Explosión y muerte en Aguada San Roque: el resultado de las autopsias
La declaración del médico forense aportó información sobre las causas de las muertes de las tres víctimas de la explosión e incendio.
La fiscal del caso Gabriela Macaya y el fiscal jefe Gastón Liotard, en el juicio por la explosión en Aguada San Roque. (Cecilia Maletti)
El ambiente en el cual se produjo la explosión e incendio de la escuela Aguada San Roque tenía 8,6 por 6 metros. Se estima que la temperatura alcanzó los 500 grados. El gasista Nicolás Francés y su sobrino Mariano Spinedi perdieron la conciencia en segundos y murieron en dos minutos.
Los datos duros, fríos, los aportó el médico forense Jorge Antonio Daroni, encargado de las autopsias de las víctimas fatales.
También realizó esa pericia sobre el cuerpo de la docente Mónica Jara, quien falleció 12 días después de la explosión en un hospital de Mendoza.
Daroni declaró como testigo el martes, en la segunda audiencia del juicio oral por la explosión e incendio en la escuela albergue del paraje ubicado a 160 kilómetros de Neuquén y 60 de Añelo, el corazón de Vaca Muerta.
Gráficos y fotografías
Durante su exposición se valió de algunos gráficos y fotografías. Eran primerísimos planos con los que buscó en lo posible quitarles la mayor referencia antropomórfica y así evitar un alto impacto en el público. Dijo que tal imagen era de una pantorrilla, pero era difícil asociarla con una pierna; o que era de una tráquea, pero era difícil asociarla con un cuello.
Sin embargo hubo una toma en particular del cuerpo de la maestra ante la cual fue imposible mantenerse indiferente.
Es aventurado, y más probablemente inútil, tratar de adivinar qué sintieron los seis imputados al ver la imagen proyectada en el televisor que domina la sala de audiencias. La mayoría bajó la vista o la dirigió a un costado; solo alguno espió fugazmente la pantalla. Quizá los perturbó, quién sabe en qué sentido. En cualquier caso, no prueba nada.
El estado de los cuerpos
El forense dijo que los cuerpos de Francés y Spinedi estaban en gran parte carbonizados. Ambos fallecieron por una exposición brusca del organismo a una fuente de calor intenso, en un ambiente cerrado con vapores tóxicos.
Mónica sufrió quemaduras en el 80% del cuerpo. El médico dijo que estadísticamente, «a partir del 50% del cuerpo con quemaduras tipo B son incompatibles con la vida». La docente falleció 12 días después por una falla multiorgánica.
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