Femicidio de Cristina Ancatén: “Mi mamá ya no aguantaba el maltrato”

Lo declaró uno de los hijos de la joven de 37 años, asesinada en Centenario, ante el jurado popular. Planteó que su papá, acusado por el crimen, “elegía ser agresivo” y aun separados le mandaba mensajes diciéndole que era “una mala madre, una mala mujer”.

«La tengo acá en esta remera, así era», le respondió Griselda Ancatén al fiscal jefe Agustín García. Estira la prenda para que se vea el rostro de su hermana María Cristina estampado. La llena de elogios, asegura que era «maravillosa», que sus tres hijos eran «su vida» y que «la necesitan». Martina Ancatén, que ya declaró ante el jurado popular, también lleva su rostro en el pecho y llora al escucharla. Hace nueve meses una mujer fue asesinada en Argentina y el acusado, otra vez, es su expareja.

El 1 de mayo de 2021 la joven de 37 años entró al baño de la vivienda ubicada sobre la calle Juan Pablo II, en la ciudad de Centenario. Allí se estaba celebrando un cumpleaños de 15 de una sobrina. Detrás de ella ingresó Damián Retamal, de quien estaba separada desde enero, con quien había convivido por 20 años. De acuerdo a la imputación él la golpeó, salió con ella del lugar diciendo que se había desmayado, y la llevó hasta su casa, en Alfonsina Storni.

Ayer en la primera jornada del juicio contra Retamal el médico del hospital Natalio Burd, que llegó en ambulancia a asistirla, sostuvo que al revisarla advirtió que «no estaba respirando» y «que no había ritmo cardíaco». Localizó un hematoma en la nuca, le hizo maniobras de RCP, pero no pudo reanimarla. Retamal le manifestó que se había «caído en el baño» «de jeta y para atrás».

Lo que intenta demostrar el defensor de circunscripción, Raúl Caferra, es que fue accidental y no intencional (ver aparte).

Tanto García como el querellante, Joaquín Hertzriken Catena, buscan acreditar que se trató de un femicidio, situado en una relación atravesada por la violencia de género. Sus hermanas plantearon que él la tenía «sometida», que la descalificaba y que pese a sus intentos por separarse «volvía por los nenes».

El testimonio más fuerte fue el de su hijo mayor. Contó que desde que tiene memoria la relación entre su mamá y su papá fue «muy difícil», «hubo discusión, muchas peleas». «Más que mamá, era una amiga», remarcó. Con Retamal, agregó, «no se podía hablar» porque «elegía ser agresivo» verbalmente y con amenazas, incluso hacia ellos, y que los había echado de la casa.

«Mi mamá ya no aguantaba el maltrato», mencionó y fue contundente respecto de que no cesó el hostigamiento aun cuando se separaron. Afirmó que la agredía por mensajes de Whatsapp «insinuando que era una mala madre, una mala mujer, que podía estar con cualquier otro hombre». Explicó que Retamal insistía en que regresaran.

-¿Por qué quería volver?, le preguntó el fiscal

-Otra persona no lo iba a aguantar o cuidar como mi mamá lo hacía, contestó.

Esa noche cuando le avisaron que María Cristina se había golpeado fue hasta la casa y la encontró en la cama, desmayada. Retamal, dijo, le gritó y lo responsabilizó de haberla dejado sola. Subrayó que había tomado mucho. El joven le contestó: «vos tampoco la dejaste vivir tranquila a la mamá».


Los alegatos de apertura


El fiscal jefe, Agustín García, le prometió al jurado popular que iba a probar que el 1 de mayo de 2021, a las 4 de la mañana aproximadamente, Damián Retamal mató a María Cristina Ancatén en el baño de la casa en la que se encontraban celebrando un cumpleaños de 15. Dijo que él le ocasionó el golpe mortal en la zona de la nuca, pero también que el cuerpo de la joven presentaba otras lesiones, por ejemplo en la región maxilar, en los brazos, piernas y en el ojo.

García, el fiscal jefe, durante los alegatos de apertura. La defensa la ejercen Raúl Caferra y Mauricio Macagno. Foto Florencia Salto.

«No les van a quedar ninguna duda de que el señor Retamal quiso asesinar esa madrugada a quien fue su pareja, a quien es la madre de sus hijos», aseguró.

Señaló que la evidencia demuestra que durante los 20 años que estuvieron juntos, el imputado «ejerció todo tipo de violencias, por una concepción que él tiene, podríamos decir machista, que se cree superior a la mujer». «Ella tiene que subordinarse a lo que él quiere, tiene que hacer lo que él pretende, y si no hace lo que él pretende, termina de esta manera», agregó.

En la misma línea se manifestó Joaquín Hertzriken Catena, el abogado querellante.

La estrategia del defensor, Raúl Caferra, es circunscribir el caso a lo que ocurrió en el baño. Sostuvo que la víctima podía haberse desvanecido o tropezado, producto de que consumió alcohol. De esta manera busca plantear una hipótesis alternativa a la del femicidio. No negó que el acusado sea una persona machista, pero mencionó que esos antecedentes no pueden ser valorados y que los acusadores intentan «pintar un monstruo».

El dato

5
testigos declararon en la primera jornada del juicio por jurados.

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