa de su vida, aseguraron en el juicio por jurados, que se hizo en junio del año pasado en Bariloche, que el joven había comenzado el proceso de transición de género en esa época, cuando vivía en Brasil.

Rememoraron que contactó a Ramírez en redes sociales. El hombre viajó a Río de Janeiro para conocerla. Después, la invitó a Bariloche. En esta ciudad, la relación se consolidó en 2018. Ramírez trabajaba en un puesto jerárquico en el exclusivo Hotel Llao Llao. También, Amanda comenzó a trabajar en ese establecimiento.

Alves Ferreira y Ramírez se casaron en Bariloche. Las fuentes contaron que la pareja viajó a Brasil y allí surgió el ofrecimiento a Eduarda para subrogar el vientre. Pero en agosto del 2021, Ramírez murió, en plena pandemia.

Eduarda viajó a Bariloche y los mellizos nacieron en noviembre de 2021. Tomaron el apellido de su madre y de Alves Ferreira. Semanas después, Eduarda regresó a Brasil, donde tenía otros tres hijos mayores.

En su país, quedó embarazada y nació una nena. Sin recursos para afrontar esa situación, Alves Ferreira le propuso regresar a Bariloche, para colaborar con el cuidado de los mellizos.

Alves Ferreira mantuvo su palabra y recibió en su casa a Eduarda y su pequeña. La convivencia comenzó a desgastar la amistad y brotaron las diferencias.

Sin la contención económica de Ramírez, la situación se puso cuesta arriba para Alves Ferreira y los mellizos. Según las fuentes, Eduarda tenía un nivel de vida costoso. La relación de amistad se erosionó.


¿Hubo un plan criminal?


Lozada sostuvo en el juicio por jurados que Alves Ferreira elaboró un plan criminal para terminar con la vida de su amiga.

Si hubo un plan, falló a las pocas horas, porque la sospechosa regresó a su domicilio, con los mellizos y la beba de Eduarda. Y se quedó en esa vivienda. No huyó. Y ocultó el arma de fuego en un arbusto frente a su casa. Avisó esa mañana del 16 de febrero del 2022 que su amiga estaba desaparecida. También envió mensajes a los contactos que tenían en común.

La fiscalía advirtió en el juicio por jurados que Alves Ferreira no soportaba presuntamente compartir la tenencia de los tres niños con Eduarda. Comentaron que Eduarda comenzó a reclamarle “algo que no le había dado”, pero no establecieron de qué se trataba.

Planteó que Alves Ferreira tenía la intención de retornar a Brasil con los tres niños y Eduarda no estaba supuestamente de acuerdo. Sin embargo, cuando la Policía detuvo a Alves Ferreira y compareció ante el juez aseguró que sus hijos corrían peligro si volvían a Brasil.

Alves Ferreira se fugó la noche del martes del penal de Bariloche. (foto de archivo)

Culpable y condenada


Para los jurados populares, la fiscalía probó que Alves Ferreira salió con Eduarda, entre las 0.30 y las 0.40 del domicilio el 16 de febrero del 2022. Y en el  Chevrolet Joy se dirigieron hacia el Circuito Chico, donde la mató.

Alves Ferreira estaba desde el 16 de febrero del 2022 detenida en el penal de Bariloche, donde compartía en el último tiempo la celda dos con otros cuatro internos.

La defensa oficial reclamó varias veces que la ubiquen en un lugar adecuado para ella en el penal, pero los pedidos chocaron contra las paredes.  Revelaron que la imputada condenada hizo dos denuncias por agresiones contra su integridad sexual en la unidad penitenciaria.

Contaron que desde que la detuvieron nunca más volvió a ver a sus hijos. Y destacaron que en el juicio se probó que no precipitó su transición de género para eludir una condena a prisión perpetua, sino que había comenzado mucho tiempo atrás.

La fiscalía alegó que recién diez meses después de haber sido detenido, Alves Ferreira comunicó al Poder Judicial que solicitaba que la identificaran como Amanda. Lozada advirtió en el juicio que había sido una estrategia para eludir la condena a prisión perpetua por el femicidio de Eduarda.

Pero el jurado descartó el femicidio, porque la fiscalía no lo probó. Y la declaró culpable por unanimidad el 30 de junio del 2022 por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y porque fue cometido con alevosía. Por esa calificación, la única pena que prevé el Código Penal argentino es la prisión perpetua. La sentencia que la declaró culpable y la condenó a prisión perpetua aún no está firme. Y su fuga del penal sigue siendo un misterio.


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