Homicidio en El Bolsón: intentaron ocultar las manchas de sangre con aserrín

Según la acusación del fiscal Marcos Sosa Lukman, los dos acusados consumían bebidas alcohólicas con la víctima cuando le propinaron un puntazo en la pierna.

Ariel Arellano y Daniel Altamirano cumplirán prisión domiciliaria durante cuatro meses, el período de que durará la investigación por el homicidio de Orlando Jara en El Bolsón. Así lo dispuso el juez Ricardo Calcagno que dio por formulados los cargos.

El cuerpo de Jara fue encontrado por un empleado policial en la costa oeste del río Quemquemtreu, con una herida de arma blanca en la ingle, el último martes.

El fiscal Marcos Sosa Lukman relató que los dos acusados consumían bebidas alcohólicas en la casa de Arellano, junto a Jara, en el barrio La Usina. «Le dieron muerte con un cuchillo generándole una lesión mortal en la pierna derecha, cerca de la ingle. Una hermorragia externa le ocasionó una pérdida importante de sangre que derivó en la muerte por un shock hipovolémico», detalló. Dijo que sacaron el cadáver por la parte trasera de la casa hasta la orilla oeste del río donde horas más tarde, fue hallado por un agente policial.

Un rastrillaje en el sector permitió detectar «manchas hemáticas» en las hojas de los árboles que guiaron a los peritos hasta el domicilio de Arellano. «La proyección indicaba que el cadáver se trasladó de adentro hacia afuera. Por eso, se pidió un allanamiento de la casa donde se encontraron más manchas», especificó el fiscal.

Un vecino admitió que escuchó las voces de Arellano y Altamirano el día del crimen; mientras que un amigo de la víctima admitió que Jara se encontraba en situación de calle ya que se había peleado con su pareja y dijo que «era normal que se juntara a tomar bebidas alcohólicas».

Los acusados no quisieron prestar declaración.

«También declaró el hermano de la víctima que confirmó que su hermano no se llevaba bien con Altamirano y «tenía problemas con el alcoholismo».

En el allanamiento, los peritos secuestraron dos cuchillos que tenían manchas sangre y algunas prendas de vestir. Por eso, Sosa Lukman solicitó la extracció de ADN «para comparar con la evidencia recolectada en el lugar del hecho».

Ante el pedido de prisión preventiva para los acusados, argumentó que se trata de impedir el entorpecimiento de la investigación. «Intentaron tapar con aserrín las manchas de sangre para alterar la escena del hecho y no ser descubiertos y, procuraron el traslado del cadáver desde la vivienda al río. Un vecino escuchó la voz de los dos. Es un testimonio de vital importancia», argumentó el fiscal.

Y recordó que según la autopsia, «existió la posibilidad de sobrevida de Jara. Sin embargo, ninguno de los dos atinó a llamar a la ambulancia o pedir asistencia. Lo que nos marca que tuvieron intención de darle muerte».

Ninguno de los dos acusados quisieron brindar testimonio, bajo recomendación de sus abogados defensores. «Tenemos una teoría distinta del hecho«, mencionó la defensora oficial Paola De Río.
Calcagno dispuso la prisión domiciliaria de los dos acusados, con monitoreo electrónico y les prohibió «contacto por cualquier vía con las personas que brindaron testimonio».


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