Femicidio en Centenario: hace dos años intentó matarla y por un error judicial no lo acusaron

Este lunes le dictaron seis meses de prisión preventiva a Roberto Omar Figueroa, señalado como autor del femicidio de Gisela Antonia Fuentes en Centenario. En la audiencia surgió un gravísimo antecedente. La fiscalía hizo su aclaración.

El 26 de noviembre del 2021, Roberto Omar Figueroa (38) intentó matar a balazos a su expareja Gisela Antonia Fuentes (41) en Centenario. Sin embargo, nunca lo acusaron de ese hecho. Según su abogado defensor, fue porque la fiscalía perdió los plomos que le disparó. El domingo Figueroa logró su objetivo: mató de un disparo en el pecho a Gisela, e hirió a su nueva pareja, Alejandro Cabrera.

Los graves hechos quedaron expuestos en la audiencia de formulación de cargos que se realizó este lunes al mediodía en la Ciudad Judicial. Quien reveló el antecedente fue el defensor público Mauricio Macagno en una abierta crítica a la fiscalía que intervino en aquella ocasión.

Quien archivó la acusación fue la fiscal del caso Carolina Mauri, especializada en violencia de género. La fiscalía no mencionó el antecedente ni replicó al defensor. Tampoco el juez de Garantías que intervino, Raúl Aufranc, preguntó más detalles.

Diario RÍO NEGRO pudo reconstruir los hechos a partir de consultas con fuentes judiciales. La fiscal Mauri explicó el contexto en el que se decidió el archivo, y las razones que la llevaron a tomar esa decisión.

Es inevitable pensar que es posible que si hubieran acusado a Figueroa en noviembre del 2021, se habría llegado a una condena por tentativa de femicidio y el domingo no habría podido cometer el hecho por el cual ahora sí está detenido, con prisión preventiva.

La fiscal Mauri aseguró que en la fiscalía no se perdieron los plomos. También explicó los motivos por los cuales archivó ese caso, que «no fue una tentativa de femicidio sino un abuso de armas».

«La decisión del archivo se tomó en febrero del 2023, con la información que teníamos en ese momento», dijo Mauri a diario RÍO NEGRO. Eso incluyó que «la víctima no hizo ninguna denuncia nueva».

Respecto de los plomos deformados que se levantaron en el lugar del hecho dijo que «nunca llegaron a la fiscalía» y que «se lo reclamamos muchas veces a Criminalística». Agregó que sin esa prueba «no fue posible avanzar con la investigación».

Antecedentes de violencia de género


Gisela Fuentes tenía 41 años. Foto: Facebook.

Según la formulación de cargos que encabezó el fiscal jefe Agustín García, Figueroa y Fuentes estuvieron en pareja 13 años y tiene una hija de 12.

En 2020 ella puso fin a la relación, que estuvo signada por episodios de violencia física y psicológica de parte de Figueroa hacia la mujer.

El hostigamiento siguió una vez roto el vínculo, porque el hombre no lo aceptaba. Gisela lo bloqueó en las redes sociales y en Whatsapp, pero él continuaba enviándole amenazas a través de la hija en común y las dos hijas de la mujer.

Botón antipánico, luego retirado


La audiencia por el femicidio de Gisela se realizó este lunes al mediodía. (Florencia Salto)

En noviembre del 2021 ocurrió el ataque a balazos que la fiscalía archivó, mientras que un juzgado de Familia dispuso una restricción de acercamiento para Figueroa y un dispositivo dual: el botón antipánico.

En julio del año siguiente retomaron brevemente la relación y ella pidió que no se renovara la prohibición de acercamiento. Al poco tiempo se volvieron a separar, porque la espiral de violencia continuaba.

Las hijas de Gisela declararon que ella «era una mujer distinta cuando estaba con él. Se aislaba, estaba apagada». El hombre hablaba con las hijas y se refería con insultos hacia la víctima.

Tres semanas atrás


A principios de septiembre, tres semanas antes del femicidio, Gisela inició una relación sentimental con Alejandro Cabrera. En una salida se tomaron fotos y él las subió a sus redes sociales.

Gisela le confió a una amiga que tenía temor a que Figueroa las viera y reaccionara. Y eso fue exactamente lo que sucedió.

La secuencia del ataque


El domingo 1 de octubre, en torno a las 6 de la mañana, Figueroa estacionó su vehículo frente a la vivienda de Gisela, en calle Pablo Neruda 2.600, sector Parcelas de Centenario.

Vio una moto en la puerta, se bajó del auto, saltó un portón con candado de 1,70 metro de altura e ingresó a la casa gritando «con quién estás, lo voy a matar».

Gisela intentó contenerlo, mientras Cabrera corrió a ocultarse en una habitación. Figueroa lo buscó, lo encontró y le apuntó con un revólver calibre 38.

Gatilló, pero la bala no salió. Cabrera aprovechó ese instante para tratar de arrebatarle el arma, Figueroa volvió a gatillar y esta vez se produjo el disparo, que impactó en el brazo derecho del otro hombre.

Cabrera escapó corriendo, Figueroa lo persiguió y le efectuó varios disparos sin herirlo.

Regresó a la casa, y desde corta distancia baleó a Gisela. El proyectil le ingresó dos centímetros por debajo de la clavícula. Es un calibre muy poderoso, con alto poder de daño. La víctima sufrió un shoc hipovolémico y murió.

La falsa versión que dio el imputado


Figueroa intentó borrar huellas y desviar la investigación.

Por un lado, le dio hachazos al revólver para intentar destruirlo. Por el otro llamó a la Policía y la esperó junto al cuerpo de la víctima.

Cuando llegaron los primeros efectivos, dio su versión del hecho: admitió que se había peleado con Cabrera, dijo que el otro se escapó corriendo, se dio vuelta, disparó, y continuó la huida. Y que uno de esos disparos impactó en Gisela.

Es decir, Figueroa intentó instalar la teoría de que Cabrera fue el autor de la muerte de la mujer.

Juicio por jurados y prisión perpetua


Por las abrumadoras pruebas en su contra, la fiscalía acusó al imputado de homicidio triplemente calificado: por el uso de armas, por el vínculo y por femicidio. Y también de tentativa de homicidio doblemente calificado (hecho del que fue víctima Cabrera): por el uso de armas y para generar daño en una mujer con la que mantuvo una relación (el llamado femicidio transversal).

La pena es única, prisión perpetua, y el caso debe ir a juicio por jurados.

La fiscal del caso Lucrecia Sola fundamentó los peligros procesales, y pidió 8 meses de prisión preventiva. Mencionó, entre otros aspectos, la debida diligencia reforzada que debe imperar en el proceso porque la víctima fue una mujer.

En ese contexto fue que el defensor Macagno desempolvó el grave precedente del 2021. «En ese entonces no le importó la debida diligencia reforzada al Ministerio Público. Archivó el caso porque perdió los plomos», aseveró.

Solicitó la prisión domiciliaria para su defendido.

El juez Raúl Aufranc tuvo por formulados los cargos, e impuso prisión preventiva por 6 meses.


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