Juicios por Jurados: un juez de Cipolletti logró el promovido lenguaje claro en las instrucciones
Guillermo Baquero Lazcano estuvo a cargo del debate por el femicidio de Patricia Rendón en Catriel. Es hermano de la exprocuradora Silvia Baquero Lazcano, y uno de los magistrados con mayor recorrido en la Cuarta Circunscripción.
Las de Guillermo Baquero Lazcano fueron posiblemente las instrucciones más claras en la corta historia de los juicios por jurados en Río Negro. El juez de Cipolletti condujo el debate por el femicidio de Patricia Rendón en Catriel, que terminó con un rápido veredicto de culpabilidad para el acusado Fernando Luis Cronenbold Suarez.
Doce juicios por jurados ya se realizaron en Río Negro desde que se implementó la modalidad. El primero fue en Bariloche, en 2020 antes de la pandemia, el único con un veredicto de no culpabilidad. Más allá del resultado, el foco se empezó a poner en las instrucciones que jueces y juezas técnicas le tienen que dar al jurado popular. Además de dirigir el debate, es el rol más importante de las y los magistrados en el juicio. “Las instrucciones son la ley para el jurado”, explicaron desde los tribunales.
Los miembros del pueblo no tienen que saber ni derecho, ni contar con algún otro conocimiento específico. Sólo deciden con lo que ven y escuchan en las audiencias. Incluso en un caso una persona era analfabeta y eso no fue un impedimento para arribar a un veredicto.
Muchísimos magistrados de Río Negro llegaron a la reforma procesal penal de 2017 bajo la cultura absoluta de lo escritural y a pesar de que el Superior Tribunal de Justicia dicta cursos permanentemente, la oratoria no es el punto fuerte de la mayoría, ni siquiera de los más jovenes salvo excepciones.
Es más, se llegaron a contratar docentes de teatro. Nada funcionó, hasta que Baquero rompió el molde.
Baquero es cordobés y hermano de la que fue procuradora de Río Negro Silvia Baquero Lazcano. Tiene una extensa trayectoria y es el magistrado más fogoneado de la Cuarta Circunscripción.
Llegó de Bariloche, fue secretario, juez de Instrucción, juez de Cámara y ahora juez de Juicio. Junto con el fiscal jefe Gustavo Herrera, de recorrido similar, encararon su primer juicios por jurados, el número 12 en la corta historia de Río Negro.
Sorprendió Baquero al momento de dar las instrucciones. No sólo por la claridad sino por el tiempo récord. En menos de 40 minutos explicó las funciones que tenía el jurado popular, los tipos de prueba, como se debía valorar y las calificaciones legales.
Marcó la diferencia con sus colegas: algunos llegaron a leer bajo la monotonía durante más de dos horas, en un tono monocorde, sin despegar la vista de sus anotaciones y sin mirar al jurado.
De hecho el dictado de las instrucciones siempre es objeto de litigio en las impugnaciones, como ocurre con el caso de Facundo Castillo por el que fue juzgado y condenado Ramiro Gutiérrez. En esa causa se espera la resolución del Tribunal de Impugnación.
Baquero en cambio utilizó un lenguaje llano y mantuvo todo el tiempo contacto visual con los 15 miembros del jurado. Se mostró empático y hasta acompañó toda esa puesta en escena con outfit acorde.
No impostó, no exigió rigurosidad en las formas pero impartió el respeto desde otro lugar. Desde su conocimiento y experiencia. El juicio por jurados madura en Río Negro y en pocos días se inicia el número 13 en Bariloche. Ojalá surjan nuevos Baquero Lazcano.
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