Fuentealba II: Rinzafri, la «cara visible» del operativo represivo de Arroyito

Fue el jefe policial con el que la dirigencia de ATEN conversó durante la represión de 2007, tanto al inicio como al momento de pedir una tregua para retirarse.

La querella sostiene en soledad la acusación contra Rinzafri por abuso de autoridad y encubrimiento. Foto Matías Subat.

Mario Rinzafri era un efectivo conocido por la prensa. El periodista Mauricio García, que en 2007 cubrió para LU5 la represión en la que fue asesinado el maestro Carlos Fuentealba, dijo que lo vio al llegar al puente de Arroyito, el 4 de abril. Aseguró que era un entrevistado habitual, una fuente para «la crónica policial». Presenció el diálogo que tuvo con el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, al que le manifestó que podían cortar en el puente «El Carancho», pero no allí. Planteó que esa conversación duró poco tiempo porque rápidamente comenzaron los gases lacrimógenos. Luego lo volvió a encontrar a Rinzafri cuando le reclamaba a sus compañeros, mientras sujetaba un teléfono: «alguien que atienda al jefe».

García fue citado como testigo en el juicio que se realizó contra el cabo José Darío Poblete, condenado por el homicidio de Fuentealba, en 2008. Volvió a ser convocado a declarar ayer en el debate oral contra ocho policías, incluido Rinzafri, que en esa época era director de Seguridad y fue el responsable de conducir el operativo. Está acusado de abuso de autoridad y encubrimiento.

El periodista recordó que después de la primera gaseada, en la que un grupo buscó refugiarse en la estación de servicio YPF y otros corrieron por el campo, vio a Guagliardo caminando con las manos en alto, pidiéndole a los policías subirse a la Ruta 22 para regresar a Senillosa.

Su percepción, contó, es que después de conseguir esa tregua todo iba a terminar. Si bien, afirmó, «cada tanto se escuchaban las postas», las docentes – precisó que «la mayoría eran mujeres»- iban retirándose. Incluso mencionó que se habilitó en ese momento el tránsito vehicular, la fecha coincidió con el feriado de Semana Santa, por lo que había colectivos de larga distancia. En esas circunstancias fue que Poblete disparó al Fiat 147.

Consultado sobre si había visto piedrazos en la represión, respondió que sí, «como en el 100% de estas situaciones».

Remarcó que el escenario era tenso, ya que el gobierno provincial de entonces, a cargo de Jorge Sobisch, había anticipado que no iba a permitir un piquete en Arroyito.

Sobre este contexto también habló Gustavo Aguirre, que era secretario general de ATEN capital. Indicó que la medida sobre la ruta se había dispuesto después de 30 días de conflicto, y «ante el agotamiento de las posibilidades de negociación».

Subrayó que a Rinzafri lo vio en esa primera charla con Guagliarlo, en que les dijo que vayan al Carancho. La segunda vez fue cuando ambos dirigentes se acercaron para pedirle que los dejara retomar la ruta. El jefe estaba junto a otro policía, que él entiende, era de mayor rango. Después de esta solicitud, los efectivos se replegaron. El último encuentro fue cuando asesinaron a Fuentealba y le reclamaron que dejara pasar a la ambulancia.

Describió a Rinzafri como «la cara visible» del operativo. Explicó que en su opinión lo que ocurrió fue una cacería porque «la fuerza policial no actuó con el objetivo declamado públicamente que era despejar la ruta».

Un dato de su declaración fue que relató que el Fiat 147 con la luneta rota y el proyectil dentro fue llevado hasta Senillosa por los docentes, porque temían que la policía alterara la prueba. Esta información fue confirmada por el último testigo de la jornada, Gaspar Silva, que acompañó a Gustavo Arroyo, el conductor del auto, en ese trayecto.

Intentamos ayudar a compañeros que estaban heridos con balas de goma, se ven las heridas en las piernas, en los brazos”.

Andrea Rosso fue una de las testigos de la tercera jornada de juicio.

Un testigo reconoció a Pascuarelli: «se nos fue de las manos»


En 2007 el subsecretario de Seguridad de Neuquén era Raúl Pascuarelli, ya fallecido. El 4 de abril estuvo en Arroyito, según declaró el docente Marcelo Fernández en este segundo juicio. Dijo que lo vio en una camioneta que estaba estacionada en la banquina. Iba en el asiento del acompañante y tenía la ventanilla baja. Aseguró que lo conocía porque el funcionario había sido director de una escuela en la que él trabajó.

«Yo lo reconozco», afirmó. Se acercó y lo increpó: «qué hicieron, mataron a un compañero». Fue después del disparo contra el Fiat 147. Según recordó Fernández, Pascuarelli respondió que el operativo «se les había ido de las manos».

“Está grabado fuerte en la memoria las cuestiones centrales”, planteó Fernández. Foto Matías Subat.

El 10 de abril, el funcionario renunció a su cargo. Estuvo imputado en esta investigación.

Respecto del momento en que vio el cuerpo de Carlos, Fernández señaló: «son imágenes que a uno lo persiguen toda la vida».

Al igual que otros testigos observó a un policía de camisa blanca disparar “para todos lados” en el playón de la estación de servicio YPF de Arroyito. El único efectivo vestido de civil era Benito Matus, al que un preceptor identificó como su estudiante tras la difusión de los videos que registraron la represión. Está acusado por abuso de armas y lesiones leves, agravadas por su condición de funcionario público.


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