Juicio a Emiliano Gatti: la enigmática pareja, el pendrive y la participación en la tenencia de imágenes de abuso infantil
Hoy concluyó esta etapa del proceso. La decisión del tribunal se conocerá el próximo martes 4 de junio a las 10:30 de la mañana.
Emiliano Gatti junto a uno de sus abogados en la última jornada del juicio que se realizó hoy en Roca. foto: Juan Thomes.
Un dato que llamó la atención ingresó en la última jornada del juicio que se le sigue a Emiliano Gatti por tenencia y facilitación de imágenes de abuso sexual infantil; una pareja que habitualmente frecuentaba su domicilio y quien además seria el dueño del pendrive donde se hallaron los 50 videos que incriminaban al periodista de Roca.
Ese testimonio llegó de la mano de una testigo que aportó la defensa del extrabajador de Canal 10. Se trata de una mujer de 51 años quien es psicopedagoga, maestra jardinera y además ha trabajado en distintas causas por abusos sexuales de niños en el ámbito del Poder Judicial.
La mujer —este medio se reserva su identidad ya que fue víctima de amenazas y hechos de violencia por su amistad con el imputado— contó que desde hace más de tres décadas que lo conoce a Gatti y que participó activamente y afectivamente en la crianza de sus hijos, incluso en el cuidado. «Para mis hijos es su tío. Ha estado solo con ellos. También lo hemos acompañado en sus mudanzas. Conozco sus sentimientos y emociones», sostuvo en un momento de su extenso relato donde también detalló cada paso de los logros profesionales del extrabajador de Canal 10.
En un momento también se quebró en su relato cuando recordó como Gatti perdió todo lo que había logrado sólo en cuestión de horas. «A nadie más le importó quién era», relató la testigo quien reiteró que en esos años de amistad nunca detectó una acción que la haga sospechar de una actitud vinculada a los delitos que se le imputan.
En otro tramo de su relato enumeró las exparejas del periodista de 53 años. Y que a varias de ellas las había conocido a través de las aplicaciones de citas. Fue en ese contexto que habló de un hombre de entre 30 y 40 años, quien frecuentaba no sólo el domicilio que Gatti tenía sobre calle Mitre sino también el de calle 3 Arroyos, donde se hizo el allanamiento.
La testigo dio a conocer la identidad de esta persona (luego fue confirmada en los alegatos de clausura por los defensores) pero el tribunal prohibió expresamente la difusión al entender que no formaba parte de este proceso judicial.
Relató que en varias oportunidades lo halló en la casa de Emiliano ya que tenía llave para acceder a su domicilio. «Se dedicaba a lo visual», contó y agregó que ella lo conocía porque vivía cerca de su domicilio con otra pareja.
Esa relación generó un vínculo tirante de ella con Gatti porque entendía que no le generara beneficios. «No se sentía cómo con esa relación era alguien oscuro, invasivo y ocultativo», dijo al referirse a esta expareja del periodista.
En los alegatos de clausura, el abogado Marcelo Hertzriken Velasco hizo referencia a la participación de esta persona en la causa. «Tengo el informe que el 14 de diciembre (…) no quiso comparecer y fue llamado. No es un hombre de paja, existe y cambió de teléfono. Fue expulsado de su hogar a raíz de esto», enfatizó el abogado quien en varias oportunidades lo relacionó con el material que se encontró en los dispositivos del periodista.
Volvió a negar nuevamente que Gatti hubiera sido el dueño de ese pendrive y reiteró que pensó que esta persona se iba a presentar a declarar aunque finalmente se comunicaron para informarles que no estaría presente en la última audiencia del juicio que se le sigue al periodista.
En los alegatos de clausura, la incorporación de la figura de esta expareja de Gatti fue cuestionada por la fiscal Echegaray al entender que no había argumentos para darle entidad y que en todo caso los dispositivos de Gatti -tal como lo demostraron los peritos- indicaron que se utilizaron todos sus datos personales para ingresar a la plataforma eMule y descargar esos archivos que comprometieron su situación.
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