Juicio histórico en Viedma: un jurado comenzó a escuchar los alegatos de un crimen por odio a la nacionalidad
La Fiscalía junto a la parte querellante, señalaron que el crimen de Beimar Llanos Condori fue por odio a su nacionalidad. La defensa argumentó que se trató de un "exceso en la legítima defensa". Cómo inició el juicio tras el asesinato en Conesa.
El juicio por el homicidio de Beimar Llanos Condori, agricultor de origen boliviano y líder comunitario en General Conesa, comenzó en Viedma con unos alegatos que marcaron el tono de un proceso judicial clave en Río Negro. El hecho ocurrió en un contexto de tensión entre dos hombres tras un desacuerdo por la compra de un lote. Qué pasó y por qué este hecho es inédito para la justicia rionegrina.
El 7 de agosto de 2023, Conesa amanecía tranquilo, pero la paz se rompió cuando un disparo a quemarropa marcó el inicio de una tragedia que estremeció a la región. Beimar Llanos Condori, un trabajador agrícola boliviano, fue asesinado frente a su hijo de 13 años en un hecho que la fiscalía calificó como un crimen de odio y disputa territorial.
El fiscal José Chirinos, en los alegatos de apertura del juicio, pintó un escenario cargado de tensión racial y conflictos por tierras.
Según relató, Eduardo Morello, vecino y propietario de la chacra 49 en Colonia Rodríguez, había disparado contra Llanos Condori sin previo aviso. “Disparó en silencio y se fue”, recordó citando al hijo de la víctima, quien fue el único testigo presencial del hecho.
Santiago Guenumil, abogado querellante, sostuvo que el acusado Eduardo Morello mató a Llanos por motivos de odio hacia su nacionalidad y lo calificó de un «acto cruel y cobarde».
La disputa había comenzado años atrás, cuando Llanos Condori y su cooperativa de trabajadores adquirieron un lote junto a la propiedad de Morello.
Aunque el contrato de compra estaba a punto de escriturarse, los desacuerdos persistían. Chirinos sostuvo que Morello no solo mató por este conflicto, sino que actuó movido por odio hacia la nacionalidad boliviana de la víctima, un factor que según la fiscalía está respaldado por mensajes y publicaciones en redes sociales.
Un crimen de odio por nacionalidad en Conesa y un niño como testigo del horror: qué dijo la fiscalía
Emanuel Llanos, de apenas 13 años, acompañaba a su padre a trabajar el día del crimen. Siguiendo el relato de la Fiscalía, estaban acondicionando un pilar eléctrico en el terreno, cumpliendo una obligación contractual, cuando Morello apareció con una escopeta calibre 20. Sin mediar palabra, disparó contra Beimar, causándole una herida mortal en el abdomen.
El joven, desesperado, intentó buscar un botiquín en el auto, pero se encontró con el arma apuntándole directamente.
«Emanuel se tapó la cara y le suplicó a Morello que no le disparara”, declaró Chirinos, recuperando el testimonio bajo cámara Gesell de Emanuel Llanos.
En su discurso de apertura, Guenumil adhirió al planteo del Ministerio Público Fiscal y resaltó que el asesinato estuvo doblemente agravado. Por un lado, por el uso de un arma de fuego y, por otro, por la motivación discriminatoria contra la nacionalidad boliviana de la víctima. «Vamos a demostrar que Morello es una persona discriminadora, y esto no lo decimos caprichosamente: lo probaremos a lo largo del debate», afirmó con contundencia.
El abogado señaló que la defensa intentará distorsionar la imagen de Llanos para justificar lo ocurrido, pero aseguró que las pruebas desmantelarán cualquier intento de desacreditar a la víctima. «Intentarán pintar a Beimar como un monstruo, pero ustedes conocerán su verdadera esencia: un hombre íntegro, dedicado a su familia y su comunidad», expresó.
«Este acto no solo es cruel y cobarde, sino profundamente asimétrico. Un hombre de 42 años contra un niño. Físicamente, moralmente, la diferencia es abrumadora», enfatizó. Además, el menor será testigo en el juicio a través de la modalidad de Cámara Gesell, donde relatará los hechos vividos en primera persona.
Qué dijo la defensa de Morello, acusado de matar a Beimar Llanos Condori en Conesa
La defensa reconoció que Eduardo Morelo disparó y causó la muerte de Beimar Llanos. Sin embargo, su abogado argumentó que el hecho no constituye un homicidio agravado por odio a la nacionalidad, como sostiene la Fiscalía, sino un «homicidio en exceso de legítima defensa», dadas las circunstancias previas y las amenazas que recibió Morello.
En 2020, Morello vendió parte de su chacra a Beimar Llanos por un precio que pasó de 50.000 dólares a tres millones de pesos. Según Damián Torres, letrado que defiende al acusado, el contrato fue desfavorable para Morelo y, a pesar de varias renegociaciones, Llanos no cumplió con los pagos pactados.
A través de sus alegatos, intentó demostrar que la relación entre ambos incluyó una «dinámica de comunicación que podría parecer ofensiva para terceros», pero que estaba «naturalizada» entre ellos.
En julio de 2023, Morello manifestó -a través de su abogado- que Llanos provocó un incendio en una parte de la chacra, afectando la zona cercana a la propiedad de Morelo. Tras ese hecho, denunció a Llanos por amenazas de muerte y otros actos de hostigamiento, pero «la Fiscalía no tomó medidas preventivas», dijo Torres.
Torres sostuvo que, luego del disparo, Morelo llamó a la policía y pidió una ambulancia. Según la defensa, esto demuestra que no hubo premeditación ni intención de asesinar a Llanos por su nacionalidad.
De esta manera, la defensa argumentó que Morelo disparó en un contexto de amenazas y agresión directa, con Llanos avanzando hacia él con una azada. Reconoció que «el disparo excedió los límites de la legítima defensa», pero insistió en que las circunstancias contextualizaban su reacción.
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