Hay 400 damnificados por Wenance en Neuquén, desde petroleras a empleados, algunos por 1 millón de dólares
La empresa acusada de estafar a ahorristas fue allanada y su presidente tiene prohibido salir del país. Un abogado de Neuquén patrocina a los denunciantes y revela los detalles de la investigación.
Desde empresas petroleras hasta empleados que tomaron un crédito para invertirlo en el fideicomiso y se quedaron sin capital y con la deuda. Desde jueces hasta contadores. Reclamos que van desde los mil dólares hasta un millón de dólares. Denunciantes diseminados por Neuquén, Río Negro, Buenos Aires, Mendoza, Santa Cruz, Tucumán, Uruguay, Estados Unidos, República Checa. Esa es la radiografía de la investigación de la presunta estafa cometida por la fintech Wenance a través de un fideicomiso privado por la que se consideran perjudicados al menos 8.000 inversores.
El abogado que los patrocina, y que no para de recibir llamadas de todo el país y desde el exterior, es de Neuquén: Milton Hernán Kees. Los clientes llegaron a él porque es el autor del único libro sobre liquidaciones de fideicomisos insolventes, que fue su tesis doctoral.
Kees explicó a diario RÍO NEGRO que el primer grupo de damnificados que lo buscó es de otra jurisdicción, por eso los siete allanamientos de la semana pasada a domicilios de directivos de la empresa, entre ellos la cara más visible, Alejandro Muszak, fundador y CEO de Wenance, se libraron desde juzgados del interior.
Según entiende el letrado, las diferentes causas de todas las provincias deberían unificarse en la Ciudad de Buenos Aires por una cuestión de competencia territorial y para garantizar el derecho de defensa en juicio.
Damnificados por Wenance: Recuperar el dinero
«La preocupación principal de los clientes es recuperar el dinero que invirtieron. Los allanamientos fueron para cristalizar la situación, un juicio civil será más largo», dijo Kees. De todos modos, confirmó que se investiga el presunto delito penal de estafa.
«Puede ser una estafa piramidal con apariencia de un negocio legal», señaló.
En los allanamientos a la vivienda de Muszak, a otros socios, y a empresas de su grupo, secuestraron gran cantidad de documentación. Entre ella, «libros en blanco y otros con irregularidades en los registros contables».
Cada día llaman al estudio de Kees nuevos damnificados. Estima que hay 8.000 en todo el país, y también argentinos radicados en el exterior: España, Estados Unidos, República Checa. Los de Neuquén son alrededor de 400.
El profesional explicó que se trata de personas y de empresas que invirtieron «dos mil, cinco mil dólares, otras 200.000, 400.000, hasta un millón de dólares». Por supuesto, al que depositó dólares, le prometían dólares: para eso la empresa les ofrecía participar a través de una sociedad en España.
Añadió que hay desde empresas de varios rubros, entre ellas petroleras, también trabajadores del sector, empleados que pusieron allí el monto cobrado como indemnización por despidos, y otros que «tomaron un crédito de 5 millones de pesos, lo entregaron a esta gente y ahora se quedaron con la deuda y sin nada».
Damnificados por Wenance: Jueces y funcionarios
Entre los damnificados también hay jueces, funcionarios (de otras provincias, aclaró Kees), abogados, contadores y demás profesionales. La fintech buscaba sus inversores entre personas y empresas con excedente de liquidez.
Aunque en Neuquén había dos oficinas que fueron rápidamente levantadas, casi todo el trámite se hacía en línea. Algunos inversores no recibieron «ni un papel que acredite el dinero que pusieron», y la empresa «siguió tomando fondos hasta el 2 o 3 de julio, cuando ya sabían que no podían controlar la estructura».
Kees señaló que el caso es técnicamente muy complejo, pero tiene algunas equivalencias con una estafa piramidal. Remarcó «el enorme déficit» que representa que «se genere un contrato financiero para enhebrar a 8.000 personas sin que el Estado tenga ningún control».
Damnificados por Wenance: Títulos sin calificación
El fideicomiso era privado, no estaba regulado por la Comisión Nacional de Valores y sus títulos no tenían calificación de una calificadora independiente.
Al emitir títulos que ninguna calificadora de riesgo evaluaba, en su esencia eran «bonos basura»: son títulos de renta fija con un alto riesgo de impago y que por ello, como atractivo, ofrecen pagar un tipo de interés mas alto.
Señaló el abogado -miembro del estudio Kees, Dabus, Ruiz- que los sospechados «colocaron títulos masivamente, la CNV no tuvo control, la gente pensó que era un buen negocio y no sabía que estaban comprando bonos basura», en el mejor de los casos, o insertándose en una estafa piramidal, en el peor de los escenarios.
Damnificados por Wenance: La caída de la estructura
Dijo que esto funcionó tres años: «sostuvieron la estructura pero, según sospechamos, no con la gestión de cobro de los créditos cedidos-que están bajo investigación también- sino pagando con los fondos de los nuevos inversores que ingresaban. En eso se parece a una estafa piramidal o esquema Ponzi».
Según relató Kees, el paso que sigue es la liquidación del fideicomiso donde «cada tenedor de título se tendrá que presentar para decir que es acreedor, un síndico tendrá que acreditarlo, y se le pagará a prorrata».
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